Por Gaëlle Vallée-Tourangeau y Frédéric Vallée-Tourangeau*
Universidad de Kingston, Inglaterra
¿Cuántas veces utilizas las manos
cuando tienes que sacar una cuenta, recordar un episodio, explicar algo o
solucionar un problema?
Esto a pesar de que nuestra habilidad de pensar y razonar ha sido entrenada -y puesta a prueba- para que sólo usemos la mente.
En
el colegio, los niños aprenden rápidamente a contar "con la mente", sin
que tengan que ayudarse con los dedos, en los exámenes no suelen
permitir consultar libros y en muchas entrevistas de trabajo suelen
haber pruebas de inteligencia en donde lo único que hay que hacer es
señalar una casilla.
La suposición implícita que subyace
en estas prácticas es que el comportamiento verdaderamente inteligente
se origina sólo en la parte interna del cerebro.
Y es
esta visión la que queremos desafiar, rechazando la metáfora de que la
mente es como un computador en que los pensamientos salen de un cerebro
que procesa la información que le llega del mundo exterior.
Hemos
demostrado que los pensamientos, decisiones y razonamiento de las
personas pueden ser transformados por la interacción física con las
cosas.
En otras palabras, pensar sólo con la mente -como lo haría un computador- no es equivalente a pensar con tu cerebro, tus ojos y tus manos, como solemos hacerlo los humanos.
¿Por qué Tocas?
En el proceso de resolver un problema, tendemos a tomar artefactos y
manipularlos para aumentar y transformar nuestra capacidad de pensar y
explicarnos.
Toma como ejemplo el juego de Scrabble: los jugadores
agarran, arreglan y reordenan las fichas que reciben hasta que dan con
la palabra.
Si el pensamiento estuviera solo "en la cabeza", ¿Qué sentido tiene manipular tanto las fichas?
Estos movimientos son una parte integral en el proceso de generar palabras.
En la medida que los jugadores reconfiguran lo que tienen delante, ellos no sólo están facilitando la forma de pensar: están pensando.
Esto sugiere que el pensamiento es fundamentalmente relacional: se despliega a lo largo de una serie de cambios físicos en el ambiente que a veces afecta, y otras es afectado, por una serie de cambios biológicos en el cerebro.
Papel y Lápiz
Para poner esto a prueba, en nuestro estudio diseñamos pruebas en la
que las personas podían interactuar físicamente con las propiedades del
problema.
Esa interacción inevitablemente beneficiaba el desempeño.
Esto se debe en parte a que
los cambios físicos en el ambiente (como contar con los dedos) ayuda a
que las personas recuerden qué información están considerando.
Pero también da pie a nuevas posibilidades de acción, o revela nuevas formas de resolver el problema.
Las
personas son más creativas y eficientes cuando resuelven problemas con
sus manos: el pensamiento es una actividad incrustada al medio físico.
Este fue el enfoque que aplicamos en un estudio sobre creatividad y percepción.
Si
bien plantear un problema en el clásico formato del papel y lápiz no
llevó a grandes avances, aquellos que podían hacer uso de artefactos
para construir modelos del problema eran mucho más propensos a llegar a
gran solución, independientemente de las habilidades cognitivas que
tuvieran los participantes.
Y también aplicamos este enfoque al estudio sobre razonamiento estadístico complejo.
Papel y Dedos por todas partes
Investigaciones anteriores habían arrojado que, dependiendo de la
facilidad de cada quien para representar mentalmente la información
presentada, entre el 11% y el 40% de las personas habían podido resolver
estos problemas razonándolos con la sola ayuda de un papel y un lápiz.
En
el último trabajo, presentamos la misma información en un paquete de
cartas que los participantes podían arreglar de la forma que quisieran.
No todos los participantes usaron activamente las cartas -quizás por temor a que fueran juzgados si lo hacían- y aun así, la tasa de éxito para aquellos que aprovecharon la oportunidad de usar el material que tenían aumentó a un 75%.
Así
que la próxima vez que tu niña utilice sus dedos, o veas que tus
empleadao esparcen la información en sus escritorios y paredes, quédate
tranquila: no es que tengan una capacidad limitada para pensar bien.
De hecho, están aumentando su habilidad para pensar.
Tu mente no funciona como un computador, piensa con objetos (incluyendo computadores) y con las personas que te rodean.
Y
nuestra capacidad de pensar y razonar bien en un momento dado depende
tanto de nuestras capacidades cognitivas como de la riqueza o escasez de
cosas materiales con las que apoyar nuestro pensamiento y nuestra toma
de decisiones.
*Gaëlle Vallée-Tourangeau es profesora de comportamiento organizacional de la universidad de Kingston, Inglaterra, y Frédéric Vallée-Tourangeau es profesor de psicología de la misma universidad. Ellos escribieron este artículo para el sitio académico The Conversation.
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