“Con
la infancia que tuve, es un milagro que no sea un psicótico. Era el
pequeño niño judío en un vecindario no judío”, contó en la entrevista
con Psychology Today.
Maslow vivió la Gran Depresión, la crisis económica que desató el desplome de la bolsa de Nueva York, el 29 de octubre de 1929.
Decía que había crecido sin amigos, en bibliotecas, entre libros, y encontró en la psicología su pasión.Desarrolló su carrera en ese campo, le intrigaba entender cómo alguien capaz de ser un ángel, podía ser un asesino.
Para Edward Hoffman, autor de “Abraham Maslow: Vida y enseñanzas del creador de la psicología humanista”, Maslow estuvo adelantado a su época.
“En
muchos sentidos, sigue adelantado a nuestro tiempo”, le indica a BBC
Mundo el profesor de psicología de la Universidad Yeshiva.
Y es que sus ideas fueron novedosas.
Aunque es más conocido por su teoría sobre la jerarquía de las necesidades,
de la cual surgió la famosa pirámide de Maslow, hay aspectos de su
trabajo que “realmente fueron revolucionarios”, le dice a BBC Mundo
Margie Lachman, profesora de la Universidad Brandeis, en Massachusetts.
Allí, precisamente, Maslow fundó el departamento de Psicología.
Otro Camino
Maslow
siguió una dirección diferente a las corrientes que existían en
psicología, principalmente la psicoanalítica (de Sigmund Freud) y la
conductual.
Freud tenía “una visión muy pesimista de la naturaleza humana”, dice Hoffman.
El
enfoque freudiano nos habla del peso de los impulsos inconscientes,
incontrolables, en nuestras vidas, mientras que desde la tradición
conductual se refuerza la idea de que respondemos a factores externos.
Recordemos que muchos de los estudios de los conductistas se hicieron con animales en laboratorios.
“La
psicología en el tiempo de Maslow era muy determinista”, le indica a
BBC Mundo David Baker, director emérito del Centro Cummings para la
historia de la psicología y profesor emérito de psicología de la
Universidad de Akron, en Estados Unidos.
“Te comportas como resultado de todas las fuerzas que te afectan y no hay mucho que puedas hacer al respecto”.
Pero “la originalidad” de Maslow fue ver “cosas que no estaban ahí”.
“Y eso fue algo bastante increíble en la psicología estadounidense del siglo XX”.
“Maslow
vivió dos guerras mundiales, tiempos de migración masiva, opresión
terrible, pobreza aplastante, pero logró trascender eso y ver algo más”.
Y lo que vio fue el potencial humano.
“Ante
el conflicto, el odio, la violencia, hizo una evaluación realista y
dijo: ‘Hay algo más. Hay cosas que todos están pasando por alto, tanto
la psicología como la sociedad, y es que podemos ser mejores personas’”.
“Fue un punto de vista optimista, una nueva dirección”.
Maslow
apostó por un enfoque humanista, que, señala Lachman, hizo énfasis en
la capacidad de las personas para “hacer cosas buenas en el mundo”.
"Creía que los seres humanos son, por naturaleza, buenos y bien intencionados".
Toda la Vida
A
diferencia de las otras corrientes, Maslow afirmó que las personas
actuaban en función de sus necesidades y motivaciones y que tenían el
potencial de crecer y desarrollarse a lo largo de toda la vida.
“Y es que teóricos anteriores, especialmente Freud y algunos de sus contemporáneos, pensaban que el desarrollo (de la personalidad) básicamente terminaba cuando se llegaba a la adolescencia”, dice Lachman.
La
académica aclara que, aunque algunos psicoanalistas como Carl Jung o
Erik Erikson también creían en el desarrollo en el transcurso de la
vida, Maslow realmente enfatizó “la importancia de pensar en el potencial para crecer a lo largo de la vida”.
Además,
señala la experta, mientras algunos de los primeros teóricos se
centraron más en individuos con, por ejemplo, neurosis o problemas
psicológicos, lo cual fue muy importante, Maslow se interesó en “las
personas a las que les iba bien”.
Y que al irles mejor, al darse cuenta de su creatividad, de su potencial, promovían no solo su propio crecimiento, sino que eso les permitía “hacer bien en el mundo”.
Centrarse
en personas saludables como una manera de entender el comportamiento y
optimizar el bienestar, fue un cambio muy significativo en la
disciplina.
“Maslow defendió el valor de enfocarse en lo que está bien en la persona en lugar de concentrarse en lo que está mal”, escribió la profesora en un artículo de la Universidad Brandeis.
La Motivación
En 1954, Maslow publicó el libro “Motivación y personalidad”, en el que planteó su teoría de la jerarquía de las necesidades, que ya había explorado, en 1943, en el ensayo "Una teoría para la motivación humana".
El
psicólogo explicó que cuando nuestras necesidades más básicas
-fisiológicas y de seguridad- están satisfechas, desarrollamos otras
necesidades y deseos que, al estar motivados, buscamos cubrir, como el
aprecio y el reconocimiento.
En su trabajo original sobre la jerarquía de las necesidades, Maslow no incluyó pirámides ni triángulos. Sin embargo, otros investigadores llevaron a que su teoría se ilustrara en forma de pirámide.
En la cúspide está la autorrealización, algo que él sabía era muy difícil de lograr.
“Todos
tenemos la capacidad de conseguirla, pero tenemos que ser capaces de
trascender nuestra situación y esforzarnos por alcanzar nuestro
potencial”, indica Baker.
Para Maslow se trataba de un proceso continuo, que dura toda la vida, en el que era importante generar situaciones que fuesen meaningful, significativas para nosotros.
“En
su visión optimista, si alcanzamos la autorrealización, seremos más
felices y, por ende, haremos más cosas buenas en el mundo”.
Pero
a Maslow realmente no le preocupaba el tema de la felicidad, su interés
estaba enfocado en el crecimiento personal y en su conexión con nuestra
capacidad para hacer buenas cosas.
Hoffman nos habla de la eupsiquia, un término que Maslow acuñó para describir “la mejor sociedad posible”, una orientada en potenciar el crecimiento de sus miembros.
“Maslow
era realista, sabía que ningún ser humano puede ser perfecto, que todos
tenemos defectos”, sin embargo vio la posibilidad de esa sociedad
ideal, la eupsiquia.
“Es
un concepto muy importante porque creo que los jóvenes, en parte por la
obsesión con las redes sociales, con internet, están atrapados en el
momento. Pero Maslow era el pensador del largo plazo, de lo que los
seres humanos son capaces de lograr a largo plazo”.
El Legado
Maslow siempre estuvo abierto a la investigación científica, sin embargo hay quienes cuestionan que no ofreció evidencia empírica para sustentar su teoría.
De hecho, hubo científicos que criticaron que en sus últimos años se convirtió más en un filósofo.
Pero lo cierto es que dejó un importante legado en su disciplina.
“Muchos de los esfuerzos más recientes en psicología se han basado en el trabajo de Maslow: él sentó las bases de lo que llamamos la psicología positiva”, señala Lachman.
Ese movimiento se centra en cómo las personas pueden vivir una vida positiva y encontrar un propósito.
“Y, al usar su propia creatividad y sabiduría, pueden ayudar a otras personas y marcar una diferencia en el mundo”.
El Mensaje
En ese proceso continuo de crecimiento que Maslow planteaba hay un punto de partida:
“Mirar
dentro de nosotros y descubrir qué nos da una sensación de alegría,
incluso en momentos pequeños. ¿Qué comidas nos gustan? ¿De qué temas nos
gusta hablar? ¿Qué música nos hace sentir con más energía o felices? El punto de partida debe venir de comprendernos y conocernos a nosotros mismos”, indica Hoffman.
Para Baker, gran parte del legado de Maslow es “ver lo que está ahí y también lo que no está”.
“Todavía
hay bondad, decencia, gente que se esfuerza por hacer lo correcto y eso
es fácil de olvidar, como también es fácil sentirse abrumado por las
noticias negativas, de odio, de violencia”.
“Pero
era lo mismo en el tiempo de Maslow, la gente sentía el mismo nivel de
miedo, desesperanza, ansiedad, depresión, pero ahí está su legado: ver
más allá de eso y decir que hay algo mejor”.
“Siempre he sentido que es un mensaje de esperanza”.
Fuente: Abraham Maslow