martes, 5 de diciembre de 2023

Colección Etiqueta Negra

La colección Etiqueta Negra fue publicada por editorial Júcar entre 1986 y 1991.

Hay otras colecciones de la misma editorial: una llamada Nueva Etiqueta Negra y otra denominada Etiqueta Secreta. No es posible confundirse porque las portadas dicen a qué colección pertenece el libro.

La lista fue puesta originalmente en el blog el 3 de setiembre de 2009.

Revisión de 2023: He corregido algunos títulos. De lo que falta o es dudoso no hay más información -como Flash me recorrí casi todo lo que da San Google en las búsquedas-, y para remate las bibliotecas ponen o tienen en sus catálogos títulos de obras como de una colección cuando en verdad pertenecen a otras colecciones de las mismas editoriales.

Vaya numeración: están el 128 y el 136 pero de los otros no hay ni las tapas... por lo que me huele que esos títulos fantasmas aparecieron en algún catálogo -o como en otros casos en una hoja final del libro o en la contraportada- pero que nunca se publicaron, que es lo que ha sucedido muchas veces salvo cuando la misma editorial destruía lo que había editado.

Si aparece algo ya veremos...


1. Donald Westlake. ¿Por qué Yo?
2. Chester Himes. Violación
3. Jim Thompson. Al Sur del Paraíso
4. Julián Ibañez. Mi Nombre es Novoa
5. Alfred Bester. Carrera de Ratas
6. Donald Westlake. Policías y Ladrones
7. Jonathan Valin. La Calera
8. Chester Himes. Plan B
9. Andrew Bergman. El Escándalo del 44
10. Paco Ignacio Taibo. Cosa Fácil
11. Thierry Jonquet. Tarántula
12. Isaac Asimov (rec). Sherlock Holmes a través del Tiempo y el Espacio
13. Janwillem Van de Wetering. Extranjero en Amsterdam
14. Stuart Kaminsky. Judy
15. Marc Behm. La Mirada del Observador
16. David Goodis. Calle sin Retorno
17. Lawrence Block. Ocho Millones de Maneras de Morir
18. Wade Miller. La Elección del Asesino
19. Jim Thompson. Una Mujer Endemoniada
20. Julián Ibañez. Tirar al Vuelo
21. H. Paul Jeffers. Muerte al Micrófono
22. Chester Himes. Negro sobre Negro
24. Carlos Pérez Merinero. La Mano Armada
25. Boris Vian. Escupiré sobre Vuestra Tumba
26. Jim Thompson. Los Alcohólicos
27. J. F. Burke. Trampa Mortal
29. Stuart Kaminsky. Disparen sobre Errol Flynn
30. Terry Cline. Presa
31. Janwillem Van de Wetering. Dios los Cría...
32. Juan Madrid. Regalo de la Casa
33. Thierry Jonquet. La Bestia y la Bella
34. William P. McGivern. Un Asesino Contratado
35. José Luis Muñoz. El Cadáver bajo el Jardín
36. James McClure. El Huevo Ingenioso
37. Martí Sarroca. Una Chica que lo enseñaba Todo
38. Bill Pronzini. Mercurio
39. Donald Westlake. Un Gemelo Singular
40. José Luis Muñoz. Barcelona Negra
41. James Gollin. El Libro de la Reina
42. Juan Madrid. Las Apariencias no Engañan
43. J.P. Manchette. Volver al Redil
44. Didier Daeninckx. Asesinos Archivados
45. Donald Westlake. Adiós Sherezade
46. Horace McCoy. Los Sudarios no tienen Bolsillos
47. Bill Pronzini. Sombras en la Noche
48. Juan Madrid. Un Beso de Amigo
49. Francisco Gónzales Ledesma. Expediente Barcelona
50. Donald Westlake. Un Diamante al Rojo Vivo
51. Jay Bennett. Saluda al Asesino
52. Bill Pronzini. Casos de Archivo
53. Juan Antonio de Blas. ¿Hay Árboles en Guernica?
54. Julian Rathbone. De Cuerpo Presente
55. Donald Westlake. Atraco al Banco
56. Janwillem Van de Wetering. Masacre en Maine
57. Fredric Brown. La Noche a través del Espejo
58. Stuart Kaminsky. El Factor Fala
59. Manuel Quinto. Estilo Indirecto
60. Tony Hillerman. Sendero de los Espíritus
61. Julian Rathbone. Objetivo: el Rey
62. J. François Vilar. Bastilla-Tango
63. Max Allan Collins. Un Detective de Verdad I
64. Max Allan Collins. Un Detective de Verdad II
65. Andreu Martín. A Navajazos
66. Andreu Martín. A Martillazos
67. Jim Thompson. El Asesino dentro de Mí
68. Howard Engel. Los Suicidas Asesinados
69. K.C. Constantine. Asesinato en la Estación de Rocksburg
70. Didier Daeninckx. Play-Back
71. Ed McBain. Saludos al Jefe
72. David C. Hall. No Quiero hablar de Bolivia
73. Stuart Kaminsky. Los Hermanos Marx en Apuros
74. Thomas Chastain. Escapada Nocturna
75. Donald Westlake. Un Pichón Recalcitrante
76. Thomas Boyle. Sólo los Muertos conocen Brooklyn
77. W.R. Burnett. Nadie vive Eternamente
78. Julián Ibañez. Llámala Siboney
79. Jim Thompson. El Embrollo
80. Dick Lochte. El Perro Durmiente
81. Donald Westlake. La Luna de los Asesinos
82. Albert Draper. Ocho Días de Junio
83. Mark Schorr. Red Diamond, Detective Privado
84. Jim Thompson. Los Timadores
85. Paco Ignacio Taibo II. Algunas Nubes
86. Donald Westlake. Tiempo de Matar
87. Bill Pronzini y Marcia Muller. Doble
88. Ed McBain. Llegó la Banda
89. Daniel Chavarría. La Sexta Isla I
90. Daniel Chavarría. La Sexta Isla II
91. Paco Ignacio Taibo II. La Vida Misma
92. Didier Daeninckx. El Verdugo y su Doble
93. Donald Westlake. El Palomo Fugitivo
94. J.P. Manchette. Nada
95. Mark Schorr. Red Diamond, As del Juego
96. J. François Vilar. Pasaje de los Monos
97. Joseph Wambaugh. La Estrella Delta
98. Didier Daeninckx. El Gigante Inacabado
99. Stuart Kaminsky. Joe Louis, 10 y K.O.
100. James Ellroy. Sangre en la Luna
101. Lawrence Block. Los Pecados de nuestros Ancestros
102. Nicholas Freeling. Un Largo Silencio
103. Jim Thompson. El Criminal
104. Mark Schorr. Red Diamond, Ídolo del Rock
105. Francisco Gónzales Ledesma. Las Calles de nuestros Padres
106. Ross Thomas. La Madriguera
107. Daniel Pennac. La Felicidad de los Ogros
108. William P. McGivern. Uno contra Todos
109. James Ellroy. A Causa de la Noche
110. James McClure. El Cerdo de Vapor
111. W.R. Burnett. Perseguido
112. Warren Murphy. Los Marranos Engordan
113. B.J. Sussman. y J.P. Manchette. De Balas y Bolas
114. Lawrence Block. Tiempo para Crear, Tiempo para Matar
115. James Crumley. Un Caso Equivocado
116. Nicholas Freeling. El Rey del País Lluvioso
117. Jim Thompson. Una Chica de Buen Ver
118. William P. McGivern. Una Cuestión de Honor
119. Bill Pronzini. Desaparecido
120. James Ellroy. La Colina de los Suicidas
122. Donald Westlake. El Hombre que cambió de Cara
123. David Goodis. Viernes Negro
124. Gerald Pietevich. Morir en Beverly Hills
125. Ana Porter. Agenda Oculta
126. Stuart Kaminsky. Movimientos Inteligentes
127. Elmore Leonard. Hombre Desconocido 89
128. Lawrence Block. Cuchillada en la Oscuridad
134. Bob Leuci. La Playa de Odessa
136. Julián Ibañez. Doña Lola



jueves, 23 de noviembre de 2023

Lo Que Me Encontré en el Bolsillo

 
Una muestra del atractivo arte de entretenerse a sí mismo

Extractos de un ensayo

Por G.K. Chesterton

Sólo una vez en la vida he metido mano de ratero en un bolsillo. Válgame de disculpa que quizás fue en un momento de  distracción y que ese bolsillo era el mío propio. Bien puedo describir tal acto como ratería, porque al sacar cosas de mi bolsillo experimenté al menos una de las emociones del ladrón: completa ignorancia y profunda curiosidad de lo que mi mano habría de encontrar.

Hacía un viaje relativamente largo encerrado en un vagón de ferrocarril de tercera clase. La hora era del atardecer; cielo y tierra desaparecían borrados, como con una enorme brocha húmeda, por una persistente cortina de lluvia incolora. 

No llevaba conmigo libros ni periódicos. No había en las paredes del carro carteles de anuncios; de otra suerte me hubiera sumergido en su estudio. Porque cualquier colección de palabras impresas es suficiente para sugerir infinidad de complejas ideas a la mente imaginativa. Cuando me encuentro, por ejemplo, frente a las palabras «Jabón Luz del Sol» puedo agotar todos los aspectos del culto rendido al sol, recordar todas las alabanzas hechas al fabuloso Apolo y traer a mi memoria las poesías al verano, antes de pasar a considerar el tema menos noble del jabón mismo. Pero no había palabra impresa, ni láminas de ninguna clase; no había sino paredes grises dentro del vagón y lluvia gris afuera.

Pero yo he negado siempre de la manera más enérgica, que exista o que pueda existir ninguna cosa que carezca de interés. Así, me quedé mirando fijamente las junturas de las paredes y luego los asientos del carro y me puse a pensar detenidamente en el tema fascinador de la madera. Y en el preciso instante en que empezaba a darme cuenta de la razón por la cual, quizás, Cristo  fue carpintero y no albañil ni panadero, me acordé repentinamente de mis bolsillos. Llevaba conmigo un tesoro ignorado. Una rica colección de curiosidades. Y principié a sacar cosas. 

Lo primero que encontré fue un buen número de billetes del tranvía de Battersea. Ellos me proporcionaron el material impreso que yo estaba deseando, porque llevaban al respaldo unos breves pero llamativos ensayos científicos en miniatura sobre cierta clase de píldoras. Relativamente hablando, en aquella indigencia mía esos billetes podían muy bien considerarse como una pequeña pero bien escogida biblioteca científica. Y si mi viaje durara unos cuantos meses más -lo que entonces parecía seguro- , podría lanzarme en una controversia imaginaria respecto a las píldoras y formular réplicas en pro y en contra, basadas sobre los datos que esos billetes me habían suministrado.

La cosa que saqué enseguida de mi bolsillo fue mi cortaplumas. Un cortaplumas, casi es innecesario decirlo, merecería por sí solo un voluminoso tomo de meditaciones morales. La cuchilla representa uno de los más primitivos de esos orígenes prácticos sobre los cuales, como sobre humildes y sólidos pilares, reposa la civilización humana. Los metales, el misterio de esa cosa que se llama hierro y  de esa cosa que se llama acero, me condujeron a una especie de sueño. Vi las oscuras y húmedas entrañas de los bosques en donde el hombre primitivo encontró entre todas las piedras comunes la piedra extraña. Vi vagamente la violenta batalla en que las hachas de piedra y los cuchillos de pedernal saltaban hechos pedazos al dar contra algo nuevo y brillante que blandía la mano de un hombre desesperado. Oí resonar todos los martillos y todos los yunques de la tierra. Vi todas las espadas de los tiempos feudales y todas las ruedas de la guerra industrial.

Porque la cuchilla no es otra cosa que una espada corta; y el cortaplumas es una espada secreta. Abrí el mío y me puse a contemplar esa lengua brillante y terrible que llamamos cuchilla, y pensé que acaso era el símbolo de la más antigua necesidad del hombre. Pero inmediatamente caí en la cuenta de que estaba en un error, porque al seguir en mi rebusca saqué del bolsillo una caja de fósforos. Vi entonces en ella el fuego, más fuerte aún que el acero, la llama, esa fiera y antiquísima entidad femenina que todos amamos, pero no nos atrevemos a tocar.

Encontré enseguida una barrita de tiza; en ese menudo fragmento vi con los ojos de la imaginación todo el arte y todos los frescos del mundo. Vino luego una moneda de muy poco valor; en ella contemplé no solamente la efigie e inscripción de nuestro César, sino también el gobierno y el orden desde el principio del mundo.

Pero ya no dispongo de espacio para continuar la lista de los artículos que siguieron saliendo de mi bolsillo, en espléndida procesión de símbolos poéticos. Quiero mencionar, sin embargo, una cosa que no pude encontrar en el bolsillo:
Mi billete del tren.


Revista Selecciones del Reader’s Digest, Tomo XIX, N° 111,  Febrero de 1950, pp. 21-23, Selecciones del Reader’Digest S.A., La Habana, Cuba

viernes, 27 de octubre de 2023

Inevitable Decisión

Blog

Estoy revisando lo que puedo cuando es posible. No voy a perder el tiempo con datos inútiles.

Hablaron por ahí de otras colecciones pero francamente varias de ellas tienen  demasiados libros de lo más olvidables -ni una hojeada se merecen- por lo que no pienso ocuparme de ellas ni por curiosidad.

Horacio: Dilo de una vez.

Hamlet: Qué pesado eres. Bien, lo suelto: Pensé que podía seguir investigando pero se me han venido o vienen encima continuamente las secuelas del odioso covid que me dificultan demasiado el trabajar, estudiar, entrenar u ocuparme del blog. Es un fastidio frecuente hasta el hartazgo, por lo que sólo revisaré más adelante una que otra colección que esté algo incompleta en el blog y añadiré otra más pendiente que tengo disponible y luego dejaré de hacerlo. Por el malestar no puedo decir en qué momento estarán los datos en el blog.

Pondré más seguido algunos artículos en el blog, y si alguien está interesado en dónde ubicar tal libro le diría en donde puede hallarlo.

Y nada más. 

La suerte está echada.

 

 

lunes, 2 de octubre de 2023

Groucho, un chiflado inmortal

Fue un Voltaire del teatro de variedades y un mago de la locura de la lógica. Sus arranque de calculada demencia expresaban lo que el resto de nosotros no tenemos el talento, y mucho menos la audacia, de decir.

Por Leo Rosten

 

MI TELÉFONO sonó en Beverly Hills, California, hace muchos años.
‒Hola ‒contesté.
‒¿Tengo el honor de dirigirme a Marmaduke Montague, proctólogo mundialmente famoso?
‒No, señor; marcó un número equivocado.
‒Entonces, ¿por qué contestó usted? Durante años he estado marcando este número y hablando con el profesor Marmaduke Montague. ¿Qué ha hecho usted con su cadáver? Voy a llamar a la policía. Lo que voy a contarles no es asunto suyo. ¿Qué número marqué?
‒Crestview 8-29.
‒¡Ajá! ¡Así que lo admite! Si fuera usted hombre, vendría y me tumbaría los dientes.
‒Pero…
‒Si fuera la mitad de un hombre, me tumbaría la mitad de los dientes.
‒¿Quién…? ‒intenté preguntar.
‒Y si fuera mujer podríamos bailar la noche entera.

Transcurrieron muchos minutos antes de que pudiera bajar a Groucho Marx de las elevadas y delirantes alturas en que adoraba habitar. Después declaró el motivo de su llamada: “¿No tienes hoy compromiso para almorzar? ¡Bien! En el Restaurante Derby, a las 12:30. Llevaré una rosa aprisionada entre los dientes”.
En los diez años que estuve “perpetrando” películas en Hollywood, fui el blanco de muchos de estos desvariados telefonemas. No era fácil reconocerlos, pues los hacía a todas horas, con una artificiosa diversidad de voces ‒desde joviales falsetes hasta siniestros tonos de barítono‒ y acentos extranjeros excelentemente imitados.

Ante todo, las llamadas empezaban con un saludo muy convincente:
“Hola. Me llamo Iphigene Wimbledon. ¿Es usted Leo Rosten?”
O bien: “Aló. Aquí el señog Pierre du Jovert, directeur extraordinaire de la agencia de viajes Tours Eiffel…”
O: “Soy Floyd Hollister, de Sloat, Bankhead y Dooley, nombrado por el tribunal de testamentarías del distrito sur de California, albacea de los bienes de Elmo Rosten, el magnate petrolero de Waco, Texas”.
Tan pronto como caía yo en la trampa, el Maestro redoblaba el ataque. Iphigene Wimbledon me propuso poner en venta a mi hijo: “Un chico así así le produciría entre diez y doce mil dólares, según el mercado actual”. Pierre Jouvert me leyó una oda pornográfica a las catacumbas: “Puede usted adquirir la serie completa, encuadernada en piel de oruga, por sólo…” Y el tal Floyd Hollister trataba de localizar a parientes de Elmo Rosten, en especial a sor Teresa Ginsberg, porque en su testamento “legaba su colección de rollos de pergaminos jordanos con inscripciones a la Orden de los Caballeros de Malta Cervecera”.

Cierta vez se me acusó de albergar al cabecilla de una banda de tratantes de blancas; fui engatusado por la Liga para la Erradicación de la Supuración Axilar, y conminado a pavimentar mi jardín por sólo un dólar el metro cuadrado: “Esta oferta expira a medianoche; después costará un dólar el centímetro cuadrado”. Un dentista de Pomona me rogó que le permitiera ponerle a mi madre premolares de acero inoxidable totalmente gratis: “Es la única manera que tengo de darme a conocer en este asilo para enfermos dentales”.

En cuanto a nuestro almuerzo, que trascurrió en el Derby, casualmente no se registró en él arranque alguno de desvarío galopante. Marx habló en forma inteligente y con elocuenica del presidente Truman, del escritor Ernest Hemingway y del beisbolista Joe DiMaggio, a quienes admiraba mucho.

Fue el Voltaire del teatro de variedades, y el creador de la comedia del agravio esquizofrénico. Sus afrentas siguen siendo únicas, por desconcertantes. Un turista ebrio pasó el brazo sobre los hombros de Groucho y cacareó:
‒Groucho, grandísimo bribón, apuesto a que no te acuerdas de mí.
Marx clavó en el infeliz una mirada llena de odio, mientras le decía:
‒Caballero, nunca olvido un rostro, pero en su caso haré una excepción.

El desinhibido delirio de Groucho ‒ exacerbado por esa voz áspera, esa mancha negra que tenía por bigote, ese lascivo modo de andar a grandes zancadas, ese incesante menear de cejas, ese ojo estrábico, esa mirada de agrio desprecio‒ se conjugaba con un desplante matizado de amargura. Sus arranques de calculada demencia expresaban lo que el resto de nosotros no tenemos el talento, y mucho menos la audacia, de decir. Al salir de la proyección preliminar de una película estelarizada por Doris Day, en la que esa inocente y sana doncella típicamente norteamericana pasa hora y media resistiéndose a los requiebros de Cary Grant, alguien preguntó a Groucho:
‒¿Conoce usted a Doris Day?
A lo que Groucho contestó con mordacidad:
‒¡Diablos! La conocí antes de que fuera virgen.
Admirábamos su pasmoso cinismo, sino también su jocosa crítica de los trillados convencionalismos de la conversación o de la etiqueta. En cierta ocasión, cuando estaba por salir después de una cena en su casa, le dije:
‒Me gustaría despedirme de tu esposa.
Me miró fijamente y me espetó:
‒¿Y a quién no?

Groucho perfeccionó la lógica de la locura y se mofó de la locura de la lógica. Considérese la manera en que renunció a seguir formando parte de cierto club: “No deseo pertenecer a un club que acepta a miembros como yo”.
Una magnífica variante de la paralógica de Groucho ocurrió un día que paseaba en coche cerca del mar con un amigo. Avistó un club de playa con una hilera de hermosas cabañas.
‒Ese sería un buen club para mí y mi familia.
‒Mmm… olvídalo, Groucho. No admiten judíos.
A esto, Groucho, cuya esposa no era judía, respondió:
‒¿Crees que permitan a mi hijo meterse en el agua hasta las rodillas?

Groucho era delgado, apacible y más pequeño  de lo que parecía en la pantalla de cine o de televisión. Hablaba con voz suave y sonreía nostálgicamente. Nunca lo oí reírse a carcajadas, ni siquiera de los chistes o de comediantes que le gustaban. Su expresión natural tenía ribetes de tristeza, pero en público se ponía una máscara de búho sardónico. Ocultaba sus emociones y no hizo confidencias ni a sus esposas ni a sus hijos. En realidad, era melancólico y solía deprimirse, como les ocurre a muchos cómicos.

Era lector voraz y se sentía orgulloso de que el escritor James Joyce hubiese empeado la palabra groucho en la novela Finnegan’s Wake (La Velada de Finnegan). En lo más íntimo de su ser deseaba haber sido escritor. Adorabalas canciones de los británicos Gilbert y Sullivan, y durante horas solía cantarlas ‒acompañándose con la guitarra‒ con esa voz estridente y nasal que era en sí una parodia.

Le interesaban profundamente los temas políticos, y se sintió halagado cuando supo que una noche, durante la Segunda Guerra Mundial, el primer ministro inglés Winston Churchill recibió una llamada telefónica en su residencia oficial en la que se le iba a informar de un boletín del Ministerio de Guerra. Pero el gran estadista estalló: “¡No me interrumpan! ¡Estamos viendo una película de los Hermanos Marx!”

Por cierto, los Hermanos Marx fueron hermanos de verdad ‒al principio cinco‒, que escalaron rápidamente la cumbre de la fama en los espectáculos de variedades y en Broadway, durante la década de los años 20, con un estilo de comedia original, bullicioso y desenfadado.
En escena, los cuatro Hermanos Marx (Groucho, Chico, Harpo y Zeppo) hacían estragos en los guiones y les fascinaba interpolar de improviso frases desconcertantes. En una ocasión, Groucho se hallaba a la mitad de una escena amorosa chusca con una dama de aire arrogante y pecho formidable; tras bambalinas, Zeppo gritó de improviso:
‒¡Está aquí el hombre de la basura!
Aún de rodillas, Groucho respondió:
‒Dile que no queremos.

En otra parodia en la que Groucho representaba a Napoleón, los hermanos que estaban fuera del escenario interrumpieron la pieza haciendo que una trompeta tocara los primeros acordes de La Marsellesa, el himno de Francia. Zeppo gritó:
‒¡Majestad, nuestro himno nacional: La Mayonesa!
Groucho se dirigió al público: “El ejército debe de estar aderezándose”.

Tenía un popular programa de radio y televisión, en el que creó una especie de maestro de ceremonias nunca antes  (ni después) vista. Me hallaba detrás del escenario una noche en que uno de los concursantes resultó ser de una región rural. Llamémoslo Floyd.
‒¿Cómo conoció usted a su esposa?
‒Bueno, yo conduzco un camión…‒respondió Floyd.
‒¿La atropelló usted?
‒No. Ella estaba en el granero.
‒¿Chocó usted contra el granero?
‒¡No, no! Su familia había echado de menos algunos pollos.
‒¿Sentían nostalgia por los pollos?
‒No; habían advertido su ausencia, así que encendieron una luz en el patio del granero. Yo iba a recoger unos pavos y su padre gritó: “¡Los pavos están en el granero…!”
‒¿Se casó usted con un pavo?
‒¡No! Al acercarme al granero, un enorme zorrillo salió corriendo hacia el gallinero y una chica gritó: “¡Atrapen a ese zorrillo!” Así que salté sobre el animal y ella también cayó sobre él, y ambos olíamos tan mal que…
‒Es la historia más romántica que he escuchado.

Una vez ofreció escribir la solapa de uno de mis libros: “Desde el momento en que tomé el libro hasta que lo guardé, no pude dejar de reír. Espero leerlo algún día”.
Sin embargo, de todos sus juegos de palabras, el que más admiro es el siguiente: 

Querido Junior:
Discúlpame por no haberte contestado antes. He dejado de escribir tantas cartas últimamente, que me las vi negras para no contestar la tuya
.

El hombre sentía la necesidad de desinflar el decoro con la sátira. Durante la Segunda Guerra Mundial estuvo en un campo de adiestramiento del Ejército para divertir a los soldados. En el cuartel del general en jefe, el teléfono sonó y Groucho levantó el auricular.  Como jamás iba a decir “Hola”, “Cuartel General” o siquiera “Despacho del general H…”, mi héroe canturreó: “Segunda Guerra Mundiaaal”.

Ante todo, detestaba la simulación. No toleraba el ocultismo, pero se le engatusó una vez para que asistiera a una sesión espiritista. Estuvo sentado, en silencio y con actitud respetuosa, mientras el “operador” miraba la bola de cristal, invocaba a las almas del más allá y respondía las preguntas de sus invitados con voz misteriosa y monótona. Tras un prolongado rato de omnisciencia, el hechicero recitó:
‒Mi médium… se está cansando. Sólo hay tiempo para una pregunta más.
Groucho la hizo:
‒¿Cuál es la capital de Dakota del Norte?

En sus últimos años se vio coronado por una renovada popularidad, sólo oscurecida por las muertes de sus hermanos y amigos. Además, Groucho fue víctima de una serie de padecimientos que le afectaron tanto el habla como la memoria. Creo que su muerte, en 1977, a los 86 años, lo liberó de la angustia de la incapacidad.

Y siento ahora una infinita tristeza al comprender que mis oídos no sufrirán con esa voz estridente y nasal, cuando peroraba: “Soy Hiram Trotter, de las encuestas de opinión Gallup. ¿Está usted en favor de que la CIA envíe ilegalmente rompecabezas armados a Fidel Castro”.



Revista Selecciones del Reader’s Digest, Tomo LXXXV, Número 507, Año 43, Febrero de 1983, págs. 11-15, Reader’s Digest Latinoamérica, S.A., Coral Gables, Florida, Estados Unidos

 

Nota: Como el 2 de octubre se recuerda otro año más del nacimiento de Groucho Marx (en 1890) quise compartir este artículo con los visitantes-lectores del blog.

viernes, 7 de julio de 2023

"La gente piensa que España colonizó América, pero la conquista fue pactada entre indígenas y españoles: el 95% de los conquistadores eran indígenas"

Por José Carlos Cueto

BBC News Mundo

 


 

 "El Descubrimiento de Europa" es un libro que cambia nociones.

Su autor, el historiador sevillano Esteban Mira Caballos, pasó tres décadas investigando una especie de historia a la inversa: la vida poco conocida de los primeros indígenas que arribaron a Europa desde 1493.

Y es que se sabe mucho de los nativos que se quedaron en América, pero bastante menos de todos aquellos que viajaron al Viejo Continente y lo cambiaron para siempre.

El libro cuenta cosas sorprendentes, como los beneficios que reclamaron sectores de las élites indígenas a la Corona española por haber participado en la conquista. 

O cómo varios de los primeros mestizos se entroncaron en lo más alto de la nobleza y oligarquía españolas. 

BBC Mundo conversó con Mira Caballos pocas horas después del lanzamiento del libro, que ya está dando mucho que hablar porque, según el historiador, no parece contentar ni a indigenistas ni a conservadores.

 

Es un libro detallista, con muchas fuentes y revelaciones sorprendentes, como el papel que reclamaron los indígenas en la colonización.

Cuando escribes sobre esta historia que puede cambiar varias nociones tienes que poner mucho aparato crítico; ponerte minucioso con las fuentes para ser creíble.

El libro genera debate porque cuenta cosas que se conocían a nivel académico pero no en la calle.

La gente piensa que España conquistó, colonizó y administró América, pero el 95% de los conquistadores eran indígenas.

¿Quién se va a creer que Francisco Pizarro, con 180 hombres, conquista Tahuantinsuyo con 2.000.000 km2? ¿O que Hernán Cortes, con 508 efectivos, conquista la federación mexica?

La conquista fue pactada entre indígenas y españoles. Cuando acaba, los propios indígenas se quedan como sargentos y alguaciles mayores y otros cargos. Permanecen combatiendo rebeliones de otros nativos. España mantiene toda la estructura indígena de cacicazgos, curacazcos y jefaturas.

De hecho, los curacas eran de los mayores hostigadores de lo suyos, extorsionándoles para pagar a los españoles lo que correspondía y mantener sus privilegios.

Muchos de estos conquistadores indígenas se presentan en España reclamando su labor. Los tlaxcaltecas, por ejemplo, recriminaban que Hernán Cortés no habría conseguido nada sin ellos. Y, a su vez, los chalcas reclamaban que ellos habían contribuido más que los tlaxcaltecas.

En España se presenta toda una legión de caciques, curacas, pipiltins y taínos reivindicando que fueron conquistadores y administradores pidiendo privilegios: prebendas, tierras, subtierras y títulos nobiliarios.

Y los conseguían. Se llamaban a sí mismos tan conquistadores como Hernán Cortés.

Mucha de esa nobleza indígena entronca con la nobleza española. Actualmente hay grandes nobles españoles que son descendientes directos de Huayna Cápac o del tlatoani Moctezuma Xocoyotzin.

Esa es una visión que ha causado sensación, independientemente de la parte oscura de la historia con la esclavitud, la violencia y las matanzas. 

 

No parece una versión muy acorde con las condenas actuales que recibe España y otros países colonizadores por su papel en esta etapa de la historia.

En la historia siempre está metida la ideología y en esto hay tres posiciones: negrolegendarios, rosalegendarios y los historiadores.

Los negrolegendarios acusan a España de genocida y de ese argumento no se mueven.

He trabajado muchos años en República Dominicana, Cuba, Puerto Rico, México y Perú. Conozco bien el horror de lo que cometieron los españoles, auténticas matanzas como en la Antillas. Eso no se puede negar. Nadie los llamó para ir allí para civilizar ni salvar a nadie.

Hay una polarización muy grande. A los negrolegendarios no les puedes contar más que sobre el genocidio, pero también están los rosalegendarios, que creen que España fue la mejor, la salvadora de los salvajes.

El mismo discurso con que se justificaban en el siglo XVI lo repiten los rosalegendarios en el siglo XXI: eso de que fuimos salvadores, magníficos, maravillosos y que lo contrario es todo leyenda negra.

En el medio estamos los historiadores, que contamos las cosas en base a documentos y razonamientos históricos. He ido a congresos con historiadores cubanos, dominicanos y mexicanos y no hay grandes diferencias entre nuestras visiones más allá de matices.

La historia es un largo camino de cadáveres. El hombre es horrible. Se impuso el más fuerte sobre el más débil, pero es algo que hay que contar en su contexto y ya está. Los historiadores recibimos críticas de todos lados.

Los de Vox (partido español de extrema derecha) me ponen de vuelta y media, acusándome de masón comunista o ruso putineano. Los indigenistas también me critican.

Claro que existió la esclavitud y en Cuba se mantuvo hasta bien entrado el siglo XIX, pero tampoco hay que verlo como un punto oscuro para la historia de España, ni un mérito ni un demérito. Las cosas fueron como fueron y ya está.

Había eurocentrismo y desde el Viejo Continente se consideraba a las civilizaciones indígenas como bárbaras, pero no se les puede pedir que pensaran como un trabajador de la ONU en el siglo XXI.

Ni siquiera el padre Bartolomé de las Casas, fiel defensor del trato a los indígenas, se planteó la posibilidad de que estos pudieran vivir en su idolatría y fuera del evangelio.

De las Casas lo que plantea es que la evangelización debe ser por medios pacíficos y en eso hay que reconocerle que fue pionero. 

 

Se sabe mucho de los indígenas que se quedaron en América, pero no de los que fueron a Europa, el gran propósito de su libro. Muchos fueron esclavizados.

España descubrió América el 12 de octubre de 1492, pero pocos meses después, en el viaje de regreso de Cristóbal Colón, ya estaban llegando americanos a Europa y descubriéndola.

Siempre tenemos la idea de un flujo unidireccional, pero fue bidireccional desde el primer momento.

Desde 1493 llegan los primeros indígenas y se produce un gran flujo de personas, mercancías, ideas, productos, enfermedades.

 La cepa virulenta de la sífilis llegó a España desde América cambiando hábitos de vida. Pero también llegaron plantas medicinales para combatirla que se administraron en Sevilla desde 1520.

En los primeros años muchos indígenas llegaron a España como esclavos y Sevilla se convierte en un gran foco de comercio de esclavos. Muchos fueron marcados para registrar su propiedad.

Aquí hay que reconocer que la reina Isabel la Católica se opuso a la esclavización de sus nuevos vasallos. Muy temprano, en 1500, prohíbe la esclavitud con las excepciones de los indígenas caníbales y los capturados en guerra justa.

Después, en 1530, se prohíbe la esclavitud entera, pero la Corona da marcha atrás por las rebeliones indígenas. Los españoles la convencen de que no pueden hacer frente a esas rebeliones si no capturan a indígenas que luego sirvan de esclavos.

Abolir la esclavitud se volvió difícil por los alzamientos y porque otros, aprovechándose, hacían pasar indígenas pacíficos por rebeldes para justificar la esclavitud a través de la guerra justa. No era una política de Estado, sino acciones individuales.

Hubo mucha oposición y hasta represalias de los dueños contras los esclavos que pretendían liberarse, pero aún así, se liberaron prácticamente los esclavos indígenas en España desde 1542.

Aunque siguió el flujo, dado que Lisboa seguía siendo un polo importante de venta de esclavos y los portugueses continuaron comerciando a indígenas brasileños, cuya protección no era garantizada por la Corona de Castilla. 

 

Una esclavitud que empezó precisamente con Cristóbal Colón, un dato con el que quizás no se le vincula tanto.

Es verdad que Colón empieza y pretende plantear un tráfico indígena de los naturales de América a España y, si le hubieran dejado, América se habría convertido en un gran reservorio de esclavos para Europa.

Aunque también es cierto que Colón estuvo presionado por las circunstancias. La Corona quería rédito, ver si su empresa era rentable. La factoría colombina corría el riesgo de quebrar. Colón se veía obligado continuamente a tratar de justificar la rentabilidad y viabilidad de su proyecto.

Se da cuenta de que no había tanto oro y se plantea, para convencer a la Corona de que aquello era rentable, de que se podían llevar miles de esclavos y venderlos en los mercados europeos.

No pienso que Colón fuese un santo o un demonio, sino también un personaje de su tiempo que efectivamente inicia el tráfico de esclavos de América a Europa. 

 

¿Qué tanto aportaron los indígenas al contexto sociocultural de Europa cuando llegaron?

En Europa y en España se desconoce la influencia brutal de América desde el comienzo.

Primero, genéticamente, porque aunque a muchos indígenas les permitieron regresar, el 90% de los que llegaron se quedó, entre otras cosas porque muchos vinieron muy chicos a la península ibérica y no conocían otra realidad.

Muchos se integraron. Luego también llegaron miles de mestizos.

Culturalmente, ¿cuántas palabras en el castellano proceden del mundo indígena? Tiburón, piña, tomate... un porcentaje muy alto de las palabras del castellano procede de los distintos idiomas indígenas.

A nivel gastronómico, dos de los grandes platos españoles, el gazpacho y la tortilla española, tienen ingredientes protagonistas totalmente americanos. El gazpacho se hace a base de tomate, que es una planta americana. La tortilla de patatas se hace con un tubérculo peruano.

Muchas veces no somos conscientes de que gran parte de nuestra cultura tradicional, nuestra gastronomía y costumbres, proceden del mundo indígena. 

También sorprende la cantidad de obras de arte que llegan de América desde muy temprano.

El Crucificado de la Hermandad del Baratillo de Sevilla, muy devocionado aquí, llegó en los años 20, fabricado con caña de maíz por los indígenas del Colegio de San José de los Naturales en México.

No se sabía que muchos de los cruficados devotos españoles proceden del mundo americano, fabricados allí desde los primeros años en el siglo XVI por indígenas. Son cosas que le cuentas a la gente y no se lo puede creer.

Hay inventarios del Gabinete de Antigüedades del Duque de Medina Sidonia con penachos de pluma, objetos de oro, muchos enseres por la fascinación por conocer lo que había allí, lo que tenían allí las culturas y las civilizaciones. El flujo fue verdaderamente impresionante.

Cuando le cuentas todo esto a los más conservadores, especialmente el tema genético, creen que es una aberración cuando decimos que por la sangre española corre sangre indígena.

Es lo que sorprende tanto en España, también por nuestro egocentrismo de que fuimos el Imperio, los que fuimos allí. Eso de que ellos vinieran y nos influyeran remueve conciencias.

 

¿Puede esto tener algo que ver con racismo?

 No tengo claro que hubiese tanto racismo como clasismo, incluso hoy.

A España también llegaron cientos de mestizos enviados por sus padres desde América con una historia diferente.

El mejor ejemplo es Francisca Pizarro Yupanqui, que llega rica a España, se traslada la corte de Felipe II y llega a vivir en un palacete en Madrid.

Los mestizos ricos que llegan a España forman una auténtica oligarquía mestiza, son de los más reconocidos en los pueblos o ciudades que habitan y no existía problema racial.

Si eras mestizo con dinero, no había problema, eras poderoso y te casabas con una española blanca.

Si eras pobre, sí sufrías discriminaciones, pero no tanto por la raza sino por la pobreza. Sorprende que sean comportamientos que pasan ahora al igual que en el siglo XVI.

 

Curioso que los indígenas también consideraran a los españoles como bárbaros, como cuentas en el libro

Es que en América había distintas civilizaciones en distintos grados evolutivos con logros que no existían en Europa.

Por ejemplo, la capacidad de distribución del imperio inca del Tahuantinsuyo no existía en el Viejo Continente.

La visión de los indígenas sobre Europa variaba en medida de donde vinieran. Si un indígena venía de Tenochtitlan, poco se impactaba, porque esta ciudad doblaba en tamaño a Sevilla.

Si venía un indígena de la zona selvática de Florida, Ecuador, etcétera, les parecía un mundo bárbaro. Se sorprendían que hubiese tanto infanticidio, tanta pobreza por las calles, tanto indigente, tanto truhan. Más que impresionarse por edificios modernos, les llamaba la atención la extrema pobreza.

Ellos venía de sociedades humildes y sencillas, pero mucho más redistributivas. En muchas comunidades aborígenes no se permitía esa miseria entre sus miembros.

Muchas sociedades americanas vivían de manera mucho más armónica que en Europa y su evolución fue cortada de manera abrupta por los españoles. Destruyeron grandes civilizaciones.

 

En el libro también rompes con el estereotipo de que los indígenas que llegan a Europa eran unos ingenuos.

Tenemos esa idea del indígena ingenuo y para nada. En cuanto llegan aquí, montan redes clientelares para ayudarse entre ellos.

Es interesante que, si bien en América ellos no se consideraban indígenas, en Europa sí asumen esta conciencia de clase y la aprovechan.

Como indígenas contaban con beneficios que no tenían otras minorías y se organizaron entre ellos en cada pueblo para defender sus derechos.

Hay un caso muy llamativo de un tal Esteban de Cabrera, un indígena muy longevo liberado por la Casa de Contratación que se dedicaba a animar a indígenas esclavos para que pidiesen su libertad.

Y ya avanzado el siglo XVI, estos indígenas aprenden a moverse como pez en el agua en los tribunales. Había una estructura en España con procuradores indígenas que facilitaban los trámites de los suyos conociendo todo el corpus legal español.

Incluso, los indígenas aprendieron a destacar que no tenían sangre judía cuando reivindicaban nobleza y linaje, sabiendo que los españoles lo valoraban mucho.

El libro también rompe con ese estereoptipo del indígena ingenuo y permanentemente engañado. Se sueltan pronto y acaban entendiendo muy bien sus privilegios y todos los resortes judiciales y penales de España.

Una cosa importante: los indígenas jamás cuestionaron la esclavitud, ellos cuestionan su esclavitud como personas declaradas libres por la Corona de Castilla, pero no la esclavitud de los negros, de los africanos. Así era la mentalidad de la época. 

 

¿Cómo fue la vida de los humildes que conseguían su libertad?

Difícil. Dependía de sus oficios. Algunos eran sastres, zapateros, agricultores. Esos, cuando se liberan, tienen más posibilidades.

Muchos otros no, y cuando los liberan, siguen trabajando en servidumbre, como criados. Y tenían suerte. Otros acabaron mendigando.

En 1653 había tantos indígenas vagabundos en España que se dio una real orden para que se recogiesen a todos y se devolviesen a América.

Hay muchas diferencias en cómo les fue. Los nobles, por ejemplo, eran pensionados por la Corona.

Es importante destacar que los indígenas siempre fueron recibidos por el rey. Tenían vías directas con el monarca y se podían comunicar con cartas.

Si un español cualquiera quería verse con el rey lo tenía difícil.

Pero este consideraba a los indígenas como vasallos suyos que vivían a miles de kilómetros de distancia. El rey nunca había viajado a América ni pensaba viajar. Por tanto, quería estar informado y tener conexión directa. 

 

Fuente:

Conquista Pactada

jueves, 16 de marzo de 2023

Colección Sabueso

Ediciones Picazo

1966-1967

En la misma época salió otra colección de Picazo llamada Pequeño Sabueso en tapa dura pero sólo se indican dos títulos publicados y además otra serie denominada Gran Sabueso con una sola obra editada, y que figuran al final del primer listado.

Algunas de las obras pueden ser ubicadas en otras colecciones como Círculo del Crimen, Bestsellers Serie Negra, Polismen o en El  Búho de Plaza & Janés que figuran en este blog.


1.  Stuart Palmer. El Enigma de la Banderilla Azul

2. Gordon Ashe (John Creasey). La Muerte Nada bajo el Agua

3. John Blackburn.Vientos de Medianoche

4. Ellery Queen. Los Cuatro Johns

5. Bernard Newman. Un Espía en el N° 10

6. Pat Bannister. 7 Votos para Morir

7. Lawrence Treat. Los Brazos de Venus



Colección Pequeño Sabueso

1. Gertrude Dowds. La Misteriosa Torre Redonda

2. MaryCunningham. El Collar de Esmeraldas Perdido


Colección Gran Sabueso

Whit Masterson. Homicidio Justificado.711, Policía Necesita Ayuda



jueves, 16 de febrero de 2023

Nuevas colecciones en el blog

¿Quieren otras colecciones?

Hace poco me solicitaron información sobre una colección así que luego de buscar, hallar e investigar contrastando datos...

Pues les daré el gusto en unos días con el listado de otra colección y luego otras.

Ya vere cómo lo hago y me las arreglo mientras tenga tiempo...

Como Tarzán tendré que meterme en la jungla de Internet que es todo un enredo.

Avancé una parte y falta el resto de la madeja en medio del desorden existente dentro del laberinto.

 

Horacio: Te vas a quemar nuevamente el cerebro.

Hamlet: Bah, para eso está hecho. Además el contenido del streaming y el cable está tan plagado de estupideces y no voy a perder mi tiempo viéndolo, porque ya te dije varias veces que siempre selecciono lo que quiero mirar porque más del 90% de eso no me interesa en lo más mínimo. Lo mismo pasa con la lectura.

 

Vaya con Blogger: No puedo comentar como quiero más abajo para responder, ni editar con facilidad porque algo pasa y escribir es otro lío porque debo hacerlo en Word, luego pasarlo al bloc de notas y copiarlo aquí. Todo un encanto.

Y qué le vamos a hacer si esto es gratis y te alivia de buena parte de la carga y uno no puede ser un malagradecido.

Claro, la computación es una maravilla porque añade más trabajo al mismo trabajo.


jueves, 9 de febrero de 2023

¿Cuáles son las formas más eficaces de estudiar para un examen (y cuáles no funcionan tan bien)?

Por Paula Adamo Idoeta

BBC News Brasil 


No es raro que los estudiantes se sientan frustrados cuando no consiguen buenas notas a pesar de haber estudiado mucho para un examen. También hay quienes sienten que olvidan rápidamente lo que han aprendido pocas semanas antes de la prueba.

Estos son dos de los desafíos que son especialmente importantes para los estudiantes recién llegados a la universidad, que se enfrentan a contenidos mucho más voluminosos y complejos que los que reciben en la escuela y a menudo tienen que compaginar los estudios con el trabajo.

"Hay estudiantes que se esfuerzan tremendamente, pero de manera equivocada y acumulan muchos conocimientos superficiales o declarativos, sin lograr alcanzar un nivel más conceptual", le dijo a BBC News Brasil Matthew Bernacki, profesor asociado de la Facultad de Educación de la Universidad de Carolina del Norte (UNC), en Estados Unidos.

Bernacki se dedica a la ciencia del aprendizaje, lo que en la práctica se traduce en ayudar a los estudiantes a rentabilizar al máximo el tiempo y el esfuerzo invertidos en sus estudios.

En su trabajo él explica qué técnicas han demostrado ser más o menos eficaces, según sus propias investigaciones científicas y las de otros investigadores del sector.

Basados en sus conclusiones te ofrecemos tres de las técnicas habituales que consideran menos eficaces junto a alternativas de cómo sustituirlas en la práctica.

 

1. Releer y Subrayar 

Aunque la lectura y el subrayado de textos son una parte importante del aprendizaje, no suelen ser suficientes para que los a

La relectura, en particular, requiere un esfuerzo y un tiempo que no siempre compensan, porque "da una falsa sensación de familiaridad con el contenido".

"Cuando abandonas el texto, no puedes reproducir lo que has leído", dice Bernacki.

"En cuanto al subrayado, hay pruebas contradictorias: si se utiliza (la técnica) como un proceso intencionado, se reflexiona sobre lo que se está subrayando en el texto, se toman notas y se utilizan para avanzar en la estrategia (de estudio), puede ser muy productivo", dice el investigador.

"Pero si subrayas sin ningún propósito en particular, o si lo haces sólo como una forma de mantener la atención en el texto, puede que obtengas menos beneficios".

Sustitúyelo por:

Aprendizaje "activo":el Centro de Aprendizaje de la UNC considera la lectura como un paso previo al aprendizaje. Para aprender realmente el contenido, es más eficaz interactuar activamente con él. He aquí algunas ideas del centro para hacerlo:

  • Crea preguntas, problemas o "cuestionarios" para que te respondas tú mismo. Es lo que Bernacki denomina "práctica de readquisición" de contenidos.
  • Al ponerte a prueba, aumentas tu capacidad de retener el contenido que has estudiado, explica el investigador.
  • Explícate el contenido a ti mismo, en voz alta, con tus propias palabras.
  • Para contenidos técnicos, como las matemáticas, conviene detallar el problema y los pasos para resolverlo.

 

 2. Estudiar a última hora

 Pasar el día antes de un examen estudiando es una práctica habitual para intentar hacerlo bien. Pero el esfuerzo suele servir sólo para salir bien en ese examen y no para memorizar realmente el contenido.

 "Solemos meter todo el estudio en un intervalo muy pequeño, que puede servir en lo inmediato, pero no a largo plazo", explica Bernacki.

Sustitúyelo por:

Sesiones de estudio cortas y espaciadas: en lugar de estudiar varias horas justo el día antes del examen, merece más la pena realizar sesiones de estudio cortas pero espaciadas a lo largo de varios días sobre el contenido que quieres aprender.

"Lo importante es cómo utilizas tu tiempo de estudio, no la duración del mismo", dice el director del centro de aprendizaje. "Las sesiones largas provocan pérdida de concentración y, en consecuencia, menos aprendizaje y retención".

En la práctica, puede que vayas a estudiar el mismo tiempo (o menos) que si lo dejaras todo para el día anterior.

La ventaja es que le dará tiempo a su cerebro para reforzar las conexiones neuronales de ese aprendizaje, que tendrá más probabilidades de convertirse en un recuerdo duradero.

 

3.  “Multitareas”

Ya hay múltiples investigaciones que indican que estudiar con distracciones -por ejemplo, de mensajes de WhatsApp o videos en TikTok- es ineficiente no sólo porque estás dividiendo tu atención, sino porque el propio hecho de estar cambiando continuamente de pantalla o dispositivo te hace perder tiempo y energía.

Sustitúyelo por:

La técnica "pomodoro", o estudiar en bloques: la recomendación de Bernacki para no sufrir distracciones es establecer bloques de estudio. Por ejemplo, marca 35 minutos en el reloj y, en ese periodo, dedícate exclusivamente a estudiar un contenido, desconectándote de todas las distracciones.

Después, tienes cinco minutos para recompensar a tu cerebro con alguna distracción, por ejemplo, tomando un tentempié o consultando tus mensajes. Y luego vuelves para otro bloque de 35 minutos de estudio.

Este método se conoce como "pomodoro", en referencia a esos aparatos con forma de tomate para contar los minutos. Esta técnica ayuda no sólo a evitar la pérdida de tiempo con distracciones, sino también a mantener el cerebro motivado con la perspectiva de una "recompensa".

 

Consejo Final

La "autorregulación" en el estudio

Bernacki señala, sin embargo, que no basta con aplicar las técnicas anteriores.

Bernacki señala, sin embargo, que no basta con aplicar las técnicas anteriores como si fueran fórmulas mágicas que funcionan en todo momento, sino que hay que identificar qué técnicas son las más adecuadas para cada objetivo de aprendizaje. Esto pasa por lo que el experto denomina autorregulación en los estudios.

Las técnicas buscan facilitar la labor a la hora de estudiar un determinado contenido para una prueba, pero por sí solas no son suficientes para lograr buenos resultados.

"Se trata de analizar la tarea, comprender cuál es el objetivo de aprendizaje, de qué recursos dispongo y elegir la estrategia que se ajuste a ello", explica.

"A veces el conocimiento es muy concreto y explícito: por ejemplo, un hecho, una definición, una fórmula, que puede estudiarse más brevemente. Pero otras cosas son más complejas, tienen múltiples pasos o requieren una comprensión más conceptual. Son más difíciles de estudiar todos a la vez. Así que tienes que generar tu propio conocimiento y tus propias respuestas y así poder autoevaluarte: '¿He entendido bien esto?".

Bernacki afirma que las técnicas tienen base científica y pueden ser utilizadas por cualquier estudiante en el mundo que quiera mejorar su rendimiento.

Al mejorar nuestra forma de estudiar, logrando mayor eficiencia y autorregulación, influye también positivamente en nuestra motivación.

 

Fuente:  

Formas más eficaces para estudiar

 

miércoles, 8 de febrero de 2023

Este Caos Actual

Caos

Este desorden que ya lleva dos meses en este país y con más de 50 muertos, ya se veía venir desde hace tiempo porque había y hay un montón de conflictos sociales no resueltos.

La sarta de ignorantes manipulados por la izquierda bruta acomodaticia y el terrorismo disfrazado de partido político creen que todo esto se soluciona con la renuncia de la presidenta y cambiando la constitución.

La constitución sólo dice como está dividido el Estado en los tres poderes y de la autonomía de cada uno, de la organización estatal, habla de los derechos y deberes, del régimen económico, de la estructura del Estado, de la reforma del estado, etc.

Este documento no es la panacea, la piedra filosofal, no es el arregla todo como les han hecho creer a muchos que no leen ni el periódico. Si el gobierno X de un estado es corrupto, ineficaz, ineficiente, de lo más incompetente, tengas la constitución que tengas se continuará pasando por los mismos problemas de siempre.

Del otro lado este desorden político demuestra nuevamente el ombliguismo común de los países más ignorantes a la hora de opinar sobre la coyuntura política de otros: No sabes pero opinas, No te importa ni vas a ayudar en nada al otro país -salvo en fregar, conspirar, dividir violentamente y en criticar con mentiras-, pero metes tu cuchara porque te crees el juez, el fiscal, el abogado, el defensor de las causas justas (¿Cuáles serán? Las que te convengan según tus anteojeras de arribista),  y no sabes ni en dónde estás parado y ni arreglas lo de tu propio patio. 

La Ignorancia siempre es tan Atrevida.

Ah, claro, que sí te importa por tus intereses políticos: Miren, soy su presidente, un animal hablando pero soy su presidente; soy su candidato, y aquí me tienen porque no me pueden tener en otro lado y estoy de este lado para que me tengan -típica cantinflada- para que se acuerden de este su eterno candidato y voten por mí el año en que toque votar (muy reflexivamente... con las nalgas).

Pasará un buen tiempo hasta que la cosa supuestamente se calme en Locolandia más conocida como Perú, pero el turismo ya se cayó junto con el crecimiento económico y los demás aspectos. 

Estamos recontrasuperarchihiperjodidos pero nos encanta, nos fascina de manera masoquista el complicarnos más la vida.

El volcán se duerme hasta que otra vez erupcione.

 

Rusia

Putin sigue con lo de Ucrania a pesar del chasco y el fracaso, tiene que proseguir como sea porque en Rusia ya piden su cabeza, y si quiere ganar lo hará como le gusta y quiere: a lo bestia.  

Los demás seguiremos pagando el pato, las consecuencias de esta locura de ese dictadorzuelo trasnochado, fan de Stalin. 

Querían paz y van y le dan armas a Ucrania... son unos genios cobardes porque saben que si mutuamente se pelearan rápidamente se desaparecerían.

Así que con lo de Ucrania tenemos para rato.

¿Cómo terminará todo esto?

Como siempre: MAL 


Irán

La mezcla de religión y política es de lo peor... y lo mismo aplica en todas partes.

Esto de Irán ya tenía antecedentes desde la época del último sha de Persia -otra joyita absolutista- que agravó los problemas internos, y con la revolución de 1979 pues el país se volvió el manicomio dictatorial que es actualmente.


Ofendiditos

No es sólo esta generación la que se ofende por todo sino que parece que  contagió al resto, porque mucha gente salta al cuello como ofendida a la mínima de algo que piensa que le ofende, insulta, o trata mal... aunque sea en su imaginación o no entiende un asunto X porque tiene pereza mental

Uno no puede perder el tiempo discutiendo con la pared, el mar, el aire, las plantas o con los animales.

Nos tenemos que retirar del lugar porque amargarse y discutir por insignificancias es de lo más inútil y no podemos permitir que así nos utilicen.

Cuando muchos de ellos no quieren comprender sobre algo de muy poco o de nada sirve el hecho de que hayan ido a la universidad, tengan maestría y/o doctorado, sepan idiomas, y encima se vanaglorien de zamparse un montón de libros -muchos de ellos tan indigestos e ilegibles- cada año.

Me cansé y me fui del último lugar en donde participaba más activamente hasta hace poco. Estoy a veces mirando un stream de Youtube pero de opinar por ahí lo haré pocas veces, y de Twitch no cambiaré de opinión: es horrible y con una publicidad insoportable.


Policía

Si quitamos las honrosas excepciones muchos en la policía de Estados Unidos parecen salidos de la Academia del Asilo Arkham: Arresta, maltrata, dispara, mata y... luego pregunta si quiere.

Claro, sigue la mentalidad desquiciada de Harry el Sucio: Cree que todo se arregla con violencia, a golpes, a balazos. Y luego sólo lloran y lloran y vuelven a llorar... los muy hipócritas que no quieren mover ni un dedo para cambiar en algo la situación.

Pero más que nada es un reflejo de lo enfermiza que está la sociedad: Discute X, Y o Z por allá, llama a la policía. Pasa esto o aquello, llama a la policía. Para un montón de cosas... ni que fuera la niñera pero así se han acostumbrado a hacerlo. Porque aquí también la policía ha respondido a la violencia delincuencial con más violencia hasta contra los periodistas y otros, y eso no es sorprendente en un país como el nuestro con un terrible pasado, que no ha podido salir de estar jodido y no lo dejan salir de ello y lo siguen jodiendo más.

Emerson dijo que en la guerra se sacrifica todo como las virtudes y los defectos; lo mismo pasa con otras situaciones violentas: acaba todo en tragedia con los muertos, heridos, huérfanos, viudas, incapacitados,  desgracia, pérdidas y destrucción. 


Blog

Este año Google arrasará con todo lo inactivo que pueda y sea suyo en la selva de Internet, según dijo por ahí, así que tendré el blog con más entradas para que su majestad de los datos no diga que el blog estaba como cementerio y me lo fulmine borrándolo.

Si los lectores quieren proporcionar datos sean bienvenidos pero recuerden que lo que está aquí está aún disponible en algunos sitios o se encontraba en otros lados hasta que lo desaparecieron hace tiempo. No verifico lo seguro sino lo dudoso o incompleto.

Ah, sí, me da igual si me copian los datos.

Total, para eso existe el blog




 

viernes, 27 de enero de 2023

¿Ya vio el árbol?

Yo deseaba que nadie dejara de disfrutar de esa maravilla 

Por Robert Kyff 

 

Mi vecina, la señora Gargan, fue la primera en señalármelo.

—¿Ya vio usted el árbol?— me preguntó un día en que estaba sentado en el jardín trasero de mi casa, disfrutando plácidamente de un crepúsculo de octubre—. El de la esquina. Se ve hermoso con tantos colores. Debería usted verlo.

Le dije que lo haría, pero pronto lo olvidé. Tres días después iba trotando por la calle con la mente llena de preocupaciones triviales, cuando un estallido de color naranja brillante atrajo mi mirada. Por un instante creí que se estaba incendiando una casa. Luego me acordé del árbol.

Cuando me hallé más cerca, aminoré el paso hasta caminar. En la forma del árbol no había nada de particular, se trataba de un arce de tamaño mediano. Pero la señora Gargan tenía razón: sus colores eran fascinantes. Como remolino de manchas en la paleta de un pintor, el árbol despedía un resplandor carmesí en las ramas bajas, ardía con vívidos amarillos y naranjas en el centro y alcanzaba un borgoña oscuro en lo alto. Entre esos colores ardientes descendían en cascada arroyuelos de hojas verde pálido y manchones de hojas verde oscuro, no tocadas aún por el otoño.

Me acerqué con la veneración con que un peregrino se acerca a un santuario, y advertí la presencia de varias ramas desnudas cerca de la punta; las varitas negras que salían de ellas arañaban el aire como garras. Las hojas muertas tapizaban de color escarlata el suelo próximo al tronco.

El árbol parecía un globo terráqueo que abarcara en sus amplias ramas todas las estaciones y todos los continentes: la primavera y el verano del Hemisferios Sur en los verdes pálidos y oscuros, el otoño y el invierno del norte en los amarillos refulgentes y las ramas desnudas. El planeta entero parecía suspendido en el eje de este pastiche.

Mientras me deleitaba con su belleza, me vino a la mente lo que comentó el poeta Ralph Waldo Emerson acerca de las estrellas. Sil as constelaciones aparecieran sólo una vez cada mil años, observó, ¿qué acontecimiento tan emocionante sería? Per o apenas si les prestamos atención porque podemos verlas todas las noches.
Pensé lo mismo con respecto al árbol. Como su majestuosidad dura tan sólo una semana, deberíamos apreciarla en lo que vale. Y yo por poco me la pierdo.

En cierta ocasión, el padre de la poetisa Emily Dickinson vio un espléndido despliegue de luces boreales en los cielos de Massachusetts, y echó al vuelo la campana de la iglesia para avisar a la gente del pueblo. Sentí ganas de hacer lo mismo. Deseaba que nadie dejara de disfrutar de esa maravilla. 

No habiendo a la mano una campana, a cuanto vecino me encontré en el camino de regreso a casa le hice la misma pregunta —sencilla pero trascendental— que me había hecho la señora Gargan: “¿Ya vio el árbol?”
 

© 1990 por Robert S. Kyff. Condensado de “Hartford Courant” (21-X-1990), de Hartford, Connecticut.

Revista Selecciones del Reader’s Digest, Tomo CVII, Número 638, Año 54, Enero de 1994, páginas 89-90, Reader’s Digest Latinoamérica, S.A., Coral Gables, Florida, Estados Unidos


El "Holocausto Olvidado" perpetrado por los nazis durante la Segunda Guerra Mundial

Por Swaminathan Natarajan

BBC World Service

 

"¿Por qué querían matarnos? ¿Por qué nos mataron?".

Esas son las preguntas que se hace Hinta Gheorghe, un sobreviviente del holocausto del pueblo romaní de 83 años.

Con 2 años, fue llevado a un campo en Transnistria, un territorio entre los ríos Dniéster y Bug, administrado por Rumania entre 1941 y 1944.

"No tengo muchos recuerdos del viaje en sí, pero me marcó para siempre", le dijo Gheorghe a la BBC a través de su sobrina nieta, Izabela Tiberiade.

 Aproximadamente 11 millones de personas fueron asesinadas por los nazis. Cinco millones de los fallecidos no eran judíos.

 Los historiadores estiman que entre 250.000 y 500.000 gitanos fueron asesinados durante el Holocausto. Pero estas víctimas permanecen casi olvidadas.

Los nazis creían que los alemanes eran arios y por lo tanto la "raza superior".

Algunas personas eran indeseables según los estándares nazis, ya fuera por sus orígenes genéticos o culturales, o por su estado de salud. 

 En estas categorías eran puestos los judíos, los gitanos, los polacos y otros eslavos, así como personas con discapacidades físicas o mentales.

Otras víctimas incluyeron testigos de Jehová, homosexuales, clérigos disidentes, comunistas, socialistas, 'asociales' (un término usado por los nazis para categorizar a un grupo de personas que no se ajustaban a sus normas sociales) y otros enemigos políticos.

 

 Campos de la Muerte

 "Mi madre perdió varios hijos durante el viaje en esos trenes para ganado. Y creo que una parte de ella permaneció allí para siempre, incluso después de muchos años, cuando todo era solo un recuerdo", cuenta Gheorghe.

"Comprendimos lo que estaba pasando en el campo incluso antes de que llegáramos allí. Muchos murieron en el camino. Había demasiada gente en pequeños trenes, diseñados para el transporte de ganado".

La llamada "Oficina Central para la Lucha contra el Estorbo Gitano" fue creada en junio de 1936 por los nazis. Ubicada en Múnich, se encargó de "evaluar los hallazgos de una investigación racial-biológica" sobre los sinti y los romaníes.

Para el año 1938, los sinti y los romaníes ya estaban siendo deportados a campos de concentración.

Al igual que los judíos, fueron privados de sus derechos civiles. A los niños se les prohibió asistir a las escuelas públicas y a los adultos les resultó cada vez más difícil mantener o asegurar un empleo.

Los romaníes, un pueblo nómada que se cree que procedía del noroeste de la India, estaban formados por varias tribus o naciones.

 La mayoría de los romaníes que se habían asentado en Alemania pertenecían a la nación sinti. Habían sido perseguidos durante siglos. El régimen nazi continuó la persecución al considerarlos asociales y racialmente inferiores a los alemanes.

"Nadie se preocupaba por nosotros pero, al mismo tiempo, nos odiaban tanto", recuerda Gheorghe.

  

El campamento gitano en Auschwitz

En 1943, se asignó un gran área del complejo de campos de Auschwitz-Birkenau para albergar a los romaníes deportados.

Se estima que el número de prisioneros era de alrededor de 23.000. Muchos se convirtieron en víctimas de experimentos médicos. Otros murieron de agotamiento o fueron asesinados en las cámaras de gas.

El campo se disolvió en agosto de 1944, pero la mayoría de sus prisioneros fueron asesinados o trasladados a otros campos. Al final, al menos 21.000 hombres, mujeres y niños murieron ahí.

Cuando Hinta Gheorghe y los sobrevivientes de su familia regresaron del campo de exterminio después de tres extenuantes años, encontraron que sus hogares en Rumania habían sido destruidos u ocupados por otras personas.

"Nos deshumanizaron. Y lo peor es que todavía nos despojan de nuestra historia. Muchos niños hoy en día no tienen ni idea de lo que pasó, solo escuchan canciones de abuelas viejas que recuerdan y lloran mientras cantan".

"Nuestras canciones transmiten el sufrimiento, las condiciones insoportables en el campo, que fueron devastadoras. La suciedad, el hambre, el frío, los refugios inhóspitos [...] el hacinamiento que crea enfermedades lentas y dolorosas".

 

Prejuicios arraigados 

Barbara Warnock, curadora de la Biblioteca del Holocausto Wiener ubicada en Londres, dice que la exclusión social existente y la discriminación hecha política oficial dentro de la sociedad alemana hicieron mucho más fácil que los nazis atacaran a la comunidad romaní.

"Al principio fue una especie de continuación de las medidas y actitudes perjudiciales ya existentes. Los nazis se basaban en la legislación existente. Los romaníes eran un grupo bastante marginado dentro de Alemania", dice Warnock.

También señala que hay una falta de registros oficiales sobre los romaníes durante la Segunda Guerra Mundial.

"Hay mucha incertidumbre sobre los números. Algunos fueron asesinados en campos de exterminio, muchos murieron en ejecuciones masivas, particularmente en territorios soviéticos. El ejército alemán fue seguido por los Einsatzgruppen (escuadrones de la muerte paramilitares de la Alemania nazi) y los colaboradores locales participaron en la cacería masiva".

Inmediatamente después de la guerra, muchos de los principales jefes nazis fueron capturados y juzgados por tribunales militares y en los Juicios de Núremberg.

En estos casos, nadie fue acusado de matar a un gitano. Los nazis solían afirmar que "los romaníes que arrestaban eran criminales".

 

Miedos renovados 

Para Gheorghe, la discriminación que él y su comunidad enfrentaron en el país como "extranjeros" no se limitó al régimen nazi.

Después de la caída del comunismo soviético, Gheorghe se fue de Rumania a Alemania.

Pero pocos meses después de su llegada, se vio envuelto en un brutal ataque xenófobo en 1992, conocido como los disturbios de Rostock-Lichtenhagen, en agosto de aquel año.

 Fue la peor violencia derechista en Alemania desde la Segunda Guerra Mundial. Los extremistas atacaron a los inmigrantes arrojando piedras y cócteles molotov contra un bloque de apartamentos donde vivían solicitantes de asilo.

"Qué triste que el sucesor del pueblo que trajo tanto sufrimiento haya llevado a cabo los mismos actos. Nuestros hijos merecen algo mejor que el odio y la ira", señala Gheorghe.

 

Nueva generación 

Los descendientes de las víctimas olvidadas del Holocausto también se interesaron más en el sufrimiento de sus antepasados.

La sobrina nieta de Hinta Gheorghe, Izabela Tiberiade, ni siquiera había nacido cuando su familia enfrentó nuevos ataques inspirados en la ideología neonazi.

En la escuela estudió sobre la Segunda Guerra Mundial y el Holocausto, pero se omitieron los sufrimientos de los gitanos, señala.

Fue en casa, en Rumania, donde supo más. Decidida a buscar justicia, decidió estudiar Derechos Humanos y Derecho Internacional. "Solían contar historias que nuestras nuevas generaciones no podían comprender", le dice Tiberiade a la BBC.

"Descubrí que mis abuelos, tíos y muchos otros compartieron la misma experiencia. Fueron deportados a campos de exterminio, solo porque eran romaníes".

"Las nuevas generaciones no tienen acceso a la información, hay falta de representación y los jóvenes rara vez se conectan con su pasado y sus raíces. Algunos incluso consideran que ser gitano es malo", lamenta.

Ahora Tiberiade trabaja para una organización de jóvenes romaníes, Dikh he na bsiter (que se traduce como "Mira y no olvides"), cuyo objetivo es conmemorar y concienciar sobre lo que le sucedió a la comunidad romaní durante el Holocausto.

La joven quiere que los romaníes de las nuevas generaciones y otros aprendan más sobre el Holocausto. Espera que esto "haga que otros vean a su comunidad con mucha más empatía".

También hay esfuerzos internacionales.

En 2015, un informe de Naciones Unidas pidió un compromiso político firme y tangible para luchar contra los prejuicios y la discriminación que siguen vulnerando los derechos del pueblo gitano.

El Parlamento Europeo también aprobó observar el Día Europeo de Conmemoración del Holocausto Romaní en 2015. Se conmemora el 2 de agosto. Los romaníes también son recordados junto con otras víctimas durante el Día Internacional de Conmemoración del Holocausto.

"No podemos cambiar mucho de la noche a la mañana. Se necesita tiempo, determinación y mucho esfuerzo. Necesitamos aceptación y tolerancia", dice Tiberiade.

"Necesitamos celebrar nuestra cultura, historia e idioma juntos. Necesitamos dejar de hablar unos de otros. Y hablar entre nosotros".

Desde Craiova, la localidad en Rumania donde Gheorghe vive ahora, el sobreviviente del Holocausto dice que tiene un deseo: "Quiero que todos los jóvenes romaníes asistan a la escuela y aprendan y logren todo lo que nosotros nunca tuvimos oportunidad de hacer".


 Fuente:

Holocausto Olvidado