viernes, 27 de enero de 2023

¿Ya vio el árbol?

Yo deseaba que nadie dejara de disfrutar de esa maravilla 

Por Robert Kyff 

 

Mi vecina, la señora Gargan, fue la primera en señalármelo.

—¿Ya vio usted el árbol?— me preguntó un día en que estaba sentado en el jardín trasero de mi casa, disfrutando plácidamente de un crepúsculo de octubre—. El de la esquina. Se ve hermoso con tantos colores. Debería usted verlo.

Le dije que lo haría, pero pronto lo olvidé. Tres días después iba trotando por la calle con la mente llena de preocupaciones triviales, cuando un estallido de color naranja brillante atrajo mi mirada. Por un instante creí que se estaba incendiando una casa. Luego me acordé del árbol.

Cuando me hallé más cerca, aminoré el paso hasta caminar. En la forma del árbol no había nada de particular, se trataba de un arce de tamaño mediano. Pero la señora Gargan tenía razón: sus colores eran fascinantes. Como remolino de manchas en la paleta de un pintor, el árbol despedía un resplandor carmesí en las ramas bajas, ardía con vívidos amarillos y naranjas en el centro y alcanzaba un borgoña oscuro en lo alto. Entre esos colores ardientes descendían en cascada arroyuelos de hojas verde pálido y manchones de hojas verde oscuro, no tocadas aún por el otoño.

Me acerqué con la veneración con que un peregrino se acerca a un santuario, y advertí la presencia de varias ramas desnudas cerca de la punta; las varitas negras que salían de ellas arañaban el aire como garras. Las hojas muertas tapizaban de color escarlata el suelo próximo al tronco.

El árbol parecía un globo terráqueo que abarcara en sus amplias ramas todas las estaciones y todos los continentes: la primavera y el verano del Hemisferios Sur en los verdes pálidos y oscuros, el otoño y el invierno del norte en los amarillos refulgentes y las ramas desnudas. El planeta entero parecía suspendido en el eje de este pastiche.

Mientras me deleitaba con su belleza, me vino a la mente lo que comentó el poeta Ralph Waldo Emerson acerca de las estrellas. Sil as constelaciones aparecieran sólo una vez cada mil años, observó, ¿qué acontecimiento tan emocionante sería? Per o apenas si les prestamos atención porque podemos verlas todas las noches.
Pensé lo mismo con respecto al árbol. Como su majestuosidad dura tan sólo una semana, deberíamos apreciarla en lo que vale. Y yo por poco me la pierdo.

En cierta ocasión, el padre de la poetisa Emily Dickinson vio un espléndido despliegue de luces boreales en los cielos de Massachusetts, y echó al vuelo la campana de la iglesia para avisar a la gente del pueblo. Sentí ganas de hacer lo mismo. Deseaba que nadie dejara de disfrutar de esa maravilla. 

No habiendo a la mano una campana, a cuanto vecino me encontré en el camino de regreso a casa le hice la misma pregunta —sencilla pero trascendental— que me había hecho la señora Gargan: “¿Ya vio el árbol?”
 

© 1990 por Robert S. Kyff. Condensado de “Hartford Courant” (21-X-1990), de Hartford, Connecticut.

Revista Selecciones del Reader’s Digest, Tomo CVII, Número 638, Año 54, Enero de 1994, páginas 89-90, Reader’s Digest Latinoamérica, S.A., Coral Gables, Florida, Estados Unidos


El "Holocausto Olvidado" perpetrado por los nazis durante la Segunda Guerra Mundial

Por Swaminathan Natarajan

BBC World Service

 

"¿Por qué querían matarnos? ¿Por qué nos mataron?".

Esas son las preguntas que se hace Hinta Gheorghe, un sobreviviente del holocausto del pueblo romaní de 83 años.

Con 2 años, fue llevado a un campo en Transnistria, un territorio entre los ríos Dniéster y Bug, administrado por Rumania entre 1941 y 1944.

"No tengo muchos recuerdos del viaje en sí, pero me marcó para siempre", le dijo Gheorghe a la BBC a través de su sobrina nieta, Izabela Tiberiade.

 Aproximadamente 11 millones de personas fueron asesinadas por los nazis. Cinco millones de los fallecidos no eran judíos.

 Los historiadores estiman que entre 250.000 y 500.000 gitanos fueron asesinados durante el Holocausto. Pero estas víctimas permanecen casi olvidadas.

Los nazis creían que los alemanes eran arios y por lo tanto la "raza superior".

Algunas personas eran indeseables según los estándares nazis, ya fuera por sus orígenes genéticos o culturales, o por su estado de salud. 

 En estas categorías eran puestos los judíos, los gitanos, los polacos y otros eslavos, así como personas con discapacidades físicas o mentales.

Otras víctimas incluyeron testigos de Jehová, homosexuales, clérigos disidentes, comunistas, socialistas, 'asociales' (un término usado por los nazis para categorizar a un grupo de personas que no se ajustaban a sus normas sociales) y otros enemigos políticos.

 

 Campos de la Muerte

 "Mi madre perdió varios hijos durante el viaje en esos trenes para ganado. Y creo que una parte de ella permaneció allí para siempre, incluso después de muchos años, cuando todo era solo un recuerdo", cuenta Gheorghe.

"Comprendimos lo que estaba pasando en el campo incluso antes de que llegáramos allí. Muchos murieron en el camino. Había demasiada gente en pequeños trenes, diseñados para el transporte de ganado".

La llamada "Oficina Central para la Lucha contra el Estorbo Gitano" fue creada en junio de 1936 por los nazis. Ubicada en Múnich, se encargó de "evaluar los hallazgos de una investigación racial-biológica" sobre los sinti y los romaníes.

Para el año 1938, los sinti y los romaníes ya estaban siendo deportados a campos de concentración.

Al igual que los judíos, fueron privados de sus derechos civiles. A los niños se les prohibió asistir a las escuelas públicas y a los adultos les resultó cada vez más difícil mantener o asegurar un empleo.

Los romaníes, un pueblo nómada que se cree que procedía del noroeste de la India, estaban formados por varias tribus o naciones.

 La mayoría de los romaníes que se habían asentado en Alemania pertenecían a la nación sinti. Habían sido perseguidos durante siglos. El régimen nazi continuó la persecución al considerarlos asociales y racialmente inferiores a los alemanes.

"Nadie se preocupaba por nosotros pero, al mismo tiempo, nos odiaban tanto", recuerda Gheorghe.

  

El campamento gitano en Auschwitz

En 1943, se asignó un gran área del complejo de campos de Auschwitz-Birkenau para albergar a los romaníes deportados.

Se estima que el número de prisioneros era de alrededor de 23.000. Muchos se convirtieron en víctimas de experimentos médicos. Otros murieron de agotamiento o fueron asesinados en las cámaras de gas.

El campo se disolvió en agosto de 1944, pero la mayoría de sus prisioneros fueron asesinados o trasladados a otros campos. Al final, al menos 21.000 hombres, mujeres y niños murieron ahí.

Cuando Hinta Gheorghe y los sobrevivientes de su familia regresaron del campo de exterminio después de tres extenuantes años, encontraron que sus hogares en Rumania habían sido destruidos u ocupados por otras personas.

"Nos deshumanizaron. Y lo peor es que todavía nos despojan de nuestra historia. Muchos niños hoy en día no tienen ni idea de lo que pasó, solo escuchan canciones de abuelas viejas que recuerdan y lloran mientras cantan".

"Nuestras canciones transmiten el sufrimiento, las condiciones insoportables en el campo, que fueron devastadoras. La suciedad, el hambre, el frío, los refugios inhóspitos [...] el hacinamiento que crea enfermedades lentas y dolorosas".

 

Prejuicios arraigados 

Barbara Warnock, curadora de la Biblioteca del Holocausto Wiener ubicada en Londres, dice que la exclusión social existente y la discriminación hecha política oficial dentro de la sociedad alemana hicieron mucho más fácil que los nazis atacaran a la comunidad romaní.

"Al principio fue una especie de continuación de las medidas y actitudes perjudiciales ya existentes. Los nazis se basaban en la legislación existente. Los romaníes eran un grupo bastante marginado dentro de Alemania", dice Warnock.

También señala que hay una falta de registros oficiales sobre los romaníes durante la Segunda Guerra Mundial.

"Hay mucha incertidumbre sobre los números. Algunos fueron asesinados en campos de exterminio, muchos murieron en ejecuciones masivas, particularmente en territorios soviéticos. El ejército alemán fue seguido por los Einsatzgruppen (escuadrones de la muerte paramilitares de la Alemania nazi) y los colaboradores locales participaron en la cacería masiva".

Inmediatamente después de la guerra, muchos de los principales jefes nazis fueron capturados y juzgados por tribunales militares y en los Juicios de Núremberg.

En estos casos, nadie fue acusado de matar a un gitano. Los nazis solían afirmar que "los romaníes que arrestaban eran criminales".

 

Miedos renovados 

Para Gheorghe, la discriminación que él y su comunidad enfrentaron en el país como "extranjeros" no se limitó al régimen nazi.

Después de la caída del comunismo soviético, Gheorghe se fue de Rumania a Alemania.

Pero pocos meses después de su llegada, se vio envuelto en un brutal ataque xenófobo en 1992, conocido como los disturbios de Rostock-Lichtenhagen, en agosto de aquel año.

 Fue la peor violencia derechista en Alemania desde la Segunda Guerra Mundial. Los extremistas atacaron a los inmigrantes arrojando piedras y cócteles molotov contra un bloque de apartamentos donde vivían solicitantes de asilo.

"Qué triste que el sucesor del pueblo que trajo tanto sufrimiento haya llevado a cabo los mismos actos. Nuestros hijos merecen algo mejor que el odio y la ira", señala Gheorghe.

 

Nueva generación 

Los descendientes de las víctimas olvidadas del Holocausto también se interesaron más en el sufrimiento de sus antepasados.

La sobrina nieta de Hinta Gheorghe, Izabela Tiberiade, ni siquiera había nacido cuando su familia enfrentó nuevos ataques inspirados en la ideología neonazi.

En la escuela estudió sobre la Segunda Guerra Mundial y el Holocausto, pero se omitieron los sufrimientos de los gitanos, señala.

Fue en casa, en Rumania, donde supo más. Decidida a buscar justicia, decidió estudiar Derechos Humanos y Derecho Internacional. "Solían contar historias que nuestras nuevas generaciones no podían comprender", le dice Tiberiade a la BBC.

"Descubrí que mis abuelos, tíos y muchos otros compartieron la misma experiencia. Fueron deportados a campos de exterminio, solo porque eran romaníes".

"Las nuevas generaciones no tienen acceso a la información, hay falta de representación y los jóvenes rara vez se conectan con su pasado y sus raíces. Algunos incluso consideran que ser gitano es malo", lamenta.

Ahora Tiberiade trabaja para una organización de jóvenes romaníes, Dikh he na bsiter (que se traduce como "Mira y no olvides"), cuyo objetivo es conmemorar y concienciar sobre lo que le sucedió a la comunidad romaní durante el Holocausto.

La joven quiere que los romaníes de las nuevas generaciones y otros aprendan más sobre el Holocausto. Espera que esto "haga que otros vean a su comunidad con mucha más empatía".

También hay esfuerzos internacionales.

En 2015, un informe de Naciones Unidas pidió un compromiso político firme y tangible para luchar contra los prejuicios y la discriminación que siguen vulnerando los derechos del pueblo gitano.

El Parlamento Europeo también aprobó observar el Día Europeo de Conmemoración del Holocausto Romaní en 2015. Se conmemora el 2 de agosto. Los romaníes también son recordados junto con otras víctimas durante el Día Internacional de Conmemoración del Holocausto.

"No podemos cambiar mucho de la noche a la mañana. Se necesita tiempo, determinación y mucho esfuerzo. Necesitamos aceptación y tolerancia", dice Tiberiade.

"Necesitamos celebrar nuestra cultura, historia e idioma juntos. Necesitamos dejar de hablar unos de otros. Y hablar entre nosotros".

Desde Craiova, la localidad en Rumania donde Gheorghe vive ahora, el sobreviviente del Holocausto dice que tiene un deseo: "Quiero que todos los jóvenes romaníes asistan a la escuela y aprendan y logren todo lo que nosotros nunca tuvimos oportunidad de hacer".


 Fuente:

Holocausto Olvidado 

 

sábado, 21 de enero de 2023

La historia secreta del Palacio de Versalles que pocos visitantes conocen

Por Lily Radziemski

BBC Travel

 

 

El palacio parecía un espejismo de sí mismo.

El agua del canal brillaba bajo el sol, atrayendo mi mirada hacia ella.

El opulento edificio dominaba el paisaje, y el paisaje parecía hecho para él.

Me subí a mi bicicleta. Haces de luz estroboscópica atravesaban las estrechas grietas entre los árboles y mis neumáticos aplastaron la grava.

Mientras pedaleaba por un camino oculto, las hojas carmesí de los árboles cubrían mi cabeza y los campos abiertos se extendían en la distancia. 

No había nadie a la vista. Pero a poca distancia, dentro de los opulentos salones de baile del Palacio de Versalles, miles de personas pululaban.

Estaba en el Parque de Versalles, el patio de recreo de 800 hectáreas para los reyes, reinas y líderes políticos que conformaron la clase dominante de Francia hasta fines del siglo XVIII.

Versalles fue el centro del poder y la encarnación material de la monarquía absoluta que reinó en Francia hasta la Revolución de 1788-1799.

El palacio fue testigo de matrimonios estratégicos y visitas de Estado.

Pero toda la propiedad se construyó realmente por otras razones: el ocio, con el amplio parque y los cuidados jardines más pequeños utilizados para el placer y el libertinaje.

En los siglos transcurridos desde que se construyó, Versalles se ha convertido en uno de los palacios más famosos y visitados del mundo, un sitio que recibe a 27.000 visitantes a diario.

Pero fuera del palacio hay otra historia, una que se extiende por kilómetros y es casi imposible de recorrer a pie en un día.

Es ahí donde, en medio del aire fresco y la soledad, se puede ver otra faceta de la gran visión del magnífico lugar.

"Cuando vas a los jardines, conoces más de la historia de Luis XIV, XV y XVI", me dijo la guía turística Mara Alfaro Prias.

"Versalles es más que las pinturas o los candelabros".

 

Distintas ideas

Todo comenzó en 1623 cuando Luis XIII construyó un pabellón de caza en la campiña que rodeaba la pequeña ciudad de Versalles, unos 20 km al suroeste del centro de París.

Pero su hijo, Luis XIV, tenía planes más grandes para los terrenos.

"Luis XIV era un poco arquitecto", explicó Mathieu da Vinha, director científico del Centro de Investigación del Palacio de Versalles.

"En París no pudo realmente agrandar los palacios porque el tejido urbano era demasiado denso... en Versalles fue todo lo contrario".

 El rey no solo quería más espacio.

"Luis XIV necesitaba lo que hoy llamaríamos un 'apartamento de soltero', es decir, una pequeña casa de placeres... para fiestas divertidas con algunos amigos", dijo Michel Vergé-Franceschi, coautor del libro Une Histoire Érotique de Versalles.

"Entonces, creó Versalles en parte para su placer, para su sexualidad, con jardines asombrosos".

Cerca de la parte superior del Gran Canal del parque, escondido entre cafeterías y restaurantes, hay un puesto donde los visitantes pueden alquilar bicicletas.

Camino a él, el pasado otoño, pasé junto a la Fuente Latona, recogí hojas anaranjadas caídas de los árboles esculpidos y quise saber más sobre los jardines rebosantes de flores y las arboledas románticas.

Fueron obra de André Le Nôtre, el jardinero del rey.

"Es un jardín donde nada se deja al azar", me dijo Hélène Dalifard, directora de comunicaciones del palacio.

"La mirada siempre es dirigida hacia un efecto particular... la idea es imaginar el jardín como un museo en el que el visitante cree que está dando un paseo sin rumbo, mientras que en realidad está completamente guiado por los efectos de la perspectiva".

  

Cálculo minucioso

Las dimensiones de Versalles y su parque se calcularon minuciosamente para reflejar el Louvre; el Etoile Royale (el mirador en el otro extremo del canal) y la Fuente de Apolo están exactamente a la misma distancia que la Place de l'Êtoile y la Place de la Concorde en París.

Y la distancia entre la Fuente de Apolo y el Palacio de Versalles es la misma que la distancia entre la Plaza de la Concordia y el Louvre.

Hay ilusiones ópticas, arboledas ocultas y sutiles mensajes alusivos al Sol por todo el parque, el símbolo personal elegido por Luis XIV a quien se le conoce como el Rey Sol.

Para reforzar esa conexión, la imagen de Apolo, el dios griego del Sol, aparece en fuentes, arboledas y estatuas del lugar. Simbólicamente, Versalles giraría a su alrededor y los jardines serían su escenario.

"Versalles era el teatro del rey", dijo Vergé-Franceschi, y agregó que Luis XIV incluso escribió un libro sobre la forma correcta de visitar los jardines.

La ruta, que comienza en los escalones superiores del jardín, se lee casi como un manual de instrucciones, con indicaciones precisas sobre dónde caminar, detenerse y qué admirar en el camino.

En 1661, cuando Luis XIV estaba casado con María Teresa de Austria, conoció a Luisa de La Vallière, la mujer que se convertiría en su primera amante oficial.

"Ella montaba a caballo por el parque... podía pararse en un caballo sujetando las riendas del animal con cuerdas de seda, y matar un jabalí en el bosque de Versalles con estacas", dijo Vergé-Franceschi.

Se encontraban en privado, en el pabellón de caza de Luis XIII en el parque.

"Dado que el castillo era demasiado pequeño antes de que Luis XIV lo ampliara, la mayoría de las fiestas tenían lugar en los jardines", dijo da Vinha.

La primera gran festividad ofrecida en Versalles fue la legendaria Fiesta de las Delicias de la Isla Encantada.

Fueron seis días de celebraciones espectaculares, con carruseles, fuegos artificiales y obras del reconocido dramaturgo francés Molière, ofrecidas oficialmente en honor a la madre y esposa de Luis XIV, pero, extraoficialmente, dedicadas a la duquesa de La Vallière. 

 

Un lugar abierto 

El parque tiene un aire de exceso y exclusividad, pero sorprendentemente, los terrenos nunca estuvieron cerrados al público.

Todo el complejo permaneció abierto, desde el dormitorio del rey (siempre que no estuviera allí) hasta los jardines y el parque.

Hoy en día, Versalles sigue estando siempre abierto al público, y el acceso a los jardines y al parque es gratuito, excepto durante unos días determinados.

"La tradición de la monarquía francesa es que el rey debe ser accesible para sus súbditos, por lo que uno podía ingresar al castillo con mucha libertad bajo la condición de estar bien vestido", explicó da Vinha.

La falta de privacidad podría haber sido un factor que contribuyó a la expansión de los terrenos.

En Versalles, un palacio no era suficiente.

Queriendo tener un lugar al cual escapar, Luis XIV encargó el Gran Trianón en el extremo norte del Gran Canal en 1670.

Aquí fue donde pasó un tiempo con Madame de Montespan, la amante que reemplazó a Louise de La Vallière.

Es una caminata de 30 minutos desde el palacio hasta el sitio, pero está a 5 minutos en bicicleta desde el puesto de alquiler.

El Gran Trianón se asienta en un terreno elevado, sus paredes de mármol rosa salmón se doblan en arcos abiertos al paisaje. Es ventoso y bonito, como un pequeño joyero nacido de la nada.

A poca distancia del Gran Trianón se encuentra el Petit Trianon, un palacio que Luis XV encargó para la condesa de Barry en 1758, su amante en ese momento (se suponía que era para Madame de Pompadour, pero murió antes de su finalización).

Finalmente se le ofrecería a María Antonieta como regalo de Luis XVI en 1774. Pasó la mayor parte de su tiempo allí. 

El aislamiento de la monarquía en Versalles jugó un papel en la Revolución; allí vivían en la opulencia mientras la población francesa se moría de hambre, y cientos de ciudadanos finalmente asaltaron el lugar en 1789.

"Versalles contribuyó a que [Luis XVI y María Antonieta] se desconectaran de la realidad", dijo Vergé-Franceschi.

Pocos años después de la Revolución, el palacio y sus jardines fueron absorbidos por la República, para ser conservados para el público.

 

Fuente:

Palacio de Versalles 

 

 

viernes, 20 de enero de 2023

Cómo mantener la motivación y la pasión en el trabajo

Por David Robson

BBC  WorkLife

 

He querido ser escritor desde que tomé prestada por primera vez la vieja máquina de escribir de mis padres, a los 6 años.

A medida que vi que mis pensamientos tomaban forma en la página en blanco, me enganché al instante.

Como autor y periodista, reconozco la suerte que tengo de continuar con estas ambiciones de la infancia, pero mentiría si dijera que no hay períodos regulares en los que esa pasión decae.

Esto se acentúa en el húmedo y aburrido Londres de enero, cuando mi estado de ánimo ya está bajo y la repetición de la rutina semanal puede comenzar a resultar agotadora. Me siento como si estuviera en una rueda para roedores sin fin de la que quiero salir.

Y es probable que no esté solo: como ha revelado la tendencia reciente de "renuncia silenciosa", muchas personas están perdiendo el entusiasmo por las carreras que una vez amaron. 

Puede que hayas hecho todo lo que estaba a tu alcance para conseguir ese trabajo perfecto y, sin embargo, la rutina diaria a veces te quita el entusiasmo.

"En mi experiencia con mis clientes de coaching, diría que es un gran problema y que este problema está creciendo", dice Anna K Schaffner, una terapeuta de vida en Reino Unido que se especializa en agotamiento, estrés y resiliencia.

Para algunos, la pérdida de la pasión puede ser una señal de que necesita cambiar de carrera, pero un movimiento tan drástico no siempre es posible.

Afortunadamente, estudios recientes muestran que algunas personas aplican naturalmente "estrategias de laboratorio" para reavivar su pasión y motivación.

Y hay muchas maneras en que todos podemos aplicar estas técnicas. 

  

Una cuestión de mentalidad 

El primer estudio proviene de Patricia Chen, profesora de psicología en la Universidad de Texas en Austin, EE.UU.

La investigación previa de Chen examinó la influencia de dos mentalidades diferentes sobre la pasión. Es más probable que los llamados "teóricos de la competencia" respalden afirmaciones como:

  • Creo que hay un trabajo perfecto para cada individuo, y encontrar la línea de trabajo correcta determinará la felicidad y el éxito de uno en el trabajo.

Los "teóricos del desarrollo", por el contrario, es más probable que estén de acuerdo con afirmaciones como:

  • Creo que la pasión se desarrolla a través de un proceso de aprendizaje dentro de cualquier línea de trabajo elegida. Cuanto mejor sea uno en su trabajo, más empezará a amar la profesión.

Usando cuestionarios detallados que miden la mentalidad de las personas y varios resultados en el ambiente laboral, Chen descubrió que estas creencias se convierten en profecías autocumplidas.

Los teóricos de la competencia (en su sentido de idoneidad) tendrán dificultad para encontrar la felicidad en un trabajo que no cumpla con sus criterios específicos. Los teóricos del desarrollo, por el contrario, pueden aprender a encontrar disfrute e interés en las diferentes tareas, de modo que su satisfacción crezca con el tiempo, incluso si el trabajo inicialmente no cumplía todos los requisitos deseados.

El nuevo artículo de Chen tiene como objetivo explorar cómo los teóricos del desarrollo manejan su pasión de esta manera. ¿Qué estrategias utilizan para avivar las llamas de su gusto por el trabajo?

Para averiguarlo, primero encuestó a 316 estudiantes universitarios de varias disciplinas académicas sobre las formas en que su pasión por la materia había cambiado a lo largo del tiempo.

Fundamentalmente, esto incluía una pregunta abierta sobre qué había causado este cambio de pasión.

De los cientos de respuestas, los investigadores identificaron cinco estrategias comunes que, según los estudiantes, habían aumentado su motivación. Estas eran:

  • Reconocer la relevancia personal: un estudiante de negocios, por ejemplo, podría intentar pensar en las formas en que el conocimiento teórico lo ayudaría a fundar una nueva empresa.
  • Reconocer la relevancia social: un estudiante podría preguntarse cómo el tema podría ayudarlo a comprender el mundo y cómo ese conocimiento podría beneficiar a otros en última instancia.
  • Construir familiaridad: adquirir nuevos conocimientos puede estimular la curiosidad de alguien por saber más, ya que identifican más puntos de interés, y el hecho mismo de haber progresado y dominado tareas difíciles, puede ser una recompensa en sí mismo. Entonces, alguien que se siente desmotivado podría buscar nuevas formas de aumentar su conjunto de habilidades.
  • Adquirir experiencia práctica: muchos de los estudiantes descubrieron que las prácticas laborales y las pasantías aumentaron su entusiasmo por sus estudios académicos.
  • Encontrar mentores y cambiar el entorno: los estudiantes pueden buscar activamente maestros que los inspiren o amigos que puedan ayudar a que el trabajo sea más divertido. 

 En general, Chen confirmó que los estudiantes con mentalidad de desarrollo tenían más probabilidades de ver aumentos positivos en su pasión por su materia a lo largo del tiempo.

Y ese cambio se correlacionó con la cantidad de estrategias que habían utilizado. Los estudiantes con la mentalidad de competencia, por el contrario, no parecían estar empleando esas estrategias con tanta eficacia.

 

Generar motivación 

Los hallazgos de Chen concuerdan con una investigación psicológica más amplia que analiza las formas en que las personas regulan su interés y motivación en su trabajo.

Además de confirmar el uso de las estrategias que Chen había detectado, como identificar la relevancia personal o social del trabajo, estos estudios sugieren otras formas de reencender la magia.

Dos de las técnicas más útiles son el "establecimiento de metas proximales" y la "autoconsecución".

Estas son particularmente útiles cuando te sientes abrumado con un nuevo proyecto, en el que el desafío es tan grande y la recompensa tan distante que te cuesta reunir el entusiasmo para comenzar.

Para aplicar el establecimiento de objetivos proximales, se puede dividir el proyecto en tareas pequeñas que son mucho más rápidas de completar, lo que le permite disfrutar de la cálida sensación de satisfacción cuando se van cumpliendo en su plan. 

"Esto puede ser especialmente efectivo si usas pequeñas recompensas para lograr esos objetivos, como ver Netflix después de haber completado una tarea", dice Maike Trautner, investigadora postdoctoral de la Universidad de Münster, Alemania. Esa es la parte de autoconsecución.

Una vez más, la mentalidad importa. En un estudio reciente con Malte Schwinger, profesor de la Universidad Philipps de Marburg en Alemania, Trautner encuestó a más de 700 estudiantes sobre las formas en que manejan su motivación.

Tal como lo observó Chen con su trabajo sobre la pasión, encontraron que algunos estudiantes creen que la motivación para una tarea es fija e inmutable, mientras que otros creen que se puede cultivar.

Y son aquellos con esta última mentalidad quienes buscarán formas de desarrollar su motivación utilizando estrategias prácticas, mientras que aquellos que creían que su motivación estaba fuera de su control fueron menos proactivos. 

 

Tomar acción 

Para las personas que ya tienen la mentalidad de desarrollo, estas estrategias pueden parecer obvias.

Pero el trabajo de Chen sugiere que son una minoría: en sus muestras, la mayoría de las personas tenían la mentalidad de competencia y, por lo tanto, podrían beneficiarse al recordarles su potencial para desarrollar su motivación y pasión.

Tomarse un tiempo para pensar en nuestros objetivos generales, buscar los beneficios que nuestro trabajo brinda a los demás, comunicarse con colegas inspiradores y establecer un plan con pequeñas recompensas: estas son estrategias simples que todos podemos tomar para aumentar nuestro entusiasmo.

Sin embargo, no tienes que asumir toda la responsabilidad. Schaffner sugiere que hables con tu jefe sobre las formas en que puede cambiar tu trabajo para que estés más alineado con tus valores e intereses, un proceso que ella describe como "confeccionar el trabajo".

"Los buenos empleadores deberían estar interesados en eso y apoyar la idea: tiene mucho sentido que a sus empleados se les asignen tareas para las que son más aptos para desempeñarlas bien", sostiene.

Si todavía sientes que estás estancado, es posible que simplemente le estés pidiendo demasiado a tu carrera.

De la misma manera que podríamos esperar que nuestras parejas románticas generen toda la emoción en nuestra vida, lo que ejerce una presión innecesaria sobre la relación, a veces podemos tener expectativas poco realistas de que nuestros trabajos brinden significado a nuestras vidas.

Por esta razón, Schaffner sugiere dedicarse a un pasatiempo que también pueda darte un sentido de propósito y logro, para que tu trabajo no sea el único lugar para encontrar satisfacción en su vida.

"Irónicamente, con un poco de desapego y perspectiva, tendemos a trabajar mejor y con más ligereza", dice.

Es una filosofía que he tratado de aplicar yo mismo.

En estos sombríos días de enero, he tratado de reforzar mi energía recordándome todas las razones por las que me atrajo primero una carrera en periodismo y tomándome más tiempo para leer las respuestas de las personas a mis escritos, una actividad que a menudo se pasa por alto por la demanda del trabajo.

Pero siguiendo el consejo de Schaffner, también me estoy asegurando de dedicar más tiempo a todas las demás actividades que amo.

En sus palabras: "Puede ser increíblemente sanador y curativo cuando el trabajo es sólo trabajo".

 

Fuente: 

Cómo mantener la motivación 

 

miércoles, 18 de enero de 2023

¿Por qué hay personas que siempre llegan tarde?

Por Redacción

BBC News Mundo

 

¿Eres esa persona que siempre llega tarde?

En un mundo como el actual, en el que todos estamos tratando de hacer cada vez más cosas, pareciera que todos estuviéramos corriendo contra el reloj.

Pero aunque todos estemos compartiendo la misma carrera contra el tiempo, hay un tipo de personas a las que pareciera que, simplemente, no les importa llegar tarde.

Según un estudio del sitio YouGov de 2014, al menos 1 de cada 5 estadounidenses llega tarde al trabajo al menos un día a la semana y pareciera que la generación de los "millennials" es la que más sufre con la puntualidad. 

¿Qué está ocurriendo? ¿Existen ciertas personas que están programadas naturalmente para llegar tarde? 

 La autora británica Grace Pacie decidió investigar por qué ella misma siempre llegaba tarde a los sitios y documentar sus descubrimientos en el libro Late!: A Timebender's Guide to Why We Are Late and How We Can Change (Tarde! Una guía para los flexores del tiempo sobre por qué siempre llegamos tarde y cómo podemos cambiar).

"En cuestión de personalidades, hay una curva de campana. En un extremo de la escala, están los que yo llamo 'protectores del tiempo', que están ansiosos por llegar temprano", cuenta la autora.

Al otro lado del extremo, están los que Pacie llama "los flexores del tiempo" (timebenders, en inglés).

  

"Flexando" el tiempo

 "A los timebenders no nos gusta la rutina. No nos gustan las tareas que nos son conocidas, y nos aburrimos fácilmente", le explicó Pacie a la BBC.

"Nos podemos enfocar muy bien cuando tenemos interés en algo, y si el tiempo es corto, podemos trabajar de una manera muy efectiva".

Pacie explica que para identificar a los timebendersen una oficina, lo único que hay que hacer es buscar los escritorios más desordenados.

"No hemos terminado algo, cuando ya estamos empezando otra cosa".

Pero, ¿por qué pareciera que ciertas personas tienen esta característica más marcada que otras?

La respuesta podría estar en un elemento muy específico de la personalidad, le explica a la BBC el autor del libro "El Efecto de las expectativas", David Robson.

 

"Ser consciente"

Para Robson, el llegar siempre tarde está relacionado con el rasgo de la personalidad de la consciencia.

"Puedes medir este rasgo a través de preguntas como ¿qué tan organizados y ordenados son? o ¿es la persona puntual?".

Además, Pacie cree que los timebenders experimentan el tiempo de una manera diferente.

"Tenemos una percepción distinta del tiempo a la mayoría de la gente", dice la autora, quien se considera a sí misma como una timebender. "No todos los minutos tienen la misma duración para nosotros."

 "El tiempo puede acelerarse o desacelerarse; podemos perdernos totalmente en algo y perder completamente la noción del tiempo. Por otro lado, si tenemos una hora de entrega, podemos trabajar de manera muy efectiva". 

 

Qué dice la ciencia

Un estudio hecho por psicólogos de la Universidad de Washington en 2016 se enfocó precisamente en analizar la percepción del tiempo que tienen las personas.

En uno de los experimentos, los sujetos tenían un tiempo determinado para terminar una tarea. Incluso se les permitía revisar el reloj.

Pero las tareas estaban diseñadas para que fueran fascinantes y que distrajeran a los sujetos para que no miraran el reloj.

Los resultados fueron claros: algunos eran naturalmente mejores que otros estimando el paso del tiempo, y usaban esa aptitud para planear de manera efectiva en el futuro.

 

Consecuencias 

 Pacie dice que uno de los hallazgos más sorprendentes (y posiblemente útiles) fue descubrir que los timebenders no siempre llegan tarde a todo. 

"Podemos llegar a tiempo cuando nos importa, y eso quiere decir que nos importa cuando existen consecuencias para nosotros por llegar tarde", dice la autora.

"Los momentos en los que más estiramos el tiempo es cuando no hay fechas u horas límite y no hay consecuencias, lo que muchas veces coincide con eventos sociales".

La autora dice que esto puede llevar a los timebenders a tener problemas con sus seres queridos, pues están dando la impresión de que hay poco interés por quedar bien con ellos.

"Creo que es muy útil reconocer el poder de las horas y fechas límite, y que sean reales, externas a nosotros y que tengan consecuencias", agrega.

 

Hay soluciones 

Uno de los problemas más grandes que ha encontrado Robson a la hora de mejorar la puntualidad de las personas es que creen que la impuntualidad es parte intrínseca de su personalidad.

"Simplemente asumen que es algo tan intrínseco a sus genes y sus características, que ni siquiera hacen el intento de corregir el comportamiento", dice."Es así como las narrativas que tenemos de nosotros mismos pueden convertirse en una profecía que se cumple sola".

Y la idea de que los rasgos de la personalidad no son permanentes - ni marcados desde el nacimiento - sino que pueden moldearse, es uno de los desarrollos más emocionantes de la psicología actual.

Robson dice que, si alguien lo quisiera, a través de simples cambios, podría volverse una persona más consciente.

"Pueden hacer cosas como un horario detallado todos los días o reservar tiempo para organizar su escritorio o su habitación si están desordenados. Cosas que sabemos que hacen personas muy conscientes".

 

Fuente: 

Llegar tarde