domingo, 17 de junio de 2012

La Epidemia de Obesidad

¿Qué desató la epidemia de obesidad en el Mundo?

En las últimas tres décadas las tasas de obesidad global se han duplicado y ahora viven en el mundo más de 500 millones de personas obesas.

Este exceso en el peso corporal está causando tres millones de muertes cada año, según cifras de la Organización Mundial de la Salud.

 Pero ¿qué fue lo que causó está epidemia?

Algunos culpan a nuestro estilo de vida, que nos ha vuelto cada vez más sedentarios, pasando horas sentados frente al computador o la televisión.

Pero otros expertos creen que los responsables son los alimentos que comemos. Y más específicamente, dicen, las enormes cantidades de azúcar que consumimos.

"Genéticamente, los seres humanos no hemos cambiado, pero nuestro ambiente y nuestro acceso a la comida sí han cambiado", explica a la BBC el profesor Jimmy Bell, especialista en obesidad del Imperial College de Londres.

"Todos los días estamos siendo bombardeados por la industria alimentaria para que consumamos más comida".

"Es una guerra entre nuestro cuerpo y las demandas de nuestro organismo con el acceso a la comida que se tiene en una sociedad moderna. Y como científico me siento realmente deprimido, porque estamos perdiendo la batalla contra la obesidad" agrega.

Uno de los más grandes cambios en nuestra dieta se remonta a los años 70, cuando la industria agrícola de Estados Unidos se embarcó en la producción masiva del maíz y del jarabe de maíz de alta fructosa, comúnmente utilizado hoy en todo el mundo como edulcorante en alimentos procesados.

Esto provocó un incremento masivo en las cantidades de alimentos baratos abastecidos a los supermercados estadounidenses: desde cereal hasta galletas de bajo precio.

Como resultado, las hamburguesas se hicieron más grandes y las papas fritas se hicieron más grasosas.
Esto, según la nutricionista Marion Nestle, preparó el terreno para la epidemia de obesidad.

"El número de calorías producidas en Estados Unidos, y disponibles a los consumidores estadounidenses, se incrementó de 3.200 por persona en los años 70 a 3.900, casi el doble de lo que un individuo necesita".

"Este incremento es enorme y pienso que es la causa de muchos problemas", señala.

¿Adictivo? 

El jarabe de maíz de alta fructosa (JMAF) es un subproducto de desecho del maíz, increíblemente azucarado e increíblemente barato.

Al principio se le utilizaba en casi todos los alimentos: pizza, ensaladas, carne, pasteles y pan.
Para mediados de los años 80 el JMAF ya había reemplazado al azúcar en las bebidas gaseosas, lo cual tenía sentido para la industria, ya que era un 35% más barato.

Pero según algunos científicos, además de más dulce, también es más adictivo que el azúcar.
Y esto, dicen, ha provocado que en las últimas dos décadas el consumo promedio de estas bebidas se duplique.

La industria, por su parte, afirma que este incremento no ha causado la epidemia de obesidad, sino el hecho de que la gente consume demasiadas calorías.

"Ciertamente nuestras bebidas gaseosas regulares son una fuente de calorías, pero si tú consumes muchas calorías y ves mucha televisión o no haces suficiente ejercicio, es claro que tendrás un problema", afirma Susan Neely de la Asociación Estadounidense de Bebidas Gaseosas.

Pero el doctor Jean-Marc Schwarz del Hospital General de San Francisco cree que lo peligroso es la enorme cantidad de fructosa que consumimos en todo el mundo.

"Ésta no tiene un efecto tóxico como el plomo o el mercurio, lo que es tóxico es la cantidad que se consume", dice.

La fructosa se convierte fácilmente en grasa en el cuerpo y los científicos han descubierto que también suprime la función de una hormona vital llamada leptina.

Se cree que esta hormona controla la regulación del hambre y apetito en el cerebro.
Cuando el hígado se ve inundado con azúcar, la leptina deja de funcionar y el organismo no sabe cuando está lleno.

"Esto provoca que tu cerebro piense que te estás muriendo de hambre aunque acabes de comer. Lo cual causa un círculo vicioso de consumo, enfermedad y adicción", dice a la BBC el doctor Robert Lustig, profesor de endocrinología de la Universidad de California, en San Francisco.

"Y esto explica lo que ha ocurrido en todo el mundo" agrega.

Grasa por azúcar

Pero hace dos décadas surgió un fuerte debate entre los expertos sobre lo que estaba causando el incremento de enfermedades cardiovasculares, que en gran parte eran provocadas por el aumento en el peso corporal.

Se dijo que el responsable quizás no era el azúcar sino las grasas.

Esto condujo a un nuevo término en nuestros hábitos de consumo: los alimentos "bajos en grasas".

Estos productos no sólo prometieron enormes ganancias para la industria, sino también acabar con el potencial desastre de salud de las enfermedades del corazón.

De la noche a la mañana, todo el mundo comenzó a comprar yogur, margarinas, postres y galletas "bajos en grasas".

Estos productos no sólo prometieron enormes ganancias para la industria, sino también acabar con el potencial desastre de salud de las enfermedades del corazón.

De la noche a la mañana, todo el mundo comenzó a comprar yogur, margarinas, postres y galletas "bajos en grasas".

Pero gran parte de la grasa que se retiró a estos productos fue reemplazada con azúcar.

Para cuando los científicos se dieron cuenta de que quizás no era buena idea reemplazar grasa por azúcar, ya era demasiado tarde: el mundo estaba enfrentando una crisis de obesidad.

Hoy, cada vez más expertos están comenzando a pensar que hay algo específico en la fructosa que está acelerando la obesidad.

"Si la grasa fuera la causa, esto no sería tan malo", dice el doctor Lustig.

"Pero si la causa es el azúcar, esto sí es algo desastroso. Y creo que con lo ocurrido en los pasados 30 años hemos respondido ya a esa pregunta", agrega el científico.


domingo, 10 de junio de 2012

Lecturas Abandonadas XI

Dominique Lapierre. La Ciudad de la Alegría
Un libro que no te da ninguna alegría según lo vas leyendo sino que al contrario te deprime con tanta descripción de la pobreza, hacinamiento, hambre, mafias, corrupción, mugre y desgracias a toneladas en cada página sobre la vida en Calcuta, India.

Harto de tanta cosa abrumadora y dolorosa que te machaca el cerebro lo dejé en la página 80.

Aceptamos que existen problemas tremendos en nuestra realidad pero no soportamos que sean puestos con tanta pesadez doliente en un libro porque lo hace un ladrillo ilegible.

Prefiero la película de 1992 basada en el libro, dirigida por Roland Joffé y protagonizada por Patrick Swayze.


- Philip Roth. El Lamento de Portnoy (o El Mal de Portnoy)
No lamento nada no haber leído esta novela.
No me agrado el argumento ni la forma de escribir de Roth en su libro desde el inicio así que lo revisé y abandoné.

-Aldous Huxley. Los escándalos de Crome
Un libro que no me interesó leerlo porque el estilo del autor y la historia no me gustaron nada.

Un Mundo Feliz
Del mismo escritor otra obra que no me interesó ni el argumento, estilo, personajes, diálogos ni siquiera la historia del salvaje.
Me siento feliz de no haberla leído porque la encontré insoportable así que no me vengan con el cuento chino de que es imprescindible  leerla.


-Ray Bradbury. Crónicas Marcianas 
Había disfrutado con Fahrenheit 451 pero estas crónicas de ciencia ficción con vena poética me desagradaron: vi el libro, lo examiné y lo dejé.


-Las obras de Doris Lessing
Me producen absoluta indiferencia ya que no me interesa su narrativa y mucho menos, me atrapará el cebo, digo, el hecho que haya ganado el Nóbel de literatura.

Cuando no te gusta un libro pues no te gusta y punto.

viernes, 8 de junio de 2012

Un extendido mito sobre la mariguana


Advierten contra el extendido mito de que la mariguana es inocua

BBC Salud


El público tiene un "peligroso desconocimiento" de los riesgos que produce la marihuana en la salud, advierten expertos británicos.

Por ejemplo, asegura el informe, fumar marihuana tiene 20 veces más riesgo de desarrollar cáncer de pulmón que fumar tabaco.

Y sin embargo, un sondeo llevado a cabo por la British Lung Foundation (BLF) (Fundación Británica del Pulmón) encontró que 88% del público entrevistado piensa que los cigarros son más peligrosos. 

Asimismo, la encuesta llevada a cabo con 1.000 adultos, reveló que 35% de la muestra cree que la marihuana no produce ningún daño en la salud, a pesar de la evidencia científica que asocia a la marihuana con tuberculosis, bronquitis aguda, cáncer pulmonar, supresión del sistema inmune y enfermedad del corazón.

Según la BFL, este informe muestra una "alarmante desconexión entre la percepción del público de que el cannabis es una droga relativamente segura y el grave, e incluso fatal, impacto que ésta puede tener en los pulmones de la gente que la fuma".

Inhalaciones Peligrosas

Los expertos creen que una de las razones por las cuales la marihuana es más peligrosa que el tabaco se debe a la forma como la hierba se fuma.

Una inhalación típica de marihuana es 65% más larga y cuatro veces más profunda que una fumada típica de tabaco.

Así, una persona que fuma hierba inhala cuatro veces más alquitrán y cinco veces más monóxido de carbono que con un cigarro de tabaco, dice la BFL.

Además, con cada fumada de marihuana las partículas del humo se vuelven más concentradas y más peligrosas, agrega la organización.

Los expertos están preocupados principalmente por la falta de conocimiento sobre los riesgos de la droga entre la población más joven.

El sondeo mostró que 32% de la población general cree que fumar marihuana no es peligroso para la salud.
Pero la cifra se incrementa a casi 40% entre los jóvenes y adultos menores de 35 años, los que tienen más probabilidad de fumar la droga, dice la BFL


"Es alarmante que, aunque las nuevas investigaciones continúan revelando las múltiples consecuencias que fumar marihuana tiene en la salud , todavía existe una peligrosa falta de conocimiento público sobre lo perjudicial que puede ser esta droga", afirma la profesora Helena Shovelton, presidenta ejecutiva de la BFL.

"Los jóvenes, en particular, están fumando marihuana sin saber que, por ejemplo, cada cigarro de marihuana que fuman puede incrementar sus posibilidades de desarrollar cáncer pulmonar de la misma forma como si fumaran un paquete de 20 cigarrilllos de tabaco".

La experta agrega que "éste no es un problema de un grupo selecto", sino que es un problema de muchos, porque la marihuana es la droga de uso recreativo más utilizada en el todo el mundo.

Cifras de la Organización de Naciones Unidas (ONU) muestran que aproximadamente 4% de la población mundial, unos 162 millones de personas, usan marihuana cada año y unos 22,5 millones usan la droga diariamente.

Por eso, dice la BFL, es necesario llevar a cabo campañas de salud amplias para informar al público sobre estos peligros igual que se ha informado de los peligros de fumar tabaco y de comer alimentos grasos.

Investigaciones recientes sobre muestras de marihuana han mostrado que la concentración de tetrahidrocannabinol (THC) -el ingrediente psicoactivo de la droga- se ha duplicado en la planta desde los 1990.

Y otros estudios han encontrado un vínculo entre el THC y un mayor riesgo de infartos y de supresión del sistema inmune, lo cual a su vez incrementa el riesgo de infecciones.

Los científicos también han expresado preocupación por el impacto de la droga en la salud mental y el riesgo de desarrollar enfermedades como esquizofrenia, particularmente entre un grupo vulnerable de usuarios jóvenes que se cree pueden tener una predisposición genética a trastornos psicóticos.


Nota: Conocemos a gente que fumaba mariguana y otras drogas, que abandonaba los estudios o no podía trabajar y que hasta al cabo de un tiempo recaía en la adicción, así que olvídense del cuento de que la mariguana no causa ningún perjuicio: le destroza la vida a uno y a los demás.

Las negritas son mías

martes, 5 de junio de 2012

Los Ingleses y la Monarquía

Como dice este artículo de la BBC que nos ayuda a explicar y entender la razón de que los ingleses sigan manteniendo una monarquía considerada por otros como un adorno pomposo, un despilfarro imbécil a causa de una sarta de zánganos (quién diría que ahora los ingleses sean tan cínicos. El cinismo es mundial).

Cómo le gusta a muchos ver lo teatral de los desfiles y las fiestas, saber de los lujos y los privilegios, los chismes, de los escándalos y observar todo el exhibicionismo ostentoso y gastador de la nobleza.

Lo mismo sucede y se puede entender de otros países con sus monarquías añejas y mantenidas.


Por qué los británicos aman la monarquía 

Mark Easton


BBC


¿Por qué un país que se ha vuelto tan cínico acerca de otras instituciones -el parlamento, la City financiera, la prensa, la policía- permanece tan fiel a la monarquía?

A pesar de lo que les gustaría a los republicanos, menos del 20% de los súbditos británicos de la reina quieren deshacerse de la familia real, una proporción que no ha cambiado con el paso de las décadas.

De acuerdo a las encuestas de opinión de Ipsos Mori, el apoyo del público británico a la instauración de una república era del 18% en 1969 y 18% el año pasado, una proporción descrita por la encuestadora como "la tendencia más estable que hemos medido jamás".

Dados los enormes cambios sociales que han habido desde que la reina actual asumió hace 60 años, resulta sorprendente que un sistema de privilegios y poder hereditarios haya mantenido su popularidad.
Recientemente me he vuelto a familiarizar con el trabajo de dos figuras prominentes en el eterno debate entre monárquicos y republicanos, Thomas Paine y Walter Bagehot.

Sentido común vs excentricidad

En 1776, el panfleto de Paine "Sentido Común" empezó a ser divulgado entre la población de las colonias del Nuevo Mundo, un manifiesto para la independencia estadounidense y el republicanismo.

"Hay algo extremadamente ridículo en la composición de la monarquía", declaró Paine. "Una de las pruebas naturales más fuertes de cuán absurdo es el derecho hereditario de los reyes es que la naturaleza no lo acepta, de otra manera no lo ridiculizaría tan a menudo dándole a la humanidad un burro por un león".

Paine contrastó el sentido común del título de su panfleto con el absurdo y la superstición que inspiró el "prejuicio de los ingleses" por la monarquía, que es producto "tanto o más del orgullo nacional que de la razón".

Hasta el día de hoy, los republicanos británicos se refieren al "Sentido común" de Paine casi como un texto sagrado. Pero los monárquicos tienen su propio texto sagrado, escrito casi exactamente un siglo después: la "Constitución Inglesa" de Walter Bagehot.

Bagehot no trató de justificar a la monarquía diciendo que era racional (de hecho, aceptó muchas de las críticas de Paine), pero su argumento era que una "sociedad tan antigua y complicada" como Inglaterra requería más que una lógica mundana.

"La reverencia mística, la lealtad religiosa, que son esenciales para una monarquía verdadera, son sentimientos imaginativos que ninguna legislatura puede fabricar en ninguna sociedad", escribió.

 El teatro de la sociedad

Bagehot había identificado una característica nacional en desarrollo. A medida que el poder colonial y la riqueza del imperio se redujo, crecía el deseo de definir la grandeza como algo que iba más allá de la fortuna y el territorio. El Reino Unido quería creer que era intrínsecamente especial.

"La gente respeta lo que podríamos llamar el espectáculo teatral de la sociedad", escribió. "El clímax de la obra es la reina".

 Pero volvamos a 1952, cuando se hicieron los planes para la coronación de la nueva reina, Isabel II. A pesar de la austeridad de la posguerra, se decidió que la ocasión debía ser una fabulosa aventura extravagante, con toda la pompa y ceremonia posible. Hubo plumas y pieles, oro y joyas, himnos y trompetas.

Dos sociólogos, Michael Young y Ed Shils, hicieron un estudio y concluyeron que, a pesar de que hubo quieres opinaron que todo era un desperdicio de dinero, "la Coronación le dio a prácticamente toda la sociedad un contacto con lo sagrado tan intenso que creemos que se justifica considerarla como un gran acto de comunión nacional".

El Reino Unido -maltratado, golpeado y roto- parecía decidido a acoger a su monarquía y olvidar el costo. La paradoja es que la austeridad estaba a gusto con la ostentación; el reto institucional generó una pasión por la autoridad hereditaria.

Peculiares

Sesenta años más tarde, las ansiedades son similares a las de entonces y la austeridad, aunque por razones distintas, es nuevamente una realidad cotidiana.

Y sesenta años después, a pesar del frío y la lluvia del verano inglés, miles han estado en las calles celebrando el Jubileo de Diamante.

 Los británicos siempre han preferido las peculiaridades de su historia que el racionalismo extranjero. Los romanos les trajeron caminos rectos y el sistema decimal. Tan pronto como se fueron, se retomaron las imposiblemente complicadas medidas imperiales y los sinuosos caminos rurales.

Los normandos encargaron el libro de Domesday para tratar de imponer el orden en el caos burocrático, pero tuvieron que ceder a cada paso. Fue así como terminaron con lugares con nombres impronunciables como Worcestershire.

A los británicos no les gustan las líneas rectas y Walter Bagehot entendió que su identidad se encuentra en los giros y vueltas de un sendero rural, no en el pragmatismo de una carretera.

Lo mismo ocurre con el sistema de gobierno. La lógica no es el factor más importante. Están encantados de aceptar la excentricidad y la extravagancia, ya que reflejan una parte importante del carácter nacional.
Así pues, al tratar de explicar el éxito de la monarquía, no debemos esperar una respuesta que se base en la razón.

No es un cálculo de pérdidas y ganancias: ¿cuánto cuesta la Reina comparado con lo que trae para el turismo?

No es cuestión de actitudes políticas: ¿cómo puede una democracia liberal justificar el poder y privilegio basado en el accidente del nacimiento?

La monarquía británica es valorada porque es la monarquía británica. Se trata de una sociedad antigua y complicada que respeta el espectáculo teatral de la sociedad.