martes, 13 de mayo de 2025

5 formas para evitar ser un amigo tóxico y por qué es importante celebrar los éxitos de los demás

Nuestras acciones irreflexivas lastiman a las personas que amamos.

 

Por David Robson*
BBC Future

Los seres humanos somos a menudo incapaces de reconocer nuestros errores. Podemos quejarnos de la arrogancia, la ignorancia o la estupidez de otra persona, sin siquiera considerar los enormes defectos que nuestro carácter puede albergar.

Este punto ciego se vuelve evidente en cada una de nuestras relaciones de amistad. Sin tener nunca la intención de hacer daño, nuestras acciones irreflexivas lastiman a las personas que amamos. Me refiero a una crueldad casual más que deliberada, aunque las consecuencias de estos errores son igualmente perjudiciales.

Mientras escribía mi reciente libro (The Laws Of Connection) sobre la ciencia de la conexión social, descubrí que las "relaciones ambivalentes" (personas que se sienten a la vez cálidas y frías) pueden causar incluso más daño al bienestar que las figuras puramente rencorosas que, como es de esperar, resultan desagradables.

Afortunadamente, los hallazgos de la investigación pueden ayudarnos a desarrollar estrategias simples pero poderosas para identificar nuestros peores hábitos y mitigar su daño.

Aquí están mis 5 lecciones favoritas para evitar ser un enemigo accidental.

 

1. Ser consistente

A nadie le gusta verse en un estado de incertidumbre, un hecho que se puede comprobar en las respuestas de las personas al dolor físico.

Archy de Berker y sus colegas del Instituto de Neurología del University College de Londres en Reino Unido pidieron a un grupo de personas que jugaran un juego de computadora que aplicaba una leve descarga eléctrica cada vez que encontraban una serpiente escondida debajo de una roca virtual.

Para examinar los efectos de la incertidumbre en la respuesta al estrés, los investigadores variaron la probabilidad de que una roca escondiera una serpiente a lo largo del experimento y midieron los signos fisiológicos de la ansiedad, como el sudor y la dilatación de las pupilas.

Sorprendentemente, los participantes mostraron la tendencia a reportar una respuesta de estrés más acentuada cuando solo había 50% de probabilidad de recibir una descarga eléctrica, en comparación con escenarios en los que sabían con certeza que el dolor se avecinaba.

El comportamiento de ser amigo sólo en las buenas puede poner a la gente que nos rodea en un estado similar de anticipación.

En estudios que investigan amistades impredecibles, los científicos piden a los participantes que se imaginen acudiendo a un amigo en busca de consejo, comprensión o un favor. Les piden que respondan a las siguientes preguntas en una escala del 1 (nada) al 6 (extremadamente):

• ¿Qué tan útil es tu conexión?

• ¿Qué tan perturbadora es tu conexión?

Cualquiera que responda 2 o más en ambas preguntas se considera una "conexión ambivalente", y la duda inherente sobre la reacción puede ser una fuente grave de estrés.

En un estudio, el simple hecho de saber que los amigos ambivalentes estaban sentados en la habitación de al lado fue suficiente para elevar la presión arterial de los participantes.

Es posible que no siempre podamos brindar el apoyo que nuestros amigos necesitan, pero podemos intentar ser un poco más confiables en nuestras respuestas. Podríamos aprender a gestionar mejor nuestro mal humor, por ejemplo, para no atacar si nuestros amigos se acercan a nosotros en el momento equivocado, en lugar de dejarlos al capricho de nuestro clima emocional.

Ser un amigo impredecible puede ser más estresante que ser consistentemente malo. 

 
2. Evitar la ilusión de transparencia

Cada uno de nosotros está atrapado en su propia mente, pero sobreestimamos qué tan bien los demás pueden leer nuestro estado emocional, un fenómeno que a veces se conoce como ilusión de transparencia.

Esto puede resultar evidente en las entrevistas de trabajo: asumimos que los nervios se reflejan en nuestro rostro, pero los sentimientos de ansiedad suelen ser mucho más difíciles de percibir de lo que creemos. Este error cognitivo común también puede impedirnos compartir nuestro aprecio por los demás, dándoles la impresión de que los descuidamos y los subvaloramos.

Amit Kumar, de la Universidad de Texas en Austin, y Nicholas Epley, de la Universidad de Chicago, pidieron a grupos de participantes que escribieran cartas de agradecimiento a personas importantes en sus vidas. Utilizando encuestas para medir las expectativas de quienes escriben las cartas y las reacciones reales de los destinatarios, los investigadores descubrieron que las personas subestimaban constantemente cuán sorprendida estaría la otra persona al recibir sus amables palabras y lo bien que les haría sentir. Asumieron que la otra persona ya sabía lo agradecida que estaba.

Por supuesto, es posible que nuestro lenguaje corporal transmita nuestra calidez y aprecio a los demás, pero no podemos confiar en ello, lo que significa que a menudo haríamos mucho mejor si expresamos esos sentimientos con palabras.

 

3. Validar los sentimientos de los demás (y animar al amigo a considerar nuevas perspectivas)

Cuando alguien está pasando por un momento difícil, a menudo buscará naturalmente la comprensión de los demás. 

Una respuesta empática puede validar los sentimientos, lo que alivia parte del estrés. Un amigo tóxico puede ser muy desdeñoso o crítico acerca de tus sentimientos, lo que resulta en una sensación de rechazo que sólo aumenta la carga emocional de la persona.

Cuando un amigo se "desahoga", simplemente estar de acuerdo con él no siempre ayuda. 

 
Sin embargo, el hecho de que sintamos empatía por el dolor de alguien no significa que tengamos que estar totalmente de acuerdo con su interpretación de la situación. Las ofertas de apoyo emocional más eficaces a menudo incluirán aliento o consejos que les ayuden a ver sus problemas desde una nueva perspectiva.

De hecho, un creciente conjunto de investigaciones psicológicas sugiere que simplemente alentar a alguien a desahogarse, sin ningún intento de replantear sus problemas, sólo puede fomentar la reflexión y amplificar su angustia a largo plazo.

Esta tendencia, que se parece a la de un buitre que se alimenta de las emociones de los demás sin ayudarles a cambiar su situación, constituye otra forma de toxicidad en las amistades.

Una conversación constructiva necesita mucha sensibilidad y tacto, pero un artículo de Ethan Kross de la Universidad de Michigan y sus colegas ofrece algunas preguntas que pueden ayudar a alguien a ver sus problemas desde una perspectiva más amplia. Por ejemplo:

• Al evaluar la situación, ¿podrías decirme por qué este evento fue estresante para ti?

¿Has aprendido algo de esta experiencia? Si es así, ¿te importaría compartirlo conmigo?

• Si miras el "panorama general", ¿eso te ayuda a darle sentido a esta experiencia? ¿Por qué sí o por qué no?

Después de considerar los diferentes puntos de vista, los participantes en el estudio tendieron a sentir un mayor cierre sobre un evento doloroso, en comparación con aquellos que habían contado los detalles concretos de la situación y los sentimientos que había producido.

 

4. Celebrar los éxitos de los demás (y practicar la felicidad compartida)

La empatía es igualmente importante al compartir emociones positivas. La compasión, que deriva del latín "dolor compartido", es bien aceptada como fundamento de la amistad, pero la importancia de la felicidad compartida es mucho menos conocida.

La falta de atención a este aspecto se ha arraigado en la investigación científica.

Cuando Shelly Gable de la Universidad de California en Santa Bárbara, y Harry Reis de la Universidad de Rochester en Nueva York, examinaron la literatura sobre psicología en 2010, descubrieron que el número de artículos enfocados en acontecimientos negativos de la vida superaba a los que se centraban en los positivos en más de siete a uno.

El concepto de felicidad compartida es mucho menos conocido que su contraparte para dolor compartido (empatía).

Esto está cambiando ahora, con múltiples estudios que revelan que nuestras conversaciones sobre buenas noticias pueden ser tan importantes como la compasión para el desarrollo y mantenimiento de relaciones saludables.

Un amigo comprensivo debe responder de manera activa y constructiva: pidiendo más información, discutiendo las implicaciones y expresando su propia alegría u orgullo.

Sin embargo, muchas personas responden de manera demasiado pasiva (cambiando rápidamente de tema, por ejemplo), mientras que algunas son activamente destructivas y hacen comentarios que intentan minimizar la importancia de los acontecimientos.

Envueltos en las distracciones de la vida diaria, podemos olvidar darle a estos momentos la atención que merecen, pero si queremos ser un buen amigo, debemos tomarnos el tiempo y el esfuerzo para celebrar los éxitos de nuestros amigos, por pequeños o grandes que sean.

También podríamos pensar más detenidamente en la forma en que compartimos nuestra propia felicidad.

Puede que nos preocupe parecer jactanciosos o arrogantes y, por lo tanto, optemos por mantener nuestros éxitos en secreto, pero esta estrategia puede resultar contraproducente, según una serie de experimentos realizados por Annabelle Roberts de la Universidad de Texas en Austin, Emma Levine de la Universidad de Chicago y Övül Sezer de la Universidad de Cornell.

En sus investigaciones descubrieron que las personas tienden a sentirse muy ofendidas cuando ocultamos información como promociones laborales a las personas que nos rodean. Ven este comportamiento como paternalista, que establece frialdad en lugar de calidez y conexión.

 

5. Ser el primero en pedir perdón

Todo el mundo comete errores, pero pocos se disculpan libremente, lo que induce a que el resentimiento se instale en nuestros vínculos sociales hasta mucho después de que se haya cometido la ofensa.

La investigación psicológica sugiere que existen cuatro obstáculos principales para disculparse de manera efectiva: no apreciamos el daño que hemos causado, asumimos que el acto de disculparse será demasiado doloroso y vergonzoso, creemos que la disculpa hará poco para reparar la relación; y, finalmente, es posible que no entendamos qué constituye una buena disculpa, por lo que no decimos las palabras que serán necesarias para la sanación.

El primer punto, la falta de valoración sobre el daño, depende claramente de los detalles del desacuerdo. Pero las dos preocupaciones siguientes sobre el costo de pedir disculpas o subestimar su efecto, al igual que muchas de nuestras suposiciones sobre las relaciones, son en gran medida infundadas y, por lo tanto, imponen barreras innecesarias a la conexión social.

En general, la gente siente alivio al enmendar sus malas acciones y es posible que podamos reconstruir los puentes rotos mejor de lo que esperábamos, siempre que nuestras disculpas se presenten de la manera correcta.

Para garantizar que su disculpa sea efectiva, debe darle a la otra persona suficiente tiempo para expresar su dolor por lo ocurrido. Luego debe reconocer la responsabilidad por la infracción, expresar arrepentimiento o tristeza (genuino), ofrecerse a reparar el daño y explicar cómo evitará volver a cometer un error similar.

Cada relación tendrá sus altibajos: esa es la naturaleza del comportamiento humano y la complejidad de nuestra vida social. Sin embargo, al aplicar estos cinco sencillos consejos para lograr una conexión más sólida, podrá evitar fácilmente los errores más comunes y asegurarse que es el tipo de amigo que le gustaría tener.

*Científico y escritor. Autor del libro The Laws of Connection, en el que examina 13 estrategias basadas en la ciencia para transformar su vida social, publicado por Canongate (Reino Unido y Commonwealth) y Pegasus (EE.UU. y Canadá). Es @davidarobson en Instagram y Threads.

 

Fuente: 5 formas para evitar ser un amigo tóxico


 

Colección Nova-Mex

Editorial Novaro, México

1955-1965 

Algunas de las numeraciones pueden ser un tanto dudosas pero coinciden más o menos con el año de publicación de las obras.
Lo de los números 20 y 108 son unas curiosidades que suelen pasar en colecciones pero así aparecen registradas.


1. Sor Juana Inés de la Cruz. Poesías
2. Mariano Azuela. La Luciérnaga
3. Bart Carson. Pan para el muerto
4. Marco Page. Mala Gente
5. H.G. Wells. La Guerra de los Mundos
6. Edwin Charles Tubb. El Mundo en Peligro
7. Emily Brönte. Cumbres Borrascosas
8. Jack London. El Lobo de Mar
9. Edward S. Aarons. La Fugitiva
10. Dail Ambler. La Cortina de Cristal
11. Louisa M. Alcott. Hombrecitos
12. Mark Twain. Príncipe y Mendigo
13. Edward S. Aarons. Destino Trágico
14. A.S. Fleischman. El Mago de Macao
15. Abate Th. Moreux. Introducción a la Astronomía
16. Francisco Marín. ¿Quién es usted?
17. Bart Carson. Gangters en Cuba
18. Arthur Upfield. La muerte de un lago
19. H.J. Campbell. Diferente Espacio, Diferente Tiempo
20. John Robb. Nosotros los condenados. En  1955
20. David Goodis. El Ladrón. En 1958
21. Gregorio López y Fuentes. El Indio
22. Francisco Coloane. Cabo de Hornos
23. Marcel Brion. Atila
24. Marcela Vioux. Ana Bolena
25. John MacPartland. La Muñeca de Tokio
26. Bart Carson. La Dama lanzafuego
27. José Vasconcelos. Temas contemporáneos
28. Amado Nervo. La Amada Inmóvil
29. H.J. Campbell. El Planeta Rojo
30. H.K. Bulmer. El Mundo en llamas
31. W. Atkinson. La Ciencia de la Palabra
32. Bart Carson. Murió en Manhattan
33. Mark Twain. Las Aventuras de Tom Sawyer
34. H.J. Campbell. El Supercerebro
35. Mariano Granados. 500 cosas que usted debe saber
36.Richard Hull. Asesinato con interrogante
37. Anthony Hope. El Prisionero de Zenda
38. Edgar Wallace. Barajas prodigiosas
39. Maurice Leblanc. El rosario ensangrentado
40. Luis Toro. Oro del Inca
41. Bart Carson. Crimen en el Teatro
42. Louisa M. Alcott. Mujercitas
43. Richard Hull. Los Crímenes de Martineau
45. Edgar Wallace. El Invencible (El Invencible o El mago de la aventura)
46. Efrén Hernández. Sus mejores cuentos
47. Edgar Wallace. Henry El Guantes
48. Arthur Upfield. Un Autor muerde el polvo
49. Gaston Leroux. El sillón embrujado
50. Jack London. La Expedición del Pirata
51. T. Mayne Reid. Los cazadores de monstruos
52. Gilbert K. Chesterton. Cuatro Pillos
55. Arthur Conan Doyle. La Atlántida Sumergida
56. Alejandro Dumas hijo. La Dama de las Camelias
58. Bart Carson. La Gran Pelea
59. Gaston Leroux. La muñeca sangrienta
60. Antón Chéjov. El Misterio de las Almas
61. Arthur Conan Doyle. Estudio en Escarlata (Un Estudio en Escarlata)
64. H. Rider Haggard. Las Minas del Rey Salomón
67. Marie François Goron. El Caso Joizel
68. José Martí. La Edad de Oro
70. Rubén Darío. Azul
72. Anónimo. Las Mil y Una Noches
73. Arthur Upfield. Las Montañas tienen un secreto
74. Rubén Darío. Prosas Profanas y otros poemas
75. Matthew Head. Al Olor del Dinero
76. Ignacio Manuel Altamirano. Navidad en las Montañas y otros cuentos
78. Douglas Heyes. La Despedida
80. José Enrique Rodó. Hombres de América
81. Fray Luis de León. La Perfecta Casada
82. Juan Valera. Doña Luz
83.Pedro Antonio de Alarcón. El Sombrero de tres picos/El Capitán Veneno
84. Richard Jessup. Buque nocturno a París
86. Pierre Loti. Aziyadé
87. José Enrique Rodó. Ariel
89. Juan Valera. Juanita, la Larga
90. Luis Coloma. Boy
93. José Ingenieros. El Hombre Mediocre
94. Pierre Loti. Madame Crisantemo
95. José Hernández. Martín Fierro
96. Matthew Head. El caso Cabinda
97. Jorge Isaacs. María
98. Pierre Loti. El Desierto
99. José Zorrilla. Don Juan Tenorio
100. Santa Teresa de Jesús. Su Vida
101. Pierre Loti. Mi Hermano Ives
103. Pierre Loti. Galilea
104. Pedro Antonio de Alarcón. El Final de Norma
105. José María de Pereda. El Sabor de la Tierruca
106. Alwyn Lee Martin. Muerte de una desvergonzada
107. Pierre Loti. La Novela de un Spahi (Historia de un Spahi)
108. Maurice Leblanc. Las 8 Campanadas (Las 8 Campanas del Reloj o El Secreto del Reloj). En 1957
108. José María de Pereda. Don Gonzalo Gonzáles de la Gonzalera. En 1958
109. Juan Zorrilla de San Martín. Tabaré
110. Pedro Antonio de Alarcón. El Niño de la Bola
111. Pierre Loti. Fantasmas de Oriente (Fantasma de Oriente)
113. Pedro Antonio de Alarcón. El Escándalo
114. Pierre Loti. El Japón
115. Jim Thompson. El hombre que no lo era
116. Raúl Trejo. El despertar de la bestia
117. Pierre Loti. Peregrino en Angkor
118. Michael Innes. El Hombre de Mar
119. Pierre Loti. La tercera juventud de madama Endrina
123. Emilia Pardo Bazán. Los Pazos de Ulloa
124. Domingo Faustino Sarmiento. Facundo
125. Alwyn Lee Martin. Complot carmesí
129. Arthur Upfield. Hombre de dos Tribus
130. Jim Thompson. Ni más ni menos que un asesinato
131. Gaston Leroux. Máquina de asesinatos (La Aáquina de asesinar)
132. Mika Waltari. ¿Quién mató a la señora Skrof?
133. Benjamin Constant. Adolfo
134. Gil Brewer.77 Rue Paradis
135. Agustí Bartra (comp.). Los mejores cuentos policíacos del idioma inglés
137. Emilio Gaboriau. Por el Honor del Nombre
139. Agustí Bartra (comp.). Los Mejores Cuentos de Misterio
140. Francisco Tario. La noche del féretro y otros cuentos
143. Félix Lope de Vega Carpio. Fuenteovejuna
144. Arthur Upfield. El profeta combatiente
145. Michael Innes. Appleby en vacaciones
146. Richard Hull. Primero el Último
147. José Martí. Amistad funesta
148. Enrique Labrador Ruiz. El gallo en el espejo
150. Alphonse Marie Louis de Lamartine. Rafael
155. Josephine Bell. El Tiovivo de porcelana
156. Josephine Bell. Muerte en el Retiro
158. Agustí Bartra. Cristo de 200.000 brazos
159. Fernando de Rojas. La Celestina. Tragicomedia de Calixto y Melibea
160. Gerard de Nerval. Aurelia: El Sueño y la Vida
165. Owen Cameron. La trampa de fuego
167. J.J. Rousseau. Emilio o la Educación
168. Henry Kane. La muerte en venta
169. Anthony Gilbert. Miss Pinnegar desaparece
170. Albert Djemal. Rasgos biográficos de hombres célebres
172. F.A. de Chateaubriand. Atala o Los amores de dos salvajes en el desierto
173. Prosper Mérimée. Carmen
174. Henry David Thoreau. Walden o la vida en los bosques
175. Gustave Flaubert. Madame Bovary
177. Bernardin de Saint-Pierre. Pablo y Virginia
178. Paul Féval. Los Advenedizos
181. Benito Pérez Galdós. La Corte de Carlos IV
182. Gustave Flaubert. Un corazón ingenuo: la leyenda de San Julián el Hospitalario
188. Rodolfo Gonzáles Hurtado. El Dolor humano (la novela del estudiante de medicina)
189. Miguel de Cervantes Saavedra. El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha, tomo I
190. Miguel de Cervantes Saavedra. El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha, tomo II
191. Miguel de Cervantes Saavedra. El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha, tomo III
192. Miguel de Cervantes Saavedra. El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha, tomo IV
195. John F. Kennedy. Como piensa y actúa el presidente Kennedy
196. Eugene J. McCarthy. La Democracia en marcha
197. Chester Bowles. Amanecer Político
198. John C. Dreier (comp). La Alianza para el Progreso: problemas y perspectivas
200. Henry Brandon. Así Somos. 17 conversaciones…
201. Oscar y Mary Handlin. Las Dimensiones de la Libertad
202. Stephen Crane. La Roja Insignia del Valor y otros cuentos (El Rojo Emblema del Valor)
203. Harlan Clevelnd (comp.) Los que pueden traer las tensiones mundiales
204. D.G. Kousoulas. La Clave del Progreso Económico
205. Thomas Jefferson. Autobiografía
206. James Fenimore Cooper. El Último de los Mohicanos
207. Clark Eichelberger. Las Naciones Unidas: sus primeros 15 años
208. Benjamin Franklin. Autobiografía
209. Nikita Krushev (autor)/N.H. Mager y Jacques Kattel (comp. y editores). La Conquista sin Guerra. Antología analítica de los discursos de Krushev
210. Albert Q. Maisel. Los que se quedaron: historia de los grupos étnicos de los Estados Unidos
211. William Brand. La lucha por una vida mejor
213. Frank Burt Freidel. Los Estados Unidos en el Siglo Veinte, 2 tomos
216. Conrad Richter. El Campo
218. Nathaniel Hawthorne. La letra escarlata
219. Dexter Perkins. Los Estados Unidos y Latinoamérica
220. Louis Henkin. Control de armamentos
221. Comisión Warren. Resumen del Informe de la Comisión Warren sobre el asesinato del presidente de los Estados Unidos de América, John F. Kennedy
222. Wladimir S. Woytinsky. Viaje tormentoso. Historia de una vida, a través de dos revoluciones rusas, hacia la democracia y la libertad: 1905-1960, 2 tomos
223. Kenneth E.Beer. Los Estados Unidos en el microscopio
224. George Paloczi-Horvath. El escritor y el comisario: libro de antecedentes
225. Henry B. Kranz. Nueva semblanza de Abraham Lincoln
226. Mark Twain. La Vida en el Misisipí
227. David Ewen. Historia de la música popular norteamericana
228. Eleanor Roosevelt. Autobiografía
229. Nathaniel Benchley. Extraños en la isla
230. Mario Pomilio. El Nuevo Orden
232. Sarah Gainham. Las Rosas de Piedra
233. Mark Twain. Las Aventuras de Huckleberry Finn
234. Washington Irving. Prosa Selecta
237. Richard Thruelsen y John Kobler (comp.). Varios autores. Proezas del Pensamiento
238. Walt Whitman. Hojas de Hierba
239. Leon Howard. La Literatura y la Tradición Norteamericana


Sin numeración conocida:
—Anónimo. Robin Hood
—Arthur Upfield. Bony compra una mujer
—Arthur Upfield. El asesinato debe esperar
—Arthur Upfield. Los Solterones de Broken Hill
—Agustí Bartra (comp.). Los mejores cuentos policíacos del idioma francés
—Octavio Feuillet. La novela de un joven pobre
—Omer Carmichael y Weldon James. El Caso de Louisville
—Matthew Head. Asesinato en el Pulga Club
—Alphonse Marie Louis de Lamartine. Graziella: novela de amor



domingo, 11 de mayo de 2025

5 recomendaciones que un libro de 400 años de antigüedad ofrece sobre la melancolía

 

Redacción
BBC News Mundo

 

En 1621, Robert Burton publicó "Anatomía de la Melancolía", el primer intento en el mundo occidental moderno por comprender y categorizar las causas, los síntomas y los tratamientos de esta experiencia humana universal.

Burton, quien era erudito y profesor de la Universidad de Oxford, Inglaterra, se inspiró en los escritos de otros y también en sus propias experiencias.

Pero ¿cuánto de esta obra fundamental de Burton se sostiene hoy en día con lo que sabemos de la depresión y los trastornos del estado de ánimo?

Para encontrar la respuesta, la escritora británica Amy Liptrop analiza a continuación 5 de las teorías de Burton.

 

1. Identificación de patrones

Para quien la padece, la depresión puede parecer inconexa, pero nuestros estados de ánimo a menudo siguen patrones bastante similares. Burton teorizó que la melancolía era una "enfermedad hereditaria" y buscó patrones de enfermedad mental en familias y entre generaciones.

Puede que no estuviera tan equivocado: hoy en día se ha descubierto que la depresión tiene un componente tanto genético como ambiental.

La doctora Frances Rice, que trabaja con familias para abordar los trastornos depresivos, explica: "Cuando un padre o madre padece depresión grave, me gustaría ver un servicio de salud donde tanto el niño como su familia puedan participar juntos y la familia también pueda recibir esa atención".

Los patrones genéticos no sólo son útiles para predecir enfermedades mentales; también podemos estudiar patrones en nuestro comportamiento.

El estudio de Robert Burton sobre la melancolía no se centra solo en los momentos más bajos, sino que también lleva al lector a las vertiginosas alturas de sus propias emociones.

Con los avances en nuestra comprensión de los trastornos del estado de ánimo, académicos contemporáneos han sugerido que los altibajos extremos de Burton podrían haber sido, de hecho, síntomas de trastorno bipolar.

Burton tenía una comprensión sorprendente de su propio estado de ánimo en constante cambio y de las circunstancias que lo afectaban.

Hoy en día, esta conciencia puede considerarse una herramienta vital para el manejo de una enfermedad mental.

Si podemos observar patrones en nuestros estados de ánimo y comportamientos, podemos empezar a gestionar los factores externos que contribuyen a ellos.

 

2. Los beneficios de un baño frío

En su libro, Burton recopiló una amplia gama de ideas y textos escritos por otros. El beneficio de bañarse al aire libre "en ríos frescos y agua fría" fue una de las teorías que incluyó, ya que se decía que era recomendable para cualquiera que deseara vivir una larga vida. Puede que tuviera razón.

400 años después, el doctor Mike Tipton, director de investigación del Laboratorio de Entornos Extremos de la Universidad de Portsmouth, Inglaterra, respalda esta idea.

La atribuye a algo llamado adaptación cruzada: "A medida que uno se acostumbra al estrés del agua fría y logra gestionarlo mejor a nivel fisiológico y celular, también reduce la respuesta inflamatoria a otros tipos de estrés que pueden provocar trastornos como la depresión".

 

3. Estar en contacto con la naturaleza

Para Burton, la naturaleza era clave para aliviar los síntomas de la melancolía. Ensalzaba las virtudes de hierbas y flores como la borraja y el eléboro para despejar la mente, purificar las venas de la melancolía y alegrar el corazón.

Según el profesor Simon Hiscock, director del Jardín Botánico de Oxford, plantas como la borraja se han utilizado para tratar la melancolía, la ansiedad y la depresión desde la época clásica.

No solo se creía que esta modesta hierba traía alegría, también se dice que se administraba a los soldados romanos con vino para infundir valor en la batalla.

Burton señaló que los efectos "regocijantes" de la naturaleza no se limitaban a las plantas comestibles.

También era un ferviente defensor de la jardinería, cavando y arando para revitalizar el cuerpo.

Para Monty Don, jardinero y locutor británico, esto sigue siendo cierto hoy en día. Don describe la "poderosa medicina" que surge al conectarse físicamente con las plantas, manipular la tierra y sentir el crecimiento del follaje que se ha plantado.

Monty Don ha experimentado los beneficios del ejercicio en sus propias experiencias con la depresión: "Suelo pensar que el mejor ejercicio es cuando se combina con algún tipo de función", afirma.

Pasear al perro, por ejemplo, proporciona ejercicio, propósito y una conexión con la naturaleza.

Las creencias de Burton sobre el poder de salir al aire libre ya han sido reconocidas formalmente e incluso se han incorporado en los tratamientos del Servicio Nacional de Salud de Reino Unido.

 

4. Un problema compartido

"La mejor manera de encontrar consuelo es compartir nuestra tristeza con un amigo, no reprimirla en nuestro propio pecho", escribió Burton hace 400 años.

La introspección y el aislamiento son comportamientos comunes entre quienes sufren depresión. Si bien esto rara vez mejora la situación, contrarrestar estos impulsos socializando puede parecer casi imposible.

La doctora Rice sugiere programar actividades placenteras como parte del plan de tratamiento.

Programar actividades proporciona un impulso para llevarlas a cabo, aumentando las posibilidades de que el paciente obtenga sus beneficios, incluso si esto es lo contrario de lo que siente que desea hacer.

Al acudir al médico de cabecera por bajo estado de ánimo, es probable que le receten antidepresivos, pero los médicos ahora también pueden recetar medicamentos sociales, como clases de arte o grupos de caminata.

 
"La mejor manera de encontrar consuelo es compartir nuestra tristeza con un amigo, no reprimirla en nuestro propio pecho", escribió Burton
 

Si la soledad, en lugar de una enfermedad mental grave, está causando anhedonia (la pérdida del gozo con las actividades que eran placenteras), una receta social podría ser mucho más útil que la medicación.

La comunidad es clave. Burton, por lo tanto, tenía razón cuando sugirió "recurre a amigos... cuyas bromas y alegrías pueden alegrarte".

 

5. Equilibrio entre vida laboral y personal

Bueno, "equilibrio entre vida laboral y personal" no es la terminología exacta que Burton habría usado.

El escritor optó por el término mucho más poético de "amor por aprender" en lugar de "estudiar excesivamente".

Su teoría era que pasar demasiado tiempo encorvado leyendo y escribiendo significaba no dedicar suficiente tiempo a otras prácticas que sabemos que son buenas para la salud mental, como el ejercicio, el sueño y la socialización.

Aquí es donde entra en juego el equilibrio: cuando nuestras mentes están inquietas y agitadas, estudiar nos proporciona una distracción bienvenida, un enfoque positivo y un sentido de propósito.

Sin embargo, estudiar demasiado nos hace sedentarios y solitarios, descuidando las demás actividades que nutren una mente sana.

Puede que Burton escribiera su obra hace 400 años, pero su colección de teorías sobre las causas, los síntomas y los tratamientos de la melancolía sigue siendo útil y relevante hoy en día.

Es claro que su comprensión de la fisiología está hoy completamente desactualizada, pero Burton, y aquellos a quienes estudió, tenían un entendimiento innato de cómo aliviar mejor nuestros síntomas melancólicos.

Si la autoconciencia, la natación, la naturaleza, la comunidad y la lectura funcionaron para ellos, ¿por qué no para nosotros?

 

Fuente: Anatomía de la Melancolía

sábado, 10 de mayo de 2025

5 inventores que murieron por sus propias creaciones

 

Así como Dédalo que perdió a su hijo Ícaro en la mitología griega, varios han sido víctimas de sus propios inventos.

 

BBC News Mundo
Redacción

 

No todos los inventores corren con la misma suerte.

Algunos se hacen famosos por sus creaciones y hay hasta quienes pasan a la historia como un nombre que todo el mundo asocia a su producto.

Desde el código Morse de Samuel Morse y la pasteurización de Louis Pasteur, hasta el jacuzzi de Candido Jacuzzi y el cubo de Rubik de Ernő Rubik, pasando por cosas más macabras como el fusil Kaláshnikov AK-47 de Mijail Kaláshnikov, más melodiosas como el saxofón de Adolphe Sax y más sabrosas como el sandwich del IV conde de Sandwich...

La lista es larga.

Pero también larga es la de innovadores cuyos nombres pocos recuerdan, aunque sus inventos se usen cotidianamente, como Robert Yates, a quien le debemos el abrelatas, Margaret Knight, que creó la bolsa de papel con fondo plano, o Garrett Augustus Morgan Sr., el afroamericano que inventó el semáforo.

 Y luego están aquellos cuya muerte estuvo estrechamente vinculada con sus propias creaciones.

He aquí 5 de ellos. 

 

Caídos del cielo

Lograr volar como los pájaros ha sido un antiguo sueño compartido.

E imaginado: en la mitología griega, Dédalo lo hizo para escapar de su propia creación, el laberinto de Creta, con unas alas de plumas y cera de fabricación propia que ajustó a su espalda y la de su hijo Ícaro.

Pero así como Ícaro, otros a lo largo de la historia cayeron de las alturas, aunque no precisamente por "volar demasiado cerca del Sol".

Incluso cuando ya había en qué volar y lo que se quería era más bien flotar para amortiguar las caídas del cielo, la fuerza de la gravedad siguió cobrando víctimas.

Una de ellas fue el acuarelista británico Robert Cocking, recordado no por sus obras de arte, sino por morir en el primer accidente de paracaídismo de la historia.

Estas dos litografías en color muestran el ascenso del globo y el fatal descenso en paracaídas de Robert Cocking (1776–1837).

En 1785, el célebre inventor francés Jean-Pierre Blanchard había realizado el primer salto en paracaídas moderno.

Medio siglo, y otros paracaídas, después, Cocking pensó que podía mejorar el diseño de esos artilugios, y pasó años desarrollando uno hasta que llegó la hora de mostrarlo.

El 24 de julio de 1834, despegó a bordo de su creación y se elevó hacia el cielo londinense colgado del famoso globo Royal Nassau.

Al llegar a la zona de aterrizaje en Greenwich, había ascendido unos 1.500 metros, y el Sol ya se estaba poniendo: tenía que soltarse del globo. Era ahora o nunca.

Lo hizo y por un momento todo parecía bien, aunque iba demasiado rápido. Pero de repente, la tela del paracaídas se volteó, empezó a romperse y luego se separó por completo de la cesta.

Cocking murió en el impacto. Había olvidado tener en cuenta el peso del paracaídas en sus cálculos.

Unos 80 años más tarde, un sastre francés corrió con la misma suerte.

Franz Reichelt mostrando el paracaídas que diseñó.

La caída de Franz Reichelt fue igual de espectacular, solo que en su caso la ilustraron no solo por dibujantes sino también fotógrafos y todo un equipo de filmación.

El sastre quería diseñar un traje para pilotos que se expandiera en un paracaídas en caso de que necesitaran eyectarse del avión.

Sus primeros diseños con alas plegables hechas de seda resultaron prometedores en pruebas con maniquíes lanzados desde su edifició en París.

Pero no eran fácilmente portátiles así que modificó el diseño y, cuando estuvo listo, buscó un lugar de lanzamiento más alto, para que los maniquíes ganarán suficiente velocidad y así su paracaídas se desplegara correctamente y frenara la caída.

El primer piso de la Torre Eiffel, que estaba a 57 metros del suelo, era ideal.

Obtuvo permiso para una prueba, y convocó a la prensa para el 4 de febrero de 1912.

Ese día hizo un anuncio sorpresa: no tiraría un maniquí, se lanzaría él mismo.

A pesar de que la policía le advirtió que no tenía permiso para un salto en vivo, y de que sus amigos intentaron disuadirlo, se subió a la torre y, con el traje parcialmente desplegado, saltó.

El paracaídas nunca se abrió por completo y Reichelt murió frente a una multitud de espectadores.

 

Contra viento y marea

Una silla de aspecto cómodo que, cuando alguien se sentaba en ella, cerraba sus brazos alrededor del ocupante. Un carrito de té con golosinas que flotaba mágicamente desde el techo...

Dos de las muchas atracciones que sorprendían a los visitantes en la residencia de Henry y Jane Winstanley, conocida como la Casa de las Maravillas de Essex, Inglaterra.

Eran obra del pintor y grabador Winstanley, a quien le fascinaban los artilugios mecánicos e hidráulicos.

En la década de 1690, abrió un teatro acuático matemático en Londres, repleto de atracciones extravagantes e ingeniosas de confección propia.

Su popularidad le permitió invertir en barcos.

 
La primera versión del faro de Winstanley, que era, como la segunda, colorido y adornado.
 
Cuando dos de ellos naufragaron en las rocas de Eddystone frente a la costa sudoeste de Inglaterra, Henry Winstanley se enteró de que esa zona era famosa por causar naufragios y costarle la vida a muchos marineros durante siglos.

Tenía que hacer algo.

Diseñó planes para construir un faro en las rocas y los llevó al Almirantazgo, pero le costó convencer a las autoridades: nunca se había construído un faro en alta mar y menos sobre unas rocas que el agua cubría en marea alta.

Las obras comenzaron en 1696, pero Winstanley fue secuestrado por piratas franceses. Volvió a su labor apenas lo liberaron, y en 1698 prendió las 60 velas de la torre de 27 metros.

Cuando observó que crujía con vientos fuertes y no se veía si las olas eran muy grandes, rediseñó la estructura, reforzó las paredes y aumentó su altura a 40 metros.

Satisfecho con la seguridad de su invento, el primer faro en alta mar de la historia, Winstanley declaró que pasaría feliz una noche allí durante la "mayor tormenta que jamás haya habido".

Dicho y hecho.

Más alto y fuerte, para advertirle a los barcos del peligro. 

En 1703 se desató la tormenta más feroz jamás registrada en las Islas Británicas, con vientos que alcanzaron los 190 kilómetros por hora, matando tanto en el mar como en tierra a unas 15.000 personas.

Winstanley esperó con impaciencia la oportunidad de ir a ver si su faro había superado tal prueba, y el 27 de noviembre los vientos amainaron lo suficiente como para hacerlo.

Encantado de encontrarlo en pie, les dijo a sus acompañantes que pasaría la noche ahí y que volverían a buscarlo por la mañana. Nunca más lo vieron.

Esa noche, los vientos soplaron aún más fuerte, llevándose todo rastro del faro y su creador, como relata The ministry of history.

Pero su obra no había sido en vano.

Durante los 5 años que funcionó, no se registraron naufragios en la zona, una hazaña fenomenal en un lugar tan peligroso.

Es por eso que hasta el día de hoy hay un faro en las rocas de Eddystone.

 

Rayos y centellas

En la década de 1740, los fenómenos eléctricos despertaron el interés de muchos los científicos, especialmente tras la invención accidental de la botella de Leyden en 1745.

El físico ruso de origen alemán del Báltico Georg Wilhelm Richmann, quien realizó trabajos pioneros sobre electricidad, fue uno de esos entusiastas.

Cuando en 1752, Benjamin Franklin afirmó que el rayo era un fenómeno eléctrico, y que un experimento podría demostrarlo, Richmann quiso hacerlo, para poder medir la fuerza de la electricidad atmosférica con un electrómetro que había inventado.

Instaló una varilla de hierro en su casa conectada a un cable en el techo, con su electrómetro montado en la varilla, explica un artículo de Linda Hall Library

Ilustración de De Les Merveilles de la Science, publicado en 1870, de la muerte de Richmann.

El 6 de agosto de 1753, se desató una tormenta y Richmann se apresuró a regresar a casa desde la Academia Rusa de Ciencias, llevándose consigo al grabador de la Academia, quien fue testigo de lo que ocurrió.

Richmann tenía la vista puesta en su electrómetro cuando el grabador vio una pequeña bola de relámpago saltar de la barra a la frente de Richmann, enviándolo al suelo.

Luego, hubo una explosión y las llamas se empezaron a esparcir.

Richmann fue la primera víctima fatal de una investigación eléctrica.

"No todo electricista puede morir de manera tan gloriosa como el justamente envidiado Richmann", escribiría en 1767 el científico británico Joseph Priestley.

 

A patadas

El siglo XIX vio el principio de una era de enormes imperios editoriales, y para suplir la demanda hubo que superar las limitaciones de las rotativas eléctricas existentes.

Y, en la década de 1860, el estadounidense William Bullock ayudó a revolucionar la industria de la impresión. Inventó la imprenta rotativa de bobina, que resolvió varios de los problemas técnicos más importantes.

Su prensa permitió que grandes rollos de papel continuos fueran alimentados automáticamente a través de rodillos, eliminando así el laborioso sistema de alimentación manual de las prensas que habían anteriormente.

Además la prensa se ajustaba automáticamente, imprimía por ambos lados, doblaba el papel y las hojas eran cortadas, precisa y velozmente.

Pero en abril de 1867, cuando estaba haciendo ajustes a una de sus nuevas prensas que se estaban instalando para el periódico Philadelphia Public Ledger, una correa de transmisión se salió de la polea.

En vez de apagar la rotativa, William Bullock hizo honor a esa consagrada tradición de pegarle una patada a una máquina para que funcione.

Su pierna se enredó en el mecanismo y, aunque lograron atenderlo, desarrolló gangrena y murió durante una operación para amputarle la pierna.

En 1964 fue honrado con una placa que dice: "Su invención de la prensa rotativa (1863) hizo posible el periódico moderno".

 

 Fuente: 5 Inventores

 

 

jueves, 8 de mayo de 2025

Colección Joyas de Bolsillo

Editorial Novaro, México

1965-1971

Del resto de la colección no hay más información disponible.

Las obras de terror y fantasía dentro de la colección se pueden consultar aquí.   


240. Edgar Rice Burroughs. Tarzán Triunfante
241. Edgar Rice Burroughs. Tarzán y la Ciudad de Oro
242. Edgar Rice Burroughs. Tarzán y La Legión Extranjera
246. Shane Douglas. Cirujano de Guardia
247. Edgar Rice Burroughs. Tarzán el Invencible
249. Richard Stark (Donald Westlake). El hombre que cambió de cara
256. Larry M. Harris. El Caso de los Perritos lanudos
257. Jonathan Craig. El Caso del Extraño silencioso
259. Steve Frazee. Cabalga Solo…
263. Stephen Marlowe. El Peligro es mi Paga
264. Alain Caillou. Misión en Marsella
265. Harry Kemelman. Un Rabino en apuros
267. Craig Rrice y Ed McBain. ¿Qué pasó con April Robin? o Dos Fotógrafos enfocan el crimen
268. Jessica Mitford. El lujo de morir
272. Jason Ridgway. Un mundo de muertos
278. William Ard. La ciudad infernal
284. Charles Samules. Muerte en el lago
285. Kurt Singer. Mata-Hari
288. Fielding Hope. Guerra de Espías
290. Murray Leinster. Plataforma Espacial
293. Clifford D. Simak. ¡Mundos sin fin!
296. James Blish. Gigantes en la Tierra/Robert Silverberg. Nosotros los merodeadores
301. Nelson Nye. Desierto de los Condenados
305. Charles Runyon. ¡Lo dieron por muerto!
308. Donald Wesslake. ¡Golpe por Golpe!
309. Jack Williamson. Los Humanides
312. Dan Lynch. Cuatro veces perdedor
313. Eando Binder. Anton York, Inmortal
314. Evelyn Bond. Mansión de las Voces Distantes
315. Jack Bertin. Monstruos del más allá
316. Murray Leinster. Destino: ¡La Luna!
318. Frederik Pohl y Jack Wiliamson. Marinia
319. Jonah Ruddy y Jonathan Hill. Bogey. El Hombre, el Actor, la Leyenda (biografía de Humphrey Bogart)
320. Allan Vaughan Elston. Marcus Lindsay resucita
321. Howard Browne. El sabor de las cenizas
322. Cornell Woolrich. El Telón Negro
323. Antón Chéjov. Excelentes Personas… 14 extraordinarios relatos de Chéjov
325. Frank Gruber. El Justiciero
327. Doris Knight. Enfermera nocturna
329. Dennis Wheatley. La Baronesa Negra
332. Edward Elmer Smith. ¡Galaxia en peligro!
333. Frank Belknap Long, Jr. El Día del Robot
335. Cliffon Adams. La Leyenda de Lonnie Hall
337. Gustave Flaubert. La Educación Sentimental
340. Jack London. El Hombre Cara de Luna
341. Guy de Belleval. Un Hombre fácil
342. Margaret Millar. Boda Macabra
344. W.F. Miksch. La Familia Addams
345. Edgar Rice Burroughs. Una Princesa de Marte
346. Edgar Rice Burroughs. ¡Los Dioses de Marte!
347. Edgar Rice Burroughs. Piratas de Venus
348. Edgar Rice Burroughs. Perdidos en Venus
350. Arvel W. Ahlers. La fotografía al alcance de todos
351. Frederik Pohl y Jack Wiliamson. ¡Ciudad Submarina!
354. Edward Elmer Smith. El Espía Interplanetario
357. Edward Elmer Smith. ¡Triplanetario!
358. Roger Sarac. Los Retrógrados
359. Frederik Pohl y Jack Wiliamson. Aventuras bajo el Mar
361. Stephen Ransome. El Secreto Mortal
362. Edward Elmer Smith. Patrulla Galáctica
363. Marston Johns. La muerte espacial
365. Hank Searls. ¡Terror en la Luna!
366. Edward Elmer Smith. El Planeta Secreto
368. Lee Floren. Ambición fatal
369. Phil Hirsch (compilador). La Casa de la Muerte. 13 relatos verídicos
371. Edward Elmer Smith. Un Mundo destruido
376. Lincoln P. Bloomfield. Desafío Espacial
377. James Fenimore Cooper. El Espía
378. Herman Melville. Benito Cereno


Sin numeración conocida:
—Steve Brackeen. Rencor fatal
—Jason Ridway. La Tumba de hielo
—Roy Stratton. El Misterio del Profesor Mason
—Tom West. Jornada de tortura
—William K. Everson. Hollywood, Fábrica de Sueños
—Henry Kane. Muerte por partida doble
—D.B. Olsen. La muerte camina con pies de gato






martes, 6 de mayo de 2025

Célebres intentos de fuga, Al Capone y Hollywood: cómo se construyó el mito de la "prisión maldita" de Alcatraz

 


Por Valeria Perasso*
BBC News Mundo

 

Fue la isla con el primer faro de la costa oeste estadounidense, construido a mediados del siglo XIX para guiar a los barcos en el Pacífico. Fue un fuerte con fines defensivos y un centenar de cañones listos para proteger a California de cualquier ataque marítimo. Fue también una reserva natural de pelícanos, de los que heredó el nombre.

Pero la fama de Alcatraz se cimentó en los años en que esta isla frente a la bahía de San Francisco, en el norte de California, albergó una prisión federal de alta seguridad y fue hogar forzado de algunos de los gangsters más temidos de Estados Unidos.

Entre 1934 y 1963, "La Roca" –como se la llamó– fue el centro de reclusión modelo al que se trasladaba a criminales considerados demasiado peligrosos para otras cárceles del continente, con el fin de enseñarles a comportarse tras las rejas.

En 1962 tuvo lugar su fuga más famosa: en parte porque de los tres reclusos nunca volvió a saberse, pero también porque, tras ella, el gobierno estadounidense ordenó el cierre de la prisión. Sin embargo, la leyenda construida alrededor de sus celdas continúa alimentándose de las narraciones orales y del cine de Hollywood.

El presidente Donald Trump ha ordenado ahora reabrir y ampliar la más famosa prisión del país "para albergar a los delincuentes más despiadados y violentos de EE.UU.".

BBC Mundo te presenta aquí cinco claves para entender cómo la infame prisión llegó a convertirse en un famoso destino turístico.

La prisión de Alcatraz se ha convertido en un destino turístico.

Una prisión modelo

Ubicada en un islote árido y rocoso en el Pacífico Norte, la primera fortificación de Alcatraz fue construida alrededor de 1850 y usada como prisión militar.

Las autoridades consideraban que su aislamiento era garantía suficiente para coartar cualquier intento de fuga: imposible llegar vivo a la costa –decían- sin perecer a causa de las corrientes y las bajas temperaturas de las aguas.

Hacia 1912, allí se levantaba el edificio de cemento reforzado más grande del mundo.

Pero fue en 1933 que Alcatraz selló su reputación como una cárcel diferente: se convirtió en "prisión de prisiones", como la denominó la Oficina Penitenciaria Federal.

¿Qué significaba esto en la práctica? Que recibiría a la población carcelaria que resultaba demasiado indisciplinada para otros centros de detención en Estados Unidos.

 

Fue, además, un "modelo de prueba" para el sistema de custodia de 1x3 -un cuidador asignado por cada tres reclusos- que luego se extendería a otras prisiones federales.

Su primer guardián fue James Johnston, quien consideraba la cárcel como un espacio de disciplina extrema, más que de rehabilitación y reinserción social de los condenados. Bajo su rigor, cada uno de ellos fue asignado a una celda individual: lejos de ser un lujo, el confinamiento solitario era un modo de evitar complots y confabulaciones.

La peor de las reglas en vigor, según se recoge de las experiencias de sus habitantes, era la de guardar extremo silencio: los reclusos sólo podían conversar durante los recreos de fin de semana.

Y aquellos que mostraban mala conducta eran enviados al llamado "Agujero", un espacio subterráneo en el que un castigado podía pasar semanas enteras.

 Los presos tenían celdas individuales en Alcatraz.

Criminales temibles

Según la Oficina Federal de Prisiones (BOP, en inglés), la población carcelaria en Alcatraz se mantuvo siempre por debajo de la capacidad máxima del recinto.

En promedio, albergó entre 260 y 275 prisioneros, apenas 1% del total de reclusos a nivel federal. Pero fueron los personajes tras las rejas los que ayudaron a cimentar la leyenda: grandes nombres del crimen organizado en la era de la Gran Depresión.

El más conocido fue sin dudas Alphonse "Al" Capone, mafioso y contrabandista líder de una aceitada organización criminal con base en Chicago.

Capone fue enviado a la isla californiana porque, según las autoridades, su reclusión previa en una cárcel de Atlanta no había bastado para que dejara de mover los hilos de sus actividades delincuenciales. Pasó allí poco más de cuatro años, hasta que fue diagnosticado con sífilis y trasladado a otro centro.

Otro personaje cuya fama trascendió los pasillos de la prisión fue Robert Stroud, condenado por asesinato.

Lo apodaban "el pajarero de Alcatraz" por su afición a las aves: había tenido varias durante su confinamiento previo en Kansas, pero aquí no estaban permitidas las mascotas y debió conformarse con despuntar su pasión por la ornitología en manuscritos autobiográficos.

 
"Al" Capone fue el preso más famoso de Alcatraz.

Alvin Karpowicz, apodado "Creepy Karpis", fue el "enemigo público número 1" en la lista del FBI en los años 30 y el preso de más larga estadía en Alcatraz: 25 años y un mes.

También pasaron por estas celdas el gangster George "Machine Gun" Kelly Barnes y Rafael Cancel Miranda, miembro de Partido Nacionalista de Puerto Rico y responsable de un ataque armado contra el Capitolio de Washington en los años 50.

 

Grandes escapes… frustrados

Los arquitectos pensaron Alcatraz como una prisión inexpugnable, de cercas electrificadas, alambres de púa y torretas con custodios armados.

Pero nada impidió que decenas de reclusos intentaran la huida: los registros oficiales dan cuenta de 14 intentos a lo largo de casi tres décadas, que involucraron a 36 personas. Según la BOP, 23 de ellos fueron recapturados, seis murieron de bala durante la fuga y otros dos, ahogados.

Pero otros cinco jamás fueron hallados: las autoridades los catalogan de "desaparecidos", aunque los más escépticos sugieren que podrían haber tenido éxito en sus empresas.

La primera de las fugas orquestadas con osadía se registró en 1936, dos años después de la inauguración de "La Roca" como prisión federal, y fue un intento rústico y desesperado: un tal Joe Bowers decidió escalar la pared del presidio y fue baleado por los guardias al no acatar la orden de descender.

Otros más elaborados ocurrieron a mediados de los años 40.

El de John Giles, en 1945, fue casi exitoso: con ropas militares robadas y documentos falsificados, logró abordar una embarcación militar y llegar al continente, pero a último momento las autoridades notaron que su uniforme era distinto al de los demás y procedieron a detenerlo.

En 1946 se frustró la huida más violenta en el historial del centro: en la llamada "batalla de Alcatraz", seis reclusos consiguieron armas de fuego, mataron a dos vigilantes e hirieron a otros 18, pero no lograron escapar.

 
Durante la "batalla de Alcatraz", siete guardias fueron encerrados en esta celda por los presos amotinados.
 
Los dos últimos intentos tuvieron lugar en 1962 y sellaron el final de Alcatraz como prisión, hace 50 años: primero, los reclusos Frank Morris, Clarence y John Anglin huyeron sin dejar rastros, salvo algunas pertenencias halladas en la cercana Angel Island, y fueron registrados en los informes como "presuntamente ahogados"; luego, John Scott y Darl Parker lograron vencer los barrotes y salir por una cocina en el subsuelo, aunque fueron interceptados en las aguas aledañas a la isla. 
 
 
Imagen "hecha en Hollywood"

La representación de Alcatraz en el imaginario popular ha sido alimentada por las películas de Hollywood, no siempre fieles a los hechos recogidos por historiadores y documentalistas.

"Alcatraz no fue la 'prisión maldita' de Estados Unidos que muchos libros y películas retratan. De hecho, muchos prisioneros consideraban que las condiciones de vida, como el tener celdas individuales, eran superiores a las de otras prisiones federales", señaló un portavoz de la BOP.

Una de las más recordadas es "Escape de Alcatraz" (1979), cinta protagonizada por Clint Eastwood y concentrada en el anteúltimo intento de fuga, el de Frank Morris y los hermanos Anglin. La película sugiere que tuvieron éxito en su empresa, aunque no existen evidencias de que hayan logrado nadar hasta la costa del continente.

En tanto, la fama del pajarero Stroud se construyó con la ayuda de un texto biográfico que luego fue llevado al cine como "La celda olvidada" en 1962, con Burt Lancaster en el papel principal.

"Asesinato en primer grado" (1995), por su parte, presentó al recluso Henri Theodore Young -interpretado por Kevin Bacon- como un huérfano solitario que cae en prisión por un delito menor. No obstante, los relatos de la época señalan que Young tenía muchos crímenes en su haber, al que luego agregó el asesinato de un compañero de celda.

Burt Lancaster dio vida a Robert Stroud en "El hombre de Alcatraz".

 

La cárcel también fue el escenario de "La Roca" (1996), un filme con Nicholas Cage y Sean Connery, y "El libro de Eli" (2010), con Denzel Washington.

Otros productos culturales de menos impacto incluyen un videojuego que lleva el nombre del presidio, una serie de TV estrenada en 2012 pero cancelada tras su primera temporada, y una película en 2018.

 

La indignación indígena

Junto a los intentos de fuga, los costos operativos de Alcatraz forzaron su cierre en 1963: el Departamento de Justicia calculó que se necesitaba una inversión de US$5 millones para reparar las instalaciones erosionadas por el salitre, sumada al presupuesto de casi US$10 al día por cada prisionero, muy por encima del de otras penitenciarías.

Pero tras su clausura oficial, la isla no quedaría deshabitada por mucho tiempo: un grupo de activistas indígenas, reunidos en la organización "Aborígenes de todas las tribus", tomó control del lugar y se propuso instalar una escuela y centro cultural. Se atribuían derechos históricos sobre el peñón, donde en el siglo XIX se había confinado a jefes tribales rebeldes al gobierno estadounidense.

Pero el proyecto estuvo marcado por las limitaciones económicas –en especial por los altos costos de hacer llegar provisiones y herramientas a la isla-, por rencillas internas y un gran incendio de lo que quedaba de las instalaciones, que hicieron que el presidente Richard Nixon ordenara su desalojo en 1971.

Hoy es uno de los destinos más visitados desde San Francisco y recibe 1,2 millón de turistas al año, según el Servicio de Parques Nacionales.

Es además el punto de partida del triatlón anual "Escape de Alcatraz", en el que cientos de atletas prueban que, con el entrenamiento y el equipamiento apropiados, es posible salir de la temida isla y llegar entero a tierra firme. De hecho, la largada de la edición de este año está fijada para el 31 de mayo.

Con el anuncio de Donald Trump, Alcatraz volverá a tener su previo y famoso propósito.

*Este artículo, que ha sido actualizado, fue inicialmente publicado en junio de 2012.

 

 
Grupos indígenas reclaman derechos históricos sobre la isla de Alcatraz.

 

Fuente:  Prisión de Alcatraz