Puedes recordar los tiempos en que podías estar hasta tarde de noche en la calle y estabas seguro o así lo parecía.
Ahora no te puedes confiar porque en la calle te pueden asaltar, violar o matar.
No puedes ni debes resistirte a un asalto porque sería lo peor, y en el caso de una posible violación debes gritar.
Las ciudades son inseguras porque los delincuentes dominan las calles.
La lucha contra el crimen es de risa mientras siga la desintegración familiar, la crisis social y de valores, y los delicuentes continúen pensando y crean que pueden vivir como les parece en su pseudo reino de la violencia, los vicios y la ociosidad.
Pero no veremos el fin de la delincuencia y toda clase de violencia sino hasta la conclusión de este podrido mundo tan repugnante.
Esta es nuestra esperanza.
A buen entendedor, pocas palabras