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viernes, 31 de enero de 2025

7 de los errores más comunes que cometemos a la hora de hablar y escribir en español

 Por Redacción

 HayFestivalCartagena@BBCMundo

 

"Ola ke ase".

Si recibes un mensaje así puedes tener varias cosas por seguro, como que quien lo escribe tiene confianza contigo y que pertenece a la generación millenial.

La frase, que originalmente era parte de un meme con una divertida llama con ojos chuecos, es posiblemente la primera con evidentes errores que se hizo viral.

Y está más o menos claro que, quien la escribe, sabe que hay varias faltas de ortografía —"Hola, ¿qué haces?" sería la frase correcta—.

Pero hay otros errores gramaticales que también son virales, solo que se han colado en nuestro día a día sin ser parte de un meme.

Hablamos con Mónica Helguera, más conocida en redes como "La Profe Mónica", licenciada en Lengua Castellana y que hoy se dedica a la creación de contenido educativo.

Con ella vimos algunos de los errores más comunes que cometemos en español, tanto a la hora de escribir como de hablar.

 

1. El verbo Haber 

Si pudiéramos hacer un ranking de verbos golpeados y vilipendiados por los hispanohablantes, el verbo haber se llevaría el primer premio.

Es uno de los más usados y, tal vez por eso, con el que mayores errores se cometen.

"Tiene una situación muy compleja este verbo. Puede funcionar como principal y como auxiliar y, a la vez, puede acompañar incluso a dos verbos al mismo tiempo".

Esto, sin duda, puede generar mucha confusión.

En primer lugar, haber, como verbo auxiliar, se emplea para formar los tiempos compuestos. Para ello, se combinan todas las formas simples de haber con el participio terminado en -o del verbo que se esté conjugando: ha comprado, hemos querido, había venido.

Aquí viene uno de los primeros errores, que es usar la forma habemos, arcaica, para formar la primera persona del plural.

❌ Habemos visto a tu hermano.

✅ Hemos visto a tu hermano.

 

Su otro uso, como verbo principal es, a la vez, impersonal. Es decir, es un verbo que se emplea generalmente en la tercera persona de singular y, en este caso, denota la presencia o existencia de algo, como en la frase "hay pan".

En este caso, los errores son tratar de hacer una concordancia entre el verbo y el sujeto que no tiene cabida. "Es complejo pensar en que un verbo no se pueda pluralizar, siendo que acompaña a un sujeto en plural, pero en este caso, es un error", apunta Helguera.

❌ Habían varias niñas.

✅ Había varias niñas.

Recientemente se hizo viral otro meme y, en algunos casos, el verbo haber aparecía con este error:

❌ Cuando sea millonaria, no diré nada, pero habrán señales.

✅ Cuando sea millonaria, no diré nada, pero habrá señales.

Con el uso impersonal del verbo haber en presente también aparecen errores en el modo de escribirlo. Se han visto "ay", "hai" o "ahí" donde se escribiría "hay". Una frase clásica que se suele enseñar para diferenciar el cómo suena de cómo se escribe es la siguiente:

Ahí hay un hombre que dice ¡ay!

Ahí - adverbio de lugar.

Hay – la forma impersonal del verbo haber en presente.

¡Ay! – interjección para expresar muchos y diversos ánimos, desde dolor hasta alegría.

El cuarto de los errores con este verbo es quizás el más curioso y bastante repetido y nace por una confusión en la pronunciación. Veamos.

❌ Haber si nos vemos.

✅ A ver si nos vemos.

En este caso, se confunde el verbo auxiliar en infinitivo, haber, con la secuencia constituida por la preposición a y el infinitivo verbal ver.

 

2. Palabras Homófonas 

¿Qué son palabras homófonas? Pues que se pronuncian igual, pero se escriben diferente.

Y aquí empiezan grandes confusiones que llevan a errores, por ejemplo:

La confusión entre as/has/haz.. Y sí, aquí tenemos otra vez un ejemplo que incluye al verbo haber.

¿Has buscado a ese as del fútbol? Búscalo. Haz lo que te digo.

Has - forma correspondiente a la segunda persona del singular del presente de indicativo del verbo haber.

As – uno de las cartas de la baraja o una persona que sobresale de manera notable.

Haz - forma de imperativo correspondiente al pronombre tú del verbo hacer.

"Sobre todo en la diferencia entre has y haz, siempre trato de explicarlo del modo más sencillo para que la gente lo entienda. Y suelo hacerlo pidiendo a la gente que se fije en el participio. Si hay una palabra que sigue a ese 'has' o 'haz' y se observa que termina en ado, ido, to, so y cho (como en borrado, comido, roto, impreso y dicho), me va a indicar que la palabra previa es has (has dormido, has comido, has roto, has impreso, has dicho)", señala Mónica Helguera.

Otro modo de distinguir entre has y haz es ver que este último indica una orden.

Otras palabras que suelen confundirse porque suenan igual son vaya, baya y valla.

Vaya para la valla a recolectar bayas.

Vaya – Tercera persona del imperativo del verbo ir.

Valla – Cercado o muro.

Bayas – Un tipo de fruto.

 

Otro ejemplo de palabras homófonas son allá, haya, halla y aya.

Halla este detalle: allá, al lado del árbol, que es una haya, están los niños con su aya.

Halla – Segunda persona del singular del presente del verbo hallar, que significa encontrar.

Allá – Adverbio demostrativo que lugar.

Haya – Un tipo de árbol.

Aya – Persona encargada de cuidar niños.

Otro problema con la palabras homófonas son aquellas que van con v o con b, sonidos ambos que cada vez menos personas hispanohablantes distinguen al pronunciarlos, pero que en origen son diferentes: la primera es labiodental y la segunda, bilabial.

"No se acostumbra a diferenciar la b de la v por pronunciación. Entonces, hay palabras que pueden ser complejas y se cometen errores al escribir, por ejemplo entre bello (hermoso) y vello (pelo), hierba (planta pequeña) o hierva (del verbo hervir); botar (de titar algo a la basura o dar saltos) y votar (emitir un voto)”, explica Helguera.

 

3.  Un caso especial de homofonía: la z, la c y la s

“En España hay algo particular y es que, el que exista la pronunciación de la z ayuda muchísimo”, dice Helguera.

Con excepción de las Islas Canarias, algunas zonas de Andalucía y Extremadura, en España se hace una distinción clara entre el sonido z y s.

No ocurre así en América Latina. Y, claro, esto a veces lleva a confusión cuando escribimos y podemos confundir dos sonidos (z y s) con tres grafías distintas: z, s y c.

 

❌Peresa

✅ Pereza

❌Sapato

✅ Zapato

❌Pes / Pesesito

✅ Pez / Pececito

“No, no es fácil. Yo entiendo la complejidad de esta norma y de lo complicado de aplicarla. Pero, para escribirlo de modo correcto, toca eso, mirar la norma”, apunta.

Aquí puedes revisar las reglas de la Real Academia de la Lengua para saber cuándo escribir s, z o c.

 

4.  Una "s" que se cuela donde no va...

Si eres de quienes dice: "¿Comistes paella?" o entona la canción de Gilda así: "Fuistes mi vida, fuistes mi pasión; Fuistes mi sueño, mi mejor canción; Todo eso, fuistes, pero perdistes", que sepas que andas metiendo una "s" de más.

Y es un error muy común.

La segunda persona del singular (tú) del pretérito perfecto simple del indicativo (fuiste, hiciste, comiste, perdiste, caíste, viste, metiste, etc.) nunca termina en -s.

El problema es que suele confundirse porque en casi todas conjugaciones y tiempos verbales, la segunda persona del singular sí termina en s, como en comes, comías, comerás, comerías, comieras.

 


5. Por qué, porque, por qué, por que

Es muy común confundir tantos porqués y acabar escribiendo junto lo que va separado y al revés.

“Para poder enseñar esto a alguien, sus diferencias y cómo escribirlos correctamente, es importante saber cómo se usa cada uno de ellos”, explica la Profe Mónica.

 

Por qué

Introduce oraciones interrogativas y exclamativas, tanto directas como indirectas:

¿Por qué te comiste mi arepa?

No comprendo por qué te comiste mi arepa.

No sabía por qué dejó de hablarme.

¡Por qué calles más bonitas pasamos!

Por que

Puede, por un lado, ser la preposición por + el pronombre relativo que.

Este es el motivo por (el) que te llamé.

Y, por otro, la preposición por + la conjunción subordinante que.

Al final optaron por que no se presentase.

Están ansiosos por que empecemos a trabajar en el proyecto.

Porque

Puede usarse con dos valores para introducir oraciones subordinadas que expresan causa. En este caso, un truco para saber si se escribe así, es que podemos sustituirlo por “puesto que” o “ya que”.

Me comí la arepa porque tenía ganas.

También se emplea como encabezamiento de las respuestas a las preguntas introducidas por la secuencia por qué:

—¿Por qué te comiste mi arepa? —Porque tenía ganas.

Porqué

Es un sustantivo masculino que significa ‘causa, motivo o razón’ y se escribe con tilde por ser palabra aguda terminada en vocal.

No comprendo el porqué de tu actitud [= la razón de tu actitud].

Todo tiene su porqué [= su causa o su motivo].

 

6. Signos de Puntuación 

De más o de menos, los signos de puntuación son otros de los grandes vituperados en la lengua española.

“He visto letreros que dicen ¡¡¡¡¡¡Gratis!!!!!! Con montón de signos de exclamación, como para ser más expresivo. Y no es necesario. Lo correcto es uno que cierra y otro que abre, aunque a veces pueden ponerse tres. No hay manera de expresar más con más de 3 signos de admiración. Tampoco con tantos signos de interrogación”, explica Mónica Helguera.

“También observo en general un miedo al punto y un amor por la coma. No es “buenas tardes a todos, cómo están, vengo a presentarles mi libro de ortografía”. Sería Buenas tardes a todos. ¿Cómo están? Vengo a presentarles mi libro de ortografía”.

¿Un truco para saber cuándo poner una coma o un punto? La entonación. Si suena a idea que ya finaliza, punto. Si la continuamos, una coma.

 

7. Un caso especial en la puntuación: la coma del vocativo 

De todas las grafías de puntuación, quizás la más denostada, casi absolutamente olvidada, es la coma del vocativo.

"Es la coma más compleja, yo creo. Se llama vocativa porque hace alusión a un llamado al sujeto", explica la profesora Helguera.

¿Cómo podemos distinguirla y ponerla?

“Si yo voy a decir algo sobre María, no pongo coma. En cambio, si yo le digo algo a María, ahí pongo coma”.

Veamos.

María barre – Digo que María está barriendo.

María, barre – Le digo a María que se ponga a barrer.

También se usa cuando saludamos o nos dirigimos a alguien:

Buenos días, Carlos.

Feliz cumpleaños, Ana María.

Mis condolencias, Antonia.

Y, como el chiste que circula en internet, es una coma que puede salvar vidas, porque no es igual decir

Es hora de comer niños - El menú son los niños.

Es hora de comer, niños - Se llama a los niños para que vayan a comer. 

 

Fuente: 7 de los errores más comunes en español


Nota: He añadido por razón didáctica algunas negritas y cursivas para que se distingan mejor las palabras homófonas en el texto.

martes, 17 de septiembre de 2024

Lemniscata y otros 4 nombres de cosas comunes que quizás no conoces

BBC News Mundo

Redacción

 

Nuestra lengua cuenta con al menos 93.000 palabras, que es el número de entradas en el diccionario de la RAE.

Y hay más que no están ahí pero se usan.

Sin embargo, varios estudios calculan que los más 591 millones de hablantes nativos sólo utilizamos entre 5.000 y 7.000 palabras con regularidad.

Hay vocablos que rara vez escuchamos, como petricor, el nombre de ese agradable y singular aroma que flota en el ambiente después de que la lluvia cae en suelo seco. 

Como esos, varios términos que se nos escapan, ya sea porque los olvidamos o porque nunca los aprendimos, y eso nos obliga a recurrir a descripciones largas para hacernos entender.

Pero recordar o descubrir palabras es un placer y, como dijo el filósofo Ludwig Wittgenstein: “Los límites de tu lenguaje son los límites de tu mundo”.

Así que aquí tienes un puñado de nombres de cosas que seguro te son familiares.

 

Lemniscata

Ese es el nombre del símbolo del infinito, ese 8 acostado con apariencia algo perezosa.

En geometría algebráica, la historia de la lemniscata en sí, como una de varias formas de figuras similares, es larga.

Pero su uso como símbolo del infinito se remonta al siglo XVII.

John Wallis (1616–1703), el matemático inglés más influyente antes de Isaac Newton, lo introdujo en su obra "De Sectionibus Conicis" ("Sobre las secciones cónicas", 1655), junto con otro símbolo que aún se utiliza: el de “mayor o igual a”.

 

El primer uso conocido del símbolo del infinto, en "De sectionibus conicis" (1655) de John Wallis (izq. iluminado).


Otro signo que también se parece al 8, es &.

Su nombre es et, que significa 'y' en latín.

Se formó luego de que, alrededor del siglo I, las letras e y t se empezaron a escribir a veces juntas en la antigua escritura cursiva romana; con el tiempo, se juntaron del todo.

Según el libro "Shady Characters" de Keith Houston, & aparece en el registro histórico por primera vez en un grafiti anónimo en las ruinas de Pompeya.

El signo no es tan conveniente en español, pues 'y' es más fácil de escribir que '&', pero en otras lenguas sí, pues reemplaza más letras, como 'and' en inglés.

Otra curiosidad: en el ámbito de la informática el signo tiene otro nombre en todos los lenguajes: ampersand.

 

Vagido 

El primer llanto de un bebé siempre ha sido un símbolo de celebración y una garantía de buena salud, y existe una palabra para nombrarlo: vagido.

Proviene del término en latín ‘vagitus’ y éste del verbo ‘vagire’, utilizado para hacer referencia a un gemido o grito.

El verbo latino también puede estar relacionado con Vaticanus (también conocido como Vagitanus), una deidad romana del parto.

Según Aulo Gelio, un erudito del siglo II, Vaticanus presidía los "inicios de la voz humana" y por eso prestó su nombre al "sonido de una voz reciente".

 

Pie de Morton 

¿Has visto esos pies en los que el dedo gordo es más corto que los que están al lado?

Quizás el tuyo es así, y no sería tan raro: los estudios dicen que generalmente se encuentra en aproximadamente el 10%-30% de los individuos en diversas poblaciones, y no es exclusiva de un grupo étnico en particular.

Al "pie de Morton" se le llama así desde que fue descrito por el ortopedista Dudley Joy Morton, en su libro de 1935 "El pie humano".

Pero tiene otro nombre más evocativo: pie griego.

El origen del apodo podría deberse a la percepción griega de la belleza, representada a través de su arte.

"En el arte griego primitivo", observó un artículo del Boston Medical and Surgical Journal de 1897, “dondequiera que haya algún intento de modelado cuidadoso de los dedos del pie, el primer dedo está separado del segundo y, en la mayoría de los casos, el segundo dedo se representa algo más largo que el primero”.

Eso estableció un estándar de pies idealizados que se mantuvo en los siguientes períodos del arte occidental, como el romano y el renacentista.

La hermosa diosa en "El nacimiento de Venus" del pintor renacentista italiano Sandro Botticelli los tiene.

 

El David de Miguel Angel lo tiene, así como las magníficas esculturas del Boxeador en reposo, la Diana de Versalles y el Fauno, por nombrar apenas unas.

Hasta la Estatua de la Libertad tiene un segundo dedo del pie más largo pues el escultor Frederic Bartholdi estudió esculturas griegas y romanas, y los hizo así para definir “su herencia desde los primeros días de la civilización”.

Hablando de dedos, pero ahora de las manos, ¿sabes qué es jeme?

Es "la distancia que hay desde la extremidad del dedo pulgar a la del índice, separado el uno del otro todo lo posible", según la Real Academia.

Si te intriga por qué esa distancia tiene nombre, te hago otra pregunta: ¿alguna vez has medido algo usando tus manos?

Generalmente al hacerlo extendemos la mano y medimos desde la punta del pulgar a la del meñique. Eso se llama palmo.

Pues antiguamente se usaba el jeme porque equivalía aproximadamente a la mitad de un pie romano, que tenía 29,57 cms. 

 

Filtrum
 
A diferencia del pie griego, éste sí lo tenemos todos.

El filtrum o surco nasolabial o infranasal es esa hendidura que está entre el labio superior y la nariz, en toda la mitad.

Aunque no molesta y hasta puede encantar, no parece tener ninguna razón de ser.

Pero es una huella de tu pasado: marca el lugar en el que tu cara terminó de formarse en el vientre.

"El desarrollo de la cara tiene lugar en el segundo y tercer mes de embarazo", explica el doctor Michael Mosley en el documental de la BBC "Inside the Human Body" (“Dentro del cuerpo humano”, en español).

"El rostro no ‘crece’, simplemente es el resultado de una especie de puzzle formado por tres partes principales que se unen justo en el medio del labio superior, creando ese reconocible rasgo que todos nuestros rostros comparten”.

Otra hendidura del cuerpo cuyo nombre quizás no sabes es la sangradura, que es esa parte hundida opuesta al codo en medio de tu brazo.

Se le conoce también como fosa del codo y, gracias al fácil acceso que hay a las venas y por ser donde se encuentra el tendón de los bíceps, tiene una gran importancia clínica.

 

Quesiqués

Aquí nos vas a perdonar pues un quesiqués, aunque común, no es algo físico sino una cosa que se pregunta y es difícil de averiguar o de explicar.

Pero la palabra es tan simpática que fue irresistible.

Además tiene un pariente: quesicosa, que significa enigma, duda, inquietud.

Y ya que nos alejamos de los límites autoimpuestos, finalicemos con un término que no está en el diccionario de la Real Academia, anotando que, como la misma academia dice, "la ausencia de una palabra en el diccionario no implica que sea incorrecta".

Se trata de Hipopotomonstrosesquipedaliofobia.

Vamos por partes:

  • Es grande como un caballo de río (del griego, hipopoto);
  • monstruosa (del latín monstro);
  • y con una longitud “de pie y medio” (del latín “sesquipedalian”).

Es una palabra un poco cruel pues hipopotomonstrosesquipedaliofobia es el nombre completo dado al miedo irracional a las palabras muy largas o complejas.

A veces se utiliza su versión abreviada, sesquipedalofo, aunque probablemente esa opción tampoco le ayuda mucho a la persona que padece esa fobia.

 

Fuente: Lemniscata y otros 4 nombres