1887
28 de abril
La discusión de la Ley Billingsley se celebró en el Senado el 28 de abril. Al principio todo transcurrió muy tranquilo. Algunos espectadores comenzaron a murmurar cuando los senadores criticaron la ley calificándola de de absurda, pero la primera tormenta estalló cuando Emery subió al estrado de los oradores.
Solicitó permiso del Senado para hacer una declaración personal. Leyó a continuación dos artículos publicados en la Prensa, que había ofrecido su refinería de Filadelfia a la ʺStandardˮ. En voz no demasiado alta, pero amenazadora, leyó varias declaraciones juradas que negaban que hubiera una sola palabra de verdad en aquellos artículos.
Luego, mientras el Senado y los espectadores le escuchaban en solemne silencio, levantó la voz y gritó:
—No tengo necesidad de explicar ante el Senado quién ha puesto en circulación estos sucios embustes, ni el motivo. Ha sido la ʺStandard Oilˮ. Y ahora les voy a enseñar a ustedes quién es el hombre que se oculta tras estas infames mentiras.
Emery levantó el brazo y señaló hacia la tribuna pública.
—Por favor, apártense a un lado —gritó, y cuando los atónitos espectadores se hicieron a un lado, observaron allí un hombrecillo sonrojado clavado literalmente a su asiento por el dedo índice de Emery.
—¡Ese es! —tronó Emery—. ¡Se llama Scheide y es un agente de la ʺStandardˮ! Ese es el hombre que se ha atrevido a hacer circular esos infames embustes sobre mi persona. Cuánto me gustaría meterá ese hombre y a todos los de la ʺStandardˮ entre rejas.
—Es una verdadera lástima que el señor Emery haya malgastado su pólvora en salvas —comentó Archbold, cuando leyó el informe sobre el debate en el Senado—. ¡Una vez más ha apostado por el caballo perdedor!
En efecto, la peligrosa Ley Billingsley, a pesar de la fogosa intervención del señor Emery, había sido rechazada por el Senado por una mayoría de siete votos. No se sabe cuánto costaron los votos. Sin duda una suma muy considerable, pero sumas insignificantes en comparación con lo que le hubiese costado a la ʺStandardˮ si la ley hubiese sido promulgada. Estaban en juego muchos millones.
Rockefeller, de Hans Georg Merten (traducción de Víctor Scholz)
Biografía del magnate empresarial estadounidense John D. Rockefeller Sr. (1839-1937).
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
No ponga datos personales porque Internet no es tan confiable y por seguridad tendremos que borrarlos. No conteste en temas muy viejos salvo en los de las colecciones y en los más recientes. No se preocupe: Algunos títulos no faltan sólo que por razones X no estarán en los listados.