sábado, 14 de febrero de 2015

Lecturas y otros rollos


Al grano:

-Esto de volver a trabajar te quita el óxido mental y físico acumulado y te provoca un cansancio tan especial.

Por lo menos te das el gustazo de mandar al cuerno a la depresión por desempleo.


-Quisiera comentar libros pero no me sale la vena crítica de ponerme a hablar sobre gustos, fobias, detalles y qué sé yo.


No me gusta un libro que me aburre pues lo dejo de leer, no lo recomiendo en ninguna parte y punto.


Para eso no se necesita escribir un largo, pedante e idiota artículo como hacen tantos por ahí en blogs o en X sitio sobre los libros que les desagradaron ni tampoco poner por los suelos al autor.

No me agradan las obras de escritores como Mann, Borges, Onetti, Roa Bastos, Pynchon, Proust, Joyce y un montón más incluyendo a los bestsellerianos de moda o con su "premio literario".


No los leo y nada más... y eso es todo lo que hay que decir, amigos.


-Vaya con la gente que vende libros por aquí... muchos son de lo más ignorantes y groseros.

Un montón no son lectores sino sólo simples mercaderes y demuestran diariamente que son más brutos que los burros.


-Caray, con tanta gente que entrena en los gimnasios. Encontramos que un montón sufre de fobia a la lectura.

Varios sólo leen sobre entrenamiento, nutrición y suplementación y otros relacionados con éstos.

También se puede leer sobre ello pero uno no se puede estancar únicamente en esos temas y olvidarse del resto.

Viendo la cantidad de animales televisivos que no leen ni el periódico y que durante años calentaron el asiento en el colegio y la universidad, pues no sorprende nada la más que evidente ignorancia supina demostrada hasta en los temás más básicos de cultura general.


-Hay varias librerías con precios nada cristianos: más caros venden los libros hasta el más regularón y ni hablar de los títulos más buscados de autores reconocidos dentro del ámbito religioso.

Con tan bello panorama habrá  pues que seguir buscando y encontrando obras de segunda mano.



-Qué jodido se ha vuelto hacer amigos o el hecho de conservarlos.

Dejas de ver a la gente un tiempo y la amistad se muere rápido.

Otros tienen la máscara hipócrita o de la apariencia y al instante te das cuenta que con muchos no pasarás del saludo o no harás ni eso.

Hay gente antipática, maleducada y encima de lo más ingrata que al discutir con ella en la primera discusión todo se revienta por los aires y terminamos como enemigos por estúpidas insignificancias.

Mejor es no pelear y seguir cada uno con su vida y en lo posible dar una mano a los que merecen ayuda.

Muchos no se acordarán de ti nunca más porque ya no les sirves para nada y todo lo tuyo les importa un comino.

El libro de Dale Carnegie, Cómo ganar amigos e influir sobre las personas, es ameno y con buenas ideas aplicables en la vida diaria, sin embargo, a los verdaderos amigos que tendremos o tenemos los contaremos con los dedos.