Revisaba hace poco dos novelas de Julio Verne, Una Ciudad Flotante y Una Invernada entre los Hielos y volvió esa sensación tan fea: sentir que lo que me gustaba de joven ahora me cuesta leer.
Cuando tenía entre 15 a 18 años leí a Verne, Stevenson, Salgari, London, Dumas, Rice Burroughs, Scott y un largo etcétera pero han pasado más de veinte años en donde actualmente me pesa leer lo que es novela de aventuras o novela histórica.
La primera con las vicisitudes extraordinarias de los protagonistas y la segunda ubicada en tal período histórico.
Ya no me interesa lo que le suceda a fulano o a mengano, me aburre, por más bien escrito que esté no puedo interiorizarme en la acción, me siento ajeno a lo narrado, no me emociona como antes, me deja de lo más frío con los hechos.
Ya no es como en el pasado cuando me devoraba las novelas y hasta no dormía por querer seguir pegado al libro.
Anteriormente indiqué que no leo de terror porque no me agradan sus temáticas y punto.
En cuanto a las novelas históricas lo que ahora me produce tedio son los temas relacionados con Egipto, Grecia, Roma, la Edad Media, Revolución Francesa, Segunda Guerra Mundial, etc.; además que soy de la especialidad de Historia y Geografía con lo que leer algo de lo que repites todos los días en clases te hace no querer tenerlo hasta en la sopa como distracción.
La edad cambia los modos de pensar y de actuar junto con los gustos entre ellos los que tienen que ver con la lectura.
Quieres leer otras cosas, otros géneros, otras perspectivas de la vida. Sentir que te sumerges en temás más profundos, trascendentes, que te hagan pensar más. No para pasarte pensando en la edad que ya no tienes.
No rechazo todo lo que sea de aventuras o de novela histórica pero lo leeré/leo a cuentagotas.