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viernes, 14 de agosto de 2020

¿Cómo evitar que el cerebro envejezca demasiado rápido?

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El cerebro es un órgano que, al igual que el resto de nuestro cuerpo, envejece con el paso de los años. 

Si todos deseamos mantenernos más jóvenes no es solo porque nos disgusten las arrugas, sino también para evitar las múltiples enfermedades relacionadas con el envejecimiento.
Las previsiones indican que en el año 2050 un 25% de la población europea tendrá más de 65 años y el número de personas con más de 80 años se va a triplicar. 

Pero ¿existe una fuente de la juventud para nuestro cerebro? 

Aunque posiblemente nada nos haga retroceder en el tiempo, podemos intentar envejecer de manera saludable y reducir el efecto que tiene el paso de los años.

¿Qué es el Envejecimiento? 

El envejecimiento podría definirse como el conjunto de cambios que ocurren con la edad y provocan una disminución de nuestras capacidades fisiológicas, motoras y cognitivas.

El primario es gradual e inevitable y se produce a lo largo de nuestra vida. 

El secundario o prematuro viene desencadenado por el padecimiento de ciertas enfermedades o el abuso de sustancias, y se puede prevenir.

 La edad cronológica (la del certificado de nacimiento) indica el tiempo que ha transcurrido desde nuestro nacimiento. 

Sin embargo, existe también la edad fisiológica, que depende de la condición de nuestro organismo y puede ser menor a la cronológica (si nos cuidamos) o mayor (si tenemos malos hábitos).

El Envejecimiento del Cerebro 

Con la edad, el tamaño del cerebro disminuye, perdemos neuronas y se altera la producción de hormonas y neurotransmisores.

Sin embargo, el cambio más importante que se produce es la pérdida de muchas de las conexiones entre las neuronas, unas células de larga vida que no se dividen y, por lo tanto, difícilmente se regeneran.

Otra consecuencia del envejecimiento cerebral es la acumulación de proteínas en forma de agregados que tienden a depositarse tanto dentro como fuera de las neuronas.

Esto puede desencadenar el desarrollo de enfermedades neurodegenerativas relacionadas con la edad, como la enfermedad de Alzheimer o el Parkinson.

Conviene aclarar que lo que comúnmente se denomina como demencia senil es un término obsoleto. El envejecimiento no implica necesariamente la aparición de una demencia o pérdida importante de memoria. 

Si existe una pérdida significativa de la capacidad de memoria y aprendizaje, estaría relacionada con una enfermedad específica y no con el envejecimiento normal del cerebro.

Medidas para Frenar el Envejecimiento

La dieta es esencial para envejecer de forma saludable. 

La más recomendada es la mediterránea, que brevemente implica un bajo consumo de carnes y aves de corral, un consumo de bajo a moderado de lácteos, una cantidad moderada de alcohol (vino) y grasas (aceite de oliva), y una alta ingesta de verduras, legumbres, frutas, cereales y pescado.

Se ha comprobado que la dieta mediterránea reduce el riesgo de padecer fallos cognitivos y enfermedades como el alzhéimer. 

Además, la restricción calórica o limitación de las calorías que ingerimos puede ayudar a retrasar el envejecimiento.

Además de cuidar lo que comemos, es recomendable dormir ocho horas al día. 

El mantenimiento de un buen ciclo vigilia-sueño es esencial para muchas funciones cerebrales, por ejemplo para la eliminación de las toxinas del cerebro que se han acumulado durante el día.

Mientras dormimos, el espacio que existe entre las neuronas aumenta, facilitando su limpieza y buen funcionamiento. Por lo tanto, mantener un sueño reparador favorece un envejecimiento más saludable.

El ejercicio regular y la actividad física son claves para disminuir los efectos del envejecimiento. 

Estudios clínicos indican que el entrenamiento físico con intensidad moderada juega un papel neuroprotector, ralentizando la disminución del volumen del cerebro y mejorando su funcionamiento. 

Concretamente, el ejercicio aeróbico mejora la función cognitiva, no sólo durante el envejecimiento sino también en personas que sufren enfermedades neurodegenerativas.

Por otra parte, se ha comprobado que aquellas personas que poseen un nivel educativo más alto o que mantienen una cierta actividad intelectual -leer, estudiar o adquirir nuevas habilidades- tienen una menor predisposición a desarrollar demencia. 

La base de esta neuroprotección está asociada a la formación de nuevas conexiones entre las neuronas.

Otros hábitos saludables también pueden ayudarnos a evitar los efectos del envejecimiento prematuro. 

Sin ir más lejos, mientras que una ingesta abundante de alcohol corre el riesgo de inducir fallos cognitivos, otras bebidas alcohólicas pueden ser beneficiosas para mantener una buena salud mental .

El vino, por ejemplo, tiene un alto contenido en polifenoles, que tienen acción antinflamatoria y antioxidante.

Definitivamente, el tabaco es un hábito que se debe evitar, ya que se ha relacionado con la aceleración del envejecimiento y la aparición de problemas cognitivos y demencia.

Tampoco hay que perder de vista los factores de riesgos relacionados con enfermedades crónicas altamente prevalentes en personas de avanzada edad. 

El mantenimiento de la actividad e integridad del cerebro dependen, en buena parte, de los vasos sanguíneos que mantienen una buena irrigación. 

La hipertensión, la aterosclerosis y los niveles elevados de colesterol incrementan las posibilidades de desarrollar fallos cognitivos, ictus y demencia.

A esto se suma que la diabetes y la obesidad afectan al metabolismo de la glucosa y generan resistencia a la insulina. 

Ambas alteraciones podrían provocar daños crónicos a las neuronas y acelerar el envejecimiento cerebral.

Los trastornos del estado de ánimo tampoco ayudan.

La depresión es un desorden emocional muy común en personas mayores y es producida por un desequilibrio en los neurotransmisores, que son las moléculas que usan las neuronas para comunicarse. 

Este desajuste podría traducirse en un mal funcionamiento del cerebro a largo plazo, lo que aceleraría el envejecimiento cerebral.

En síntesis, la clave para mantener un cerebro sano y joven es la misma que para el resto del organismo. 

Es decir, hay que mantener una dieta sana, dormir las horas suficientes, evitar el consumo en exceso de alcohol, huir del tabaco y el estrés, realizar ejercicio moderado, y evitar el desarrollo de otras enfermedades o, al menos, mantenerlas bajo control.

*Inés Moreno González. Profesora e Investigadora Ramón y Cajal en Enfermedades Neurodegenerativas, CIBERNED, IBIMA, Universidad de Málaga. 


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sábado, 30 de julio de 2016

¿Es tu cerebro masculino o femenino?

Por BBC Wonder

Hay quienes te dirían que los hombres son de Marte y las mujeres son de Venus

Aunque los comportamientos típicos femeninos y masculinos efectivamente se reproducen en nuestra vida cotidiana, numerosos estudios han demostrado ningún género tiene una mejor aptitud para una u otra tarea cognitiva.

Entonces, ¿será que las diferencias entre hombres y mujeres nacen con nosotros, derivadas de la cognición de nuestro cerebro, o son comportamientos aprendidos?

¿Qué hay en un cerebro?

Si bien es cierto que las diferencias cognitivas entre hombres y mujeres son mínimas, hay diferencias en la forma en que responden a la enfermedad y el tratamiento.
  • Derrames
Los hombres son menos propensos a tener derrames fatales.

Los derrames afectan a las mujeres con más severidad que a los hombres, particularmente después de la menopausia.

Las células cerebrales de las mujeres mueren más rápido tras un derrame debido a los cambios hormonales.
  • La enfermedad de Alzheimer
Las mujeres de 60 años y más tienen el doble de probabilidades de desarrollar la enfermedad de Alzheimer que los hombres.

La investigación sobre las diferencias en el cerebro entre los géneros podría cambiar la forma en que tratamos las enfermedades de Huntington, de Alzheimer y trastornos psiquiátricos como el bipolar.

  • El dolor
Los hombres y las mujeres experimentan dolor de manera diferente.

Las mujeres experimentan más dolor durante sus vidas, al sufrir por ejemplo 40% más dolor por osteoporosis que los hombres.

Eso puede alterar la manera en la que tratamos el dolor.
  • Heridas en la cabeza
Las mujeres se recuperan de lesiones en la cabeza más rápido debido a los altos niveles de progesterona.

Un estudio con ratas de 2010 mostró que la hormona menstrual progesterona mejoraba las posibilidades de supervivencia. 

¿El Tamaño Importa? 

Un estudio de 2014 de la Universidad de Cambridge, en Inglaterra, confirmó que el cerebro promedio de los hombres es 10% más grande que el de las mujeres. 

Pero más grande no significa necesariamente mejor

Es sorpresivamente difícil vincular las diferencias en el comportamiento con la anatomía", le dice a la BBC la anatomista Alice Roberts, mientras observa una bandeja con cerebros humanos. 

"Hay mucho debate sobre los cerebros de ambos géneros pero hay una cosa en la que todo el mundo está de acuerdo: los cerebros de los hombres tienden a ser más grandes que los de las mujeres".

No obstante, señala, no podemos olvidar que hay una enorme variedad entre los cerebros de ambos géneros, de manera que no es raro encontrar femeninos grandes y masculinos pequeños.

Y, a pesar de esa diferencia de 10% en promedio, los científicos no han encontrado ninguna diferencia en los niveles de inteligencia.

En pruebas de coeficiente intelectual, los hombres y las mujeres obtienen más o menos las mismas calificaciones.

"Además de las diferencias de tamaño, se ha dicho que hay diferencias en las estructuras en el interior del cerebro", explica Roberts. 

"Una de ellas es la conexión entre el sistema y las hormonas, la parte del cerebro que se comunica con los testículos y los ovarios. Pero eso no se ha podido demostrar".

"Otra área que algunos sospechan puede ser distinta es el hipocampo, que está vinculado a la memoria. Tiende a ser más grande en los cerebros de las mujeres. Pero en las pruebas de memoria, tampoco se ha encontrado ningún vínculo... ninguna diferencia".

"Así que aunque podemos ver algunas diferencias en la estructura, eso no se traduce necesariamente en diferencias obvias en el comportamiento", concluye la anatomista.

Por Vìas Diferentes 

Entonces, ¿cuál es la causa de las diferencias entre el cerebro promedio de los hombres y mujeres?

Un equipo de científicos en Filadelfia (EE.UU.), dirigidos por el Dr. Verma Ragini, mapeó las conexiones neurológicas en el cerebro de los hombres y las mujeres. 

Encontraron diferencias de género en los patrones de conexión o "vías" entre los dos hemisferios del cerebro.

Las mujeres muestran vías más fuertes entre los hemisferios derecho e izquierdo de sus cerebros.
Las vías en los hombres conectan el frente y la parte posterior del cerebro. 

El equipo observó que esta divergencia no existe en los niños, sólo se desarrolla en la adolescencia.

¿Naturaleza o Crianza? 

Puede ser tentador pensar que los cerebros de los dos sexos están "integrados" de diferentes maneras.
Pero el cerebro es muy plástico, y se desarrolla en respuesta a cómo se usa.

Es por ello que cualquier diferencia en las conexiones podría surgir debido a factores sociales y culturales, incluidos los estereotipos de género.

Es probable que los niños y los hombres puedan desarrollar mejores habilidades espaciales, ya que siempre se les ha animado a hacer deporte. 

Las mujeres pueden ser mejores para ponerse en el lugar de otros y ayudar, porque eso es lo que la sociedad espera de ellas. 

A pesar de que es fascinante poder trazar la arquitectura del cerebro vivo, la verdad es que las diferencias entre los cerebros masculinos y femeninos son muy pocas y pequeñas.


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