-Michael Connelly. Pasaje al Paraíso
Un libro de lo más prefabricado plagado de casi todos los clichés del género y con un argumento tan previsible que adivinas hasta lo que va a pasar sin olvidar el momento en que Harry Bosch imita a Harry Callahan (Harry el Sucio).
Qué original.
Qué original.
Engancha desde el principio como todo chicle o dulce con sabor a bestseller pero después pierde el sabor o empalaga el resto con tanto relleno en un montón de páginas, para concluir dándoselas de negrísimo y con una cosa tan de telenovela.
Caray, el libro es tan deprimente con una atmósfera que fastidia. No sé cómo lo acabé. Terminé harto del rollo del autor con los malditos problemas de Bosch.
¿Así que muy profundo?
Sí, tanto como una superficie plana.
Sí, tanto como una superficie plana.
Ah, la traducción trae algunos términos incomprensibles -guay, p... verbenero- para los que no somos españoles (menos para algunos de nosotros que llevamos años hablando con gente de la Península Ibérica y si no sé pregunto o averiguo).
Francamente me olvidaré de este detective y sólo tendré en cuenta la pintura del otro Bosch.
-John Katzenbach. El Psicoanalista
K. aburre con la sarta de locos de sus novelas. Se repite como el ajo: me desagradan olímpicamente los argumentos de sus obras.
No me atrajo ni el comienzo para querer seguir con la lectura.
Y cuando digo sobre el argumento sobra hablar del resto tan intragable.
-Kendell Foster y Charles Nuetzel (rec.). Los Mejores Relatos de Anticipación
Este libraco debió llamarse Los Más Insoportables Relatos de Provocación a Botar el Libro
Tiene un prólogo indigesto -¿quién escribió esa tontería tan pedante?-, los cuentos tienen desarrollo pobre, diálogos insufribles, finales desastrosos y abundan las faltas ortográficas.
El último cuento es el más odioso de todos y encima el autor mete el tema del espiritismo.
Ya que costó menos de un euro por ahí porque estaba comido por las termitas y por ser inaguantable de leer me dí el gusto de mandarlo al abismo.
-Niven Busch. Duelo al Sol
La trama de la novela es como sufrir una insolación, digamos que caminas por un desierto vacío de interés y antes de sucumbir a la deshidratación te rescata el fastidio y dejas que al libraco se lo coman los buitres.
Por culpa de esta obra se me fueron todas las ganas de ver la película producida por El Señor de los Memorándums, David O. Selznick, que fastidiaba tanto al director King Vidor que ya harto le contestó:
-Ven, David, y dirígela tú.
-Bill Naughton. Alfie
Novela que describe a un ser de los más despreciable -Alfie-, un tenorio con los mismos sentimientos que una lata vacía.
Es lo que ahora llaman idiota emocional, un ser que no siente nada ni el más mínimo remordimiento y al que se hace imposible poder sentir simpatía porque es un pedazo de estiércol caminante al que todo le resbala, le da igual.
Sólo provocaba enviarlo a... comer alfalfa.
Las dos películas me importan un comino.
-James Clavell. Tai-Pan
El autor de Shogun nos regala un tocho aburrido ambientado en los tiempos en que Hong Kong se convirtió en colonia del Imperio Británico después de la asquerosa Guerra del Opio (con tal de tener más territorio qué diablos les preocupó que más chinos se convirteran en drogadictos)
Le pone tanta emoción al asunto como para querer hacernos pasar una tortura en la que los chinos son expertos. Parrafadas con los orientales, Struan y sus negocios, que se enamora de May-May que tiene los pies deformes -horrenda costumbre y encima los llamaban pies de loto. Sería en sus alucinaciones-; que la tipa del cuerpazo y su pareja; quién se va a convertir en el nuevo Tai-Pan (jefe de las empresas que comercian en Asia); los favores al chino de la esquina; las tormentas y blablabla, etc., etc.
Todo un sueño de opio.
-León Uris. Topaz
Otra novela en los tiempos de la Guerra Fría.
Un ruso deserta a los Estados Unidos y revela a la CIA que los soviéticos van a instalar cohetes en la Cuba del dinosaurio Fidel Castro, y que existe una organización secreta llamada Topaz. Intervienen los chicos de la TIA, digo, la CIA.
De ahí entra un agente francés que se enamora de una cubana. Vienen unas descripciones tan geniales como las de la cura del sueño con una trama muy insulsa y deserté de continuar leyendo este libro.
No me interesa que haya una película basada en el libro.
-Niven Busch. Duelo al Sol
La trama de la novela es como sufrir una insolación, digamos que caminas por un desierto vacío de interés y antes de sucumbir a la deshidratación te rescata el fastidio y dejas que al libraco se lo coman los buitres.
Por culpa de esta obra se me fueron todas las ganas de ver la película producida por El Señor de los Memorándums, David O. Selznick, que fastidiaba tanto al director King Vidor que ya harto le contestó:
-Ven, David, y dirígela tú.
-Bill Naughton. Alfie
Novela que describe a un ser de los más despreciable -Alfie-, un tenorio con los mismos sentimientos que una lata vacía.
Es lo que ahora llaman idiota emocional, un ser que no siente nada ni el más mínimo remordimiento y al que se hace imposible poder sentir simpatía porque es un pedazo de estiércol caminante al que todo le resbala, le da igual.
Sólo provocaba enviarlo a... comer alfalfa.
Las dos películas me importan un comino.
-James Clavell. Tai-Pan
El autor de Shogun nos regala un tocho aburrido ambientado en los tiempos en que Hong Kong se convirtió en colonia del Imperio Británico después de la asquerosa Guerra del Opio (con tal de tener más territorio qué diablos les preocupó que más chinos se convirteran en drogadictos)
Le pone tanta emoción al asunto como para querer hacernos pasar una tortura en la que los chinos son expertos. Parrafadas con los orientales, Struan y sus negocios, que se enamora de May-May que tiene los pies deformes -horrenda costumbre y encima los llamaban pies de loto. Sería en sus alucinaciones-; que la tipa del cuerpazo y su pareja; quién se va a convertir en el nuevo Tai-Pan (jefe de las empresas que comercian en Asia); los favores al chino de la esquina; las tormentas y blablabla, etc., etc.
Todo un sueño de opio.
-León Uris. Topaz
Otra novela en los tiempos de la Guerra Fría.
Un ruso deserta a los Estados Unidos y revela a la CIA que los soviéticos van a instalar cohetes en la Cuba del dinosaurio Fidel Castro, y que existe una organización secreta llamada Topaz. Intervienen los chicos de la TIA, digo, la CIA.
De ahí entra un agente francés que se enamora de una cubana. Vienen unas descripciones tan geniales como las de la cura del sueño con una trama muy insulsa y deserté de continuar leyendo este libro.
No me interesa que haya una película basada en el libro.
Lawrence Treat. Destino Mortal
El protagonista está saliendo con una mujer que recién se ha separado de su marido. En el camino se topa con el repelente ex cónyuge; más tarde conoce a una vampiresa, va al departamento de ésta, ahí el fulano pierde el conocimiento y encuentra que la miss Nueva York está muerta y como es tan inteligente... se larga.
Entre los defectos están: poner a un protagonista que cae antipático, la descripción es odiosa, las mujeres parecen floreros, narra con un desgano que agota la paciencia y tienes que abandonar el continuar leyendo.
El único destino de este libro es pasar a la caja del olvido en donde están los que nunca más pienso ojear.
-Ngaio Marsh. Preludio Trágico
Se describe a los habitantes de cierta localidad inglesa que van a presentar una obra teatral y antes de ello una mujer va a tocar el Preludio de Rachmaninov y ocurre un asesinato.
Aparece el Inspector Roderick Alleyn y empieza el festival de interrogatorios inútiles, a rellenar con detalles que no valen nada, a dar vueltas y revueltas con lo mismo por lo que la historia entra en barrena para irse en picada y estrellarse en el final. Esto se debe a que la autora ya nos ha dado tantos datos que sabemos mucho antes quién es el criminal por lo que al concluir la novela esto no tiene ninguna sorpresa porque ésta ya estaba desinflada y dices: Bah, ya lo sabía.
En fin, una desilusión...