Por Redacción
BBC Mundo
"El sentido común se lo llevó el viento en Memphis"
.
Este
fue uno de los muchos juegos de palabras que surgieron ante la decisión
del presidente del emblemático teatro Orpheum de Memphis, Tennessee, de
retirar de sus proyecciones de verano el clásico de Victor Fleming "Lo
que el viento se llevó".
La frase es del presentador de la cadena conservadora Fox News, Todd Starnes, quien además es nativo de Memphis.
Y Starnes no fue el único en criticar una medida que el presidente del teatro, Brett Batterson, explicó con estas palabras:
"El
Orpheum, como una organización dedicada a 'entretener, educar e
iluminar a su comunidad de espectadores', no podrá continuar
retransmitiendo una película que es insensible hacia una gran parte de la población local", anunció el pasado fin de semana.
Con esto se pone fin a una tradición que el teatro Orpheum cumplía cada mes de agosto desde hace 34 años.
Desde algunos sectores se aplaude la decisión y se invoca a que cunda el ejemplo.
Para otros, el gesto es desproporcionado y puede dar lugar a un peligroso efecto dominó camino a la censura.
Ambiente revuelto
Brett Batterson aseguró que llevaba tiempo meditando la idea de poner fin a la proyección de la película de 1939 protagonizada por Clark Gable, Vivien Leigh y Olivia de Havilland.
Y
desvinculó la medida de los sucesos de Charlottesville, Virginia, donde
los pasados 11 y 12 de agosto se produjeron violentos enfrentamientos
entre grupos de supremacistas blancos y manifestantes que salieron a
contrarrestar su presencia.
Uno de los supremacistas arrolló a los contramanifestantes y causó la muerte de Heather Heyer, una joven activista de 32 años.
Aunque
la coincidencia en el tiempo entre los hechos de Charlottesville y la
retirada del clásico de Hollywood de la pantalla del Orpheum, más que
una casualidad parece reflejo del estado en que se encuentra el debate racial en Estados Unidos.
En
este sentido, el escritor y comentarista afroestadounidense Otis
Sanford celebró la resolución de los dirigentes del teatro de Memphis.
"La
retirada de la película ha sido criticada en redes sociales pero la
decisión es otra señal alentadora de que las actitudes están cambiando y
que el racismo, el odio y la opresión no son bienvenidos en Estados Unidos", señaló Sanford.
Un sur esclavista idealizado
"Lo
que el viento se llevó" ganó ocho premios Oscar -récord en la época- y
también batió todos los récords de recaudación en taquilla.
Basado
en el libro del mismo nombre escrito por Margaret Mitchell en 1936 y
ganador de un premio Pulitzer, los detractores alegan que el filme hace
una caracterización ofensiva de los afroestadounidenses al tiempo que glorifica la vida en las plantaciones del sur de Estados Unidos en el siglo XIX.
Argumentan así que la película ofrece una romántica representación de los días de la esclavitud antes y durante los primeros compases de la Guerra Civil que enfrentó a norte y sur del país (1861-1865).
La oposición al clásico de Victor Fleming por parte de la comunidad afroestadounidense no es algo nuevo.
Pero
ahora, en un contexto de creciente visibilidad de los supremacistas
blancos en público y en internet, "Lo que el viento se llevó" parece
particularmente tóxica para algunos, incluyendo la ciudad de Memphis con
su extensa población afroestadounidense.
Exceso de corrección política
Del otro lado no dejan de surgir voces que denuncian la retirada de la película.
Desde
el campo de la política, los conservadores aprovechan la controversia
para insistir en su desprecio a lo que consideran una excesiva corrección política de los progresistas.
Herman
Cain, politico afroestadounidense que fuera precandidato presidencial
en 2012, escribió en su página web: "El acto de restregar la historia
continúa sin cesar. Cualquiera que quiera explicar la diferencia entre
esto y la quema de libros, que lo haga".
Muchos se preguntan dónde está el límite, y qué pasará con otras
películas clásicas cuyas temáticas o presentación de los personajes
puedan haber quedado anticuadas.
Valor cultural y artístico
Por su parte los amantes del cine que adoran la película no entienden esta ofensiva contra el clásico de los clásicos.
Recuerdan además que el filme supuso el primer Oscar para una mujer negra: Hattie McDaniel ganó la estatuilla a mejor actriz de reparto por su personaje de "Mammy", la esclava de Escarlata O'Hara.
El
crítico literario y cinematográfico Chris Herrington opina que, como
pieza de historia cultural, "Lo que el viento se llevó" nos dice más
sobre 1939 y los años posteriores que sobre la década de 1860 en la que
está ambientada.
Herrington añade que, por su riqueza narrativa, la película debe seguir viéndose, pero con un ojo critico que no se suele tener.
¿Equiparable a los monumentos de la Confederación?
Para quienes defienden su retirada, el hecho de que la película no se proyecte en el Orpheum no es censura porque la obra sigue a disposición de quien quiera verla por otros medios.
Comparan la decisión del presidente del teatro de Memphis con la retirada de estatuas y otros monumentos de la Confederación.
La columnista del diario The Washington Post Alyssa Rosenberg discrepa de esta visión.
"Las
estatuas de Lee, 'Stonewall' Jackson y otros generales de la
Confederación son un intento de convertir una ilusión en una realidad
concreta", escribe.
"Sin embargo, 'Lo que el viento se llevó'
reconoce lo que para algunas personas puede ser hermoso de ese sueño
pero, a través del personaje de Escarlata O'Hara defiende que el verdadero coraje no es sucumbir en un duermevela sino despertarse de una fantasía".
Fuente:
http://www.bbc.com/mundo/noticias-41090476
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