¿Para que me volvieran a tratar mal esos imbéciles fenicios, sarta de vulgares vendedores de libros sólo por seleccionar algunos ejemplares antes de comprarlos?
Me importa un rábano lo que hayan tenido y a qué precios.
¿Así que además la clase pseudointelectual de esta ciudad de la Eterna Balacera considera que en una feria no se pueden vender libros de segunda mano?
Cada día la gente está más bruta con terribles prejuicios expresados en sus ideas y actos.